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jueves, 2 de julio de 2009

ELVIS FOREVER


- ¿John Lennon, Lady Di o Elvis Presley?

- The Pogues. O Suicide. O Bob Dylan. Pero bueno, no nos hagamos los remilgados: Elvis forever. Elvis con una chapa de sheriff conduciendo un mustang y atiborrándose de pastillas, y con su voz de oro.

ROBERTO BOLAÑO en su última entrevista.


martes, 15 de abril de 2008

GEOMETRÍA COLGANTE



"Una tarde Amalfitano salió al patio en mangas de camisa como un señor feudal sale a caballo a contemplar la magnitud de sus territorios. Antes había estado tirado en el suelo de su estudio abriendo cajas de libros con un cuchillo de cocina y entre éstos había encontrado uno muy extraño, que no recordaba haber comprado jamás y que tampoco recordaba que nadie le hubiera regalado. El libro en cuestión era el "Testamento geométrico" de Rafael Dieste, publicado en Ediciones del Castro en La Coruña, en 1975, un libro evidentemente sobre geometría, una disciplina que Amalfitano apenas conocía, dividido en tres partes, la primera una "Introducción a Euclides, Lobatchevski y Riemman", la segunda dedicada a "Los movimientos en geometría" y la tercera parte titulada "Tres demostraciones del V postulado", sin duda la parte más enigmática pues Amalfitano no tenía idea de qué era el V postulado ni en qué consistía, y además no le interesaba saberlo, aunque esto último tal vez no sea achacable a su falta de curiosidad. (...)

Y entonces se fijó en los cordeles, cuatro hileras, atados por un lado a una especie de portería de fútbol de dimensiones más pequeñas, dos palos de no más de un metro ochenta enterrados en la tierra y un tercer palo,horizontal, claveteado a los otros por ambos extremos, lo que les concedía, además, una cierta estabilidad, y del que pendían los cordeles hastas unos ganchos fijados en la pard de la casa. Después entró en la casucha como si le faltara el oxígeno y de una bolsa de plástico con el logotipo del supermercado al que iba con su hija a hacer la compra semanal extrajo tres pinzas para la ropa, que él se empecinaba en llamar "perritos", y con ellas enganchó y colgó el libro de uno de los cordeles y luego volvió a entrar en su casa, sintiéndose mucho más aliviado.

La idea, por supuesto, era de Duchamp.

Durante su estancia en Buenos Aires sólo existe o sólo se conserva un ready-made. Aunque su vida entera fue un ready-made, que es una forma de apaciguar el destino y al mismo tiempo enviar señales de alarma. Calvin Tomkins escribe al respecto: Con motivo de la boda de su hermana Suzanne con su íntimo amigo Jean Crotti, que se casaron en París el 14 de abril de 1919, Duchamp mandó por correo un regalo a la pareja. Se trataba de unas instrucciones para colgar un tratado de geometría de la ventana de su apartamento y fijarlo con cordel, para que el viento pudiera "hojear el libro, escoger los problemas, pasar las páginas y arrancarlas". Suzanne y Jean siguieron las instrucciones de Duchamp con buen humor. De hecho, llegaron a fotografiar aquel libro abierto suspendido en el aire -imagen que constituye el único testimonio de la obra, que no logró sobrevivir a semejante exposición a los elementos- y más tarde Suzanne pintó un cuadro de él titulado "Le ready-made malheureux de Marcel".



Sigue Tomkins: En los últimos años Duchamp confesó a un entrevistador que había disfrutado desacreditando "la seriedad de un libro cargado de principios" como aquel y hasta insinuó a otro periodista que, al exponerlo a las inclemencias del tiempo, "el tratado había captado por fin cuatro cosas de la vida".

ROBERTO BOLAÑO. "2666"

lunes, 7 de mayo de 2007

AMISTAD (2)



JOAQUÍ SOLER SERRANO: En estos años, entonces, los amigos son pocos en la escuela, después en los estudios primarios, en el bachillerato, en la carrera de magisterio, en el profesorado...

