
"La obra de Frida Kahlo es una cinta de seda alrededor de una bomba"
ANDRÉ BRETON
Yo no definiría mejor que Breton la obra de la que es mi pintora favorita, la mexicana
Frida Kahlo, una mujer excepcional que supo exorcizar su terrible sufrimiento, causado por un espectacular accidente sufrido a los 17 años, y transformarlo en arte. El año pasado pude asistir a una retrospectiva de su obra (aprovechando una fugaz visita a Londres) en la
Tate Modern, y allí más que nunca, mirando cada uno de sus cuadros, llegué a comprender la vida de esta mujer, que es algo más que los tópicos que se leen sobre ella .
Para que entendáis lo que digo, a continuación reproduzco partes de su diario íntimo y cartas que se recogen en la biografía escrita por Rauda Jamis y publicada en la Editorial Circe, junto con las pinturas y dibujos de la propia Kahlo y fotografías de su vida:

Los camiones de mi época eran absolutamente endebles; comenzaban a circular y tenían mucho éxito; los tranvías andaban vacíos. Subí al camión con Alejandro Gómez Arias. (...) Momentos después el camión chocó con un tren de la línea Xochimilco. (...) Fue un choque extraño; no fue violento, sino sordo, lento y maltrató a todos. Ya a mí mucho más. Antes habíamos tomado otro camión; pero a mí se me había perdido una sombrillita, nos bajamos a buscarla, y fue así que vinimos a subir a aquel camión, que me destrozó. El accidente ocurrió en una esquina, frente al mercado de San Juan, exactamente enfrente.
Mentiras que uno se da cuenta del choque, mentiras que se llora. en mí no hubo lágrimas. El choque nos brincó hacia delante y a mí el pasamano me atravesó como la espada a un toro.
PRIMER DIAGNÓSTICO TRAS EL ACCIDENTE:
Fractura de la tercera y cuarta vértebras lumbares, tres fracturas de la pelvis, once fracturas en el pie derecho, luxación del codo izquierdo, herida profunda en el abdomen, producida por una barra de hierro que entró por la cadera izquierda y salió por el sexo, desgarrando el labio izquierdo. Peritonitis aguda. Cistitis que requiere sonda muchos días.
Ayer estuve muy mala y muy triste; no te puedes imaginar la desesperación que llega uno a tener con esta enfermedad, siento una molestia espantosa que no puedo explicar y además hay a veces un dolor que con nada se me quita. Hoy me iban a poner un corsé de hierro, pero probablemente será el martes o el miércoles porque mi papá no ha tenido dinero- y cuesta setenta pesos- y no es tanto por el dinero, porque muy bien podría conseguirlo; sino porque nadie cree en mi casa que de veras estoy mala, pues ni siquiera puedo decirlo porque mi mamá que es la única que se aflige algo se pone mala, y dicen que fue por mí. Así es que yo y nadie más que yo soy la que sufro, me desespero y todo. No puedo escribir mucho porque apenas puedo agacharme, no puedo andar porque me duele horriblemente la pierna, ya me canso de leer, no tengo nada bonito que leer, no puedo hacer nada más que llorar y a veces que ni eso puedo.

Me enamoré de Diego y eso desagradó a mis padres porque Diego era comunista y se parecía, decían ellos, a un gordo, gordísimo Brueghel. Decían que era como una
boda entre un elefante y una paloma. A pesar de todo nos casamos el 21 de Agosto de 1929. Nadie asistió a la boda, a excepción de mi padre, que le dijo a
Diego: "No olvide que mi hija es una persona enferma y que lo será toda su vida: es inteligente, pero no guapa. Piénselo y si a pesar de todo desea casarse con ella, yo le doy mi consentimiento."

La pintura ha llenado mi vida. He perdido
tres hijos y otra serie de cosas que hubiesen podido llenar mi horrible vida. La pintura lo ha sustituido todo. Creo que no hay nada mejor que el trabajo.