JULIO CORTÁZAR: Sí, los amigos fueron pocos, pero buenos. Bueno, yo eso creo que es un principio que toda persona sensata elige automáticamente, ¿no?. Yo no soy ninguna excepción, osea que frente a esa gente que llama amigo a cualquiera: "Tengo muchos amigos", en el momento de saber quienes son esos amigos se descubre que no hay tantos. Decir que desde niño yo preferí tener dos o tres compañeros, con quienes me sentía en un nivel fraternal con plena confianza, para lo bueno y para lo malo, y luego los demás eran compañeros así de trabajo, de juego, y eso se continuó durante la adolescencia. Tuve muy pocos y maravillosos amigos, algunos de los cuales siguen siendo mis amigos, sincluso algunos han venido a Europa y están ahí.

* Este fragmento de la famosa entrevista que concedió Julio Cortázar para el programa "A fondo" de Televisión Española en 1.977 ( y que por cierto, podéis ver íntegra aquí, lo digo por que recuerdo que Río Rojo y algunos más teníais curiosidad por ver esta maravilla de entrevista) me gusta mucho, porque coincide punto por punto con la manera en que yo misma concibo la amistad. Ya dijo Roberto Bolaño, "Son raros los amigos"

AMISTAD A LO LARGO

Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
Mirad:
somos nosotros.

Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía
.
Llegaban las noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más
empezamos a ser los compañeros
que se conocen
por encima de la voz o de la seña.


Ahora sí. Pueden alzarse
las gentiles palabras
- esas que ya no dicen cosas -,
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de presencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.


Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo todos trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos a los otros
en el rincón hablamos, tantos meses!
que no sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.

Ay el tiempo! Ya todo se comprende.

JAIME GIL DE BIEDMA

miércoles, 14 de marzo de 2007

LA SINAGOGA DE LOS ICONOCLASTAS


AARON ROSENBLUM

"Los utopistas no reparan en medios; con tal de hacer feliz al hombre están dispuestos a matarle, torturarle, incinerarle, exiliarle, esterilizarle, descuartizarle, lobotomizarle, electrocutarle, enviarle a la guerra, bombardearle, etcétera: depende del plan. Reconforta pensar que, incluso sin plan, los hombres están y siempre estarán dispuestos a matar, torturar, incinerar, exiliar, esterilizar, descuartizar, bombardear, etcétera.

Aaron Rosenblum, nacido en Danzig, crecido en Birmingham, también había decidido hacer feliz a la humanidad; los daños que provocó no fueron inmediatos: publicó un libro sobre el tema, pero el libro permaneció largo tiempo ignorado y no tuvo muchos seguidores. De haberlos tenido, tal vez no existiría ahora ni una sola patata en Europa, ni un farol en las calles, ni una pluma de metal, ni un piano.

La idea de Aaron Rosenblum era extremadamente sencilla; él no fue el primero en concebirla, pero sí el primero en llevarla hasta sus últimas consecuencias. Sobre el papel, únicamente, porque la humanidad no siempre desea hacer lo que debe hacer para ser feliz, o para lograrlo prefiere elegir sus propios caminos, que en cualquier caso, al igual que los mejores planes globales, también suponen matanzas, torturas, cárceles, exilios, descuartizamientos, guerras. Cronológicamente, la utopía de Rosenblum no fue afortunada: el libro que debía hacerla famosa, Back to Happiness or On to Hell (Atrás hacia la felicidad o adelante hacia el infierno) apareció en 1940, precisamente cuando el mundo pensante estaba mayoritariamente entregado a defenderse de otro plan, no menos utopista, de reforma social, de reforma total.

Rosenblum había comenzado por preguntarse: ¿Cuál ha sido el período más feliz de la historia mundial? Considerándose inglés, y como tal depositario de una tradición perfectamente definida, decidió que el período más feliz de la historia había sido el reino de Isabel, bajo la sabia conducción de Lord Burghley. Entre otras cosas, había producido a Shakespeare; entre otras cosas, en aquel período Inglaterra había descubierto América; entre otras cosas, en aquel período la Iglesia Católica había sido derrotada para siempre y obligada a refugiarse en el lejano Mediterráneo. Rosenblum llevaba muchos años siendo miembro de la Alta Iglesia protestante anglicana.

Así que el plan de Back to Happiness era el siguiente: devolver el mundo a 1580. Abolir el carbón, las máquinas, los motores, la luz eléctrica, el maíz, el petróleo, el cinematógrafo, las carreteras asfaltadas, los periódicos, los Estados Unidos, los aviones, el voto, el gas, los papagayos, las motocicletas, los Derechos del Hombre, los tomates, los buques de vapor, la industria siderúrgica, la industria farmacéutica, Newton y la gravitación, Milton y Dickens, los pavos, la cirugía, los trenes, el aluminio, los museos, las anilinas, el guano, el celuloide, Bélgica, la dinamita, los fines de semana, el siglo XVII, el siglo XVIII, el siglo XIX y el siglo XX, la enseñanza obligatoria, los puentes de hierro, el tranvía, la artillería ligera, los desinfectantes, el café. El tabaco podía permanecer, dado que Raleigh fumaba.

Viceversa había que reinstaurar: el manicomio para los deudores; la horca para los ladrones; la esclavitud para los negros; la hoguera para las brujas; los diez años de servicio militar obligatorio; la costumbre de abandonar a los recién nacidos en la calle el mismo día del nacimiento; las antorchas y las velas; la costumbre de comer con sombrero y con cuchillo; el uso de la espada, del espadín y del puñal; la caza con arco; el bandidaje en los bosques; la persecución de los hebreos; el estudio del latín; la prohibición a las mujeres de pisar el escenario; los ataques de los bucaneros a los galeones españoles; la utilización del caballo como medio de transporte y del buey como fuerza motriz; la institución del mayorazgo; los caballeros de Malta en Malta; la lógica escolástica; la peste, la viruela y el tifus como medios de control de la población; el respeto a la nobleza; el barro y los lodazales en las calles del centro; las construcciones de madera; la cría de cisnes en el Támesis y de halcones en los castillos; la alquimia como pasatiempo; la astrología como ciencia; la institución del vasallaje; la ordalía en los tribunales; el laúd en las casas y las trompas al aire libre; los torneos, las corazas adamascadas y las cotas de mallas; en suma, el pasado.

Ahora bien, hasta para los ojos de Rosenblum resultaba obvio que la puesta a punto y ordenada realización de dicha utopía, en 1940, exigiría tiempo y paciencia, además de la colaboración entusiasta de la parte más influyente de la opinión pública. Es cierto que Adolfo Hitler parecía dispuesto a facilitar al menos la obtención de algunos de los puntos más comprometidos del proyecto, sobre todo los que se referían a las eliminaciones; pero, en tanto que buen cristiano, Aaron Rosenblum no podía dejar de observar que el jefe de Estado alemán se estaba dejando arrastrar excesivamente por tareas a fin de cuentas secundarias, como la supresión de los hebreos, en lugar de ocuparse seriamente de contener a los turcos, por ejemplo, o de organizar torneos, o de difundir la sífilis, o de hacer miniar los misales.

Por otra parte, aunque estuviese tendiéndoles constantemente la mano, Hitler parecía alimentar a escondidas una cierta hostilidad respecto a los ingleses. Rosenblum comprendió que tenía que hacerlo todo por su cuenta; movilizar por su cuenta la opinión pública, solicitar firmas y adhesiones de científicos, sociólogos, ecologistas, escritores, artistas, amantes del pasado en general. Sin embargo, tres meses después de la publicación del libro, el autor fue reclutado por el Servicio Civil de la Guerra como vigilante de un almacén de nula importancia en la zona más deshabitada de la costa de Yorhshire. No disponía ni de un teléfono: su utopía corría el peligro de hundirse en la arena.

Sin embargo, en la arena se hundió él, de manera insólita: mientras paseaba por la playa recogiendo almejas y otros artículos propios del siglo XVI para el desayuno, en el curso de un ataque aéreo realizado evidentemente a título de ejercicio, desapareció lacerado en un agujero y sus fragmentos fueron inmediatamente recubiertos por el mar.

Ya se ha hablado de la vocación mortífera de los utopistas; hasta la bomba que le destruyó respondía a una utopía, no tan dispar a la suya, si bien aparentemente más violenta. En su esencia, el plan de Rosenblum se basaba en el enrarecimiento progresivo del presente. Partiendo no de Birmingham, que era demasiado negra y habría necesitado al menos un siglo de limpieza, sino de un pequeño centro periférico como Pensace, en Cornualles, se trataba simplemente de delimitar una zona —tal vez adquiriéndola con los fondos de la Sixteenth Century Society, aún por fundar— para proceder después a la exclusión en el área de saneamiento, con minucioso valor, de todo y cualquier objeto o costumbre o forma o música o vocablo que se remontara a los siglos incriminados, o sea XVII, XVIII, XIX y XX. La lista bastante completa de los objetos, conceptos, manifestaciones y fenómenos a eliminar llena cuatro capítulos del libro de Rosenblum.

Al mismo tiempo, la sociedad e institución patrocinadora, es decir la Sixteenth Century Society, procedería a insertar todo lo que ya se ha mencionado —bandidos, velas, espadas, burros de carga, y así sucesivamente durante otros cuatro capítulos del libro—, lo que debería bastar para convertir a la colonia naciente en un paraíso, o en algo muy semejante a un paraíso. La gente de Londres acudiría en tropel para sumergirse en el siglo XVI; la suciedad consiguiente comenzaría inmediatamente a operar una primera selección natural, necesaria como mínimo para devolver la población a los niveles de 1580.

Con las aportaciones de los visitantes y de los nuevos inscritos, la Sixteenth Century Society se encontraría capacitada, por consiguiente, para ampliar poco a poco su campo de acción, extendiéndose hasta Londres. Limpiar Londres de cuatro siglos de construcciones y manufacturados de hierro era un problema que había que resolver aparte, convocando tal vez un concurso de proyectos abierto a todos los jóvenes amantes del pasado. Pero algo en este sentido parecía tener ya en la mente el otro utopista, el del otro lado del Canal de la Mancha; en la duda, Rosenblum optaba por el cerco: es posible que un mero cinturón del siglo XVI en torno a la capital bastara para conseguir que todo se derrumbara.

El plan avanzaba después rápidamente hasta cubrir toda Inglaterra y, desde Inglaterra, Europa. En realidad, los dos utopistas tendían por diferentes caminos hacia la misma meta: asegurar la felicidad del género humano. Con el tiempo, la utopía de Hitler ha caído en el descrédito que todos saben. La de Rosenblum, en cambio, reaparece periódicamente, bajo disfraces diferentes: hay quien tiende hacia la Edad Media, quien al Imperio Romano, otros al Estado Natural, y Grünblatt incluso es partidario del retorno al Mono. Si se resta de la población actual del mundo la población presunta del período elegido, se conoce el número de millones de personas, o de homínidos, condenados a desaparecer, según el plan. Estas propuestas prosperan; el espíritu de Rosenblum sigue recorriendo Europa.

J. RODOLFO WILCOCK "La sinagoga de lo iconoclastas"


* "Entre paréntesis" de Roberto Bolaño recoge una entusiasta reseña de este maravilloso libro de Wilcock, en el que con gran imaginación despliega una galería de "iconoclastas" a veces absurdos inventores (¿reales o ficticios? Da lo mismo) que, igual que Aaron Rosenblum, persiguen su propia utopía.

También Vila-Matas ha hablado de este libro en alguna ocasión que otra...Si queréis disfrutar de una lectura interesante os recomiendo este libro, es realmente divertido.

jueves, 16 de noviembre de 2006

SON RAROS LOS AMIGOS


Uno está preparado para la amistad, no para los amigos. Y a veces ni siquiera para la amistad, pero al menos se hace el intento: generalmente manoteamos en la oscuridad, una oscuridad que no es extraña a nosotros, una oscuridad que sale de nosotros y que se funde con la realidad puramente exterior, con la oscuridad de unos gestos, de unas sombras que alguna vez creímos familiares y que en realidad son tan extrañas como un dinosaurio.

A veces eso es un amigo: la silueta de un dinosaurio que atraviesa un pantano y a la que no podemos asir ni llamar ni advertirle nada. Son raros los amigos: desaparecen. Son muy raros: a veces, al cabo de muchos años, vuelven a aparecer, y aunque la mayoría ya no tiene nada que decir, algunos sí que tienen algo que decir y lo dicen.

Hace poco tuve el extraño privilegio de reencontrarme con un viejo amigo. Lo conocí en Chile, en 1973, y lo volví a ver el año pasado. Tras las palabras de rigor mi amigo se lanzó a contarnos a mi mujer y a mi su historia. Era una historia llena de peligros, aventuras, cárceles, sangre. En un momento determinado recordó una noche en que dos jóvenes huían de las balas que disparaba una patrulla nocturna, saltando a través de los patios de un barrio externo. Mi mujer lo escuchaba con atención. Yo también me puse a escucharlo con atención. Parecía un cuento. Uno de esos jóvenes era mi amigo. Cuando le pregunté quién era el otro, él me dijo: ¿no te acuerdas? No,no me acordaba. El otro eras tú, dijo él. Al principio no le creí. Aquella noche se había borrado de mi memoria. Pero luego recordé y fue entonces cuando vi al dinosaurio o a la sombra del dinosaurio atravesando con sigilo el pantano mientras todos los fusiles del mundo apuntaban a su cabeza.


ROBERTO BOLAÑO "Entre paréntesis".

* Son varias las veces en que os he hablado de lo mucho que me gusta cómo escribía (triste hablar en pasado en este caso) el escritor chileno Roberto Bolaño.

Me gusta este pequeño artículo que se recoge en este libro de Anagrama, que a su vez guarda varios de sus artículos periodísticos, relatos y reseñas de libros. Me parece genial que compare a algunos amigos con dinosaurios, por un lado se puede decir haciendo un símil (bastante malo, por cierto, me disculparéis) que los buenos amigos están en peligro de extinción, y por otro es una buena imagen gráfica de lo que una siente cuando se encuentra con algún amigo del pasado, que hace tiempo ha dejado de serlo, y del que tantas cosas le alejan.

En fin, como sé que sois muchos los fans confesos de Bolaño por aquí (Otto -que me lo descubrió hace un par de años-, Red River -que lo lee en sus largos viajes de avión-, el detective amaestrado, conde-duque y merrick, entre otros) os dejo aquí un pequeño tesoro, que es la prueba de que no sólo hay música o cine en Youtube, una entrevista hecha a Roberto Bolaño en la Televisión Chilena, ignoro la fecha, la calidad es bastante mala pero compensa escuchar a Bolaño y la extensa duración (casi una hora):


sábado, 8 de julio de 2006

CUENTISTAS




CONSEJOS SOBRE EL ARTE DE ESCRIBIR CUENTOS

Como ya tengo 44 años, voy a dar algunos consejos sobre el arte de escribir cuentos.

1) Nunca abordes los cuentos de uno en uno, honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte.

2) Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si te ves con energía suficiente, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince.

3) Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, pero lleva en su interior el mismo juego sucio y pegajoso de los espejos amantes.

4) Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral.

5) Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura.

6) Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así.

7) Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho, es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel. Gran error: ¡Deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval!

8) Bueno: lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de éste pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges.

9) La verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra.

10) Piensen en el punto número nueve. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas.

11) Libros y autores altamente recomendables: De lo sublime, del Seudo Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila-Matas.

12) Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo.

ROBERTO BOLAÑO


* Cuentistas, tomen nota de tan sabios consejos.

martes, 10 de enero de 2006

ROBERTO BOLAÑO


Ayer vi "Soldados de Salamina" en la 2, y recordé que en la novela Javier Cercas introduce como personaje a Roberto Bolaño, uno de mis escritores favoritos de los últimos tiempos y amigo personal suyo... Es especialmente emocionante esta parte de la novela en que habla de la enfermedad de Bolaño, que unos pocos años después le causaría la muerte, dejándonos huérfanos de uno de los mejores escritores en lengua castellana de este siglo y del anterior :(

"Mientras comíamos Bolaño me habló de la época en que había vivido en Gerona; minuciosamente me contó una interminable noche de febrero en un hospital de la ciudad, el Josep Trueta. Aquella mañana le habían diagnosticado una pancreatitis, y, cuando el médico apareció por fin en su habitación y él pudo preguntarle, sabiendo cuál era la respuesta, si se iba a morir, el médico le acarició un brazo y le dijo que no con la voz con que se dicen siempre las mentiras. Antes de dormirse esa noche, Bolaño sintió una tristeza infinita, no porque supiera que iba a morir, sino por todos los libros que había proyectado escribir y nunca escribiría, por todos sus amigos muertos y por todos los jóvenes latinoamericanos de su generación - soldados muertos en guerras de antemano perdidas - a los que siempre había soñado resucitar en sus novelas y que ya permanecerían muertos para siempre, igual que él, como si no hubieran existido nunca (...). "

A continuación el link con la reseña que hizo el propio Bolaño de la novela de Javier Cercas:

http://sololiteratura.com/bol/bolanosobresoldados.htm
 
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