martes, 30 de diciembre de 2008

2.009


* Hoy os quiero desear a todos una Feliz Nochevieja y una buena entrada en el año 2.009 recordando tres de mis escenas favoritas de cine ambientadas en el último día del año.

La primera tiene lugar al final de la película "El apartamento" (1.960) de Billy Wilder. La señorita Kubelik (Shirley McLaine) bosteza en medio de una fiesta de Fin de Año con su amante, y al contarle éste que C.C.Baxter (Jack Lemmon)le ha dicho que nunca más le dejará su apartamento para sus encuentros furtivos, de pronto cae en la cuenta de que él la ha amado en secreto durante todo el tiempo (impresionante cómo se le iluminan los ojos en esa escena). Deja la fiesta sin dar más explicación y comienza a correr sin parar hasta llegar al apartamento de C.C. Baxter. Como sabéis, Miss Kubelik y C.C.Baxter comienzan el año (y el resto de sus vidas) jugando una partida de cartas. (La escena comienza desde el minuto 5:55)



La segunda escena favorita pertenece a otro final, el de la película "Cuando Harry encontró a Sally". Después de trece años de encuentros y desencuentros, Harry decide presentarse en una fiesta de Nochevieja en la que está Sally para declararle su amor:



HARRY: He estado pensando mucho y el caso es que te quiero.
SALLY: ¿Qué?
HARRY: Te quiero.
SALLY:¿Qué esperas que responda a eso?
HARRY: ¿Qué tal que tu también me quieres?
SALLY: ¿Qué tal si me marcho?
HARRY: ¿Lo que te he dicho no significa nada?
SALLY: Lo siento Harry. Sé que es Nochevieja, sé que te sientes solo, pero no puedes aparecer, decir que me quieres y esperar que eso lo arregle todo. No funciona así.
HARRY: ¿Cómo funciona entonces?
SALLY: No lo sé pero no es así.
HARRY: ¿Entonces qué tal así? Me gusta que tengas frío cuando fuera hace 21ºC, me gusta que te cueste una hora y media pedir un sandwich, adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco, me gusta oler tu perfume en mi ropa después de pasar el día contigo y quiero que seas la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches. Y eso no es porque esté solo ni tampoco porque sea Nochevieja. He venido aquí esta noche porque cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, deseas que el resto de tu vida empiece lo antes posible.



Y por último tenemos la escena de "Memorias de África" (1.985) donde todo comienza entre la Baronesa Blixen y Dennis Finch Hutton:


lunes, 29 de diciembre de 2008

CAMINO




Aquí estás, camino de siempre,
hacia adelante, rota
la aspiración rosada, luna
que empalidece toda cosa.

Aquí estás y debes andar,
caminar como el agua absorta
por el torcido cauce, altos
los muros rojos, y a deshora.

Como el agua inmóvil transcurres
hacia un lejos, playa remota,
ya confusas historia y pena,
lejana la pena, la historia...

CARLOS BOUSOÑO


* Fotografía de DOROTHEA LANGE. "The Road West, New Mexico". 1.938

miércoles, 24 de diciembre de 2008

CUENTO DE NAVIDAD DE AUGGIE WREN



"Desde ese día Auggie y yo hemos comentado su obra muchas veces, pero hasta la semana pasada no me enteré de cómo había adquirido su cámara y empezado a hacer fotos. Ése era el tema de la historia que me contó, y todavía estoy esforzándome por entenderla.

A principios de esa misma semana me había llamado un hombre del New York Times y me había preguntado si querría escribir un cuento que aparecería en el periódico el día de Navidad. Mi primer impulso fue decir que no, pero el hombre era muy persuasivo y amable, y al final de la conversación le dije que lo intentaría. En cuanto colgué el teléfono, sin embargo, caí en un profundo pánico. ¿Qué sabía yo sobre la Navidad?, me pregunté. ¿Qué sabía yo de escribir cuentos por encargo?

Pasé los siguientes días desesperado; guerreando con los fantasmas de Dickens, O. Henry y otros maestros del espíritu de la Natividad. Las propias palabras “cuento de Navidad” tenían desagradables connotaciones para mí, en su evocación de espantosas efusiones de hipócrita sensiblería y melaza. Ni siquiera los mejores cuentos de Navidad eran otra cosa que sueños de deseos, cuentos de hadas para adultos, y por nada del mundo me permitiría escribir algo así. Sin embargo, ¿cómo podía nadie proponerse escribir un cuento de Navidad que no fuera sentimental? Era una contradicción en los términos, una imposibilidad, una paradoja. Sería como tratar de imaginar un caballo de carreras sin patas o un gorrión sin alas.

No conseguía nada. El jueves salí a dar un largo paseo, confiando en que el aire me despejaría la cabeza. Justo después del mediodía entré en el estanco para reponer mis existencias, y allí estaba Auggie, de pie detrás del mostrador, como siempre. Me preguntó cómo estaba. Sin proponérmelo realmente, me encontré descargando mis preocupaciones sobre él.

—¿Un cuento de Navidad? —dijo él cuando yo hube terminado. ¿Sólo es eso? Si me invitas a comer, amigo mío, te contaré el mejor cuento de Navidad que hayas oído nunca. Y te garantizo que hasta la última palabra es verdad.

Fuimos a Jack’s, un restaurante angosto y ruidoso que tiene buenos sandwiches de pastrami y fotografías de antiguos equipos de los Dodgers colgadas de las paredes. Encontramos una mesa al fondo, pedimos nuestro almuerzo y luego Auggie se lanzó a contarme su historia.

—Fue en el verano del setenta y dos —dijo. Una mañana entró un chico y empezó a robar cosas de la tienda. Tendría unos diecinueve o veinte años, y creo que no he visto en mi vida un ratero de tiendas más patético. Estaba de pie al lado del expositor de periódicos de la pared del fondo, metiéndose libros en los bolsillos del impermeable. Había mucha gente junto al mostrador en aquel momento, así que al principio no le vi. Pero cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, empecé a gritar. Echó a correr como una liebre, y cuando yo conseguí salir de detrás del mostrador, él ya iba como una exhalación por la avenida Atlantic. Le perseguí más o menos media manzana, y luego renuncié. Se le había caído algo, y como yo no tenía ganas de seguir corriendo me agaché para ver lo que era.

“Resultó que era su cartera. No había nada de dinero, pero sí su carnet de conducir junto con tres o cuatro fotografías. Supongo que podría haber llamado a la poli para que le arrestara. Tenía su nombre y dirección en el carnet, pero me dio pena. No era más que un pobre desgraciado, y cuando miré las fotos que llevaba en la cartera, no fui capaz de enfadarme con él. Robert Goodwin. Así se llamaba. Recuerdo que en una de las fotos estaba de pie rodeando con el brazo a su madre o abuela. En otra estaba sentado a los nueve o diez años vestido con un uniforme de béisbol y con una gran sonrisa en la cara. No tuve valor. Me figuré que probablemente era drogadicto. Un pobre chaval de Brooklyn sin mucha suerte, y, además, ¿qué importaban un par de libros de bolsillo?

Así que me quedé con la cartera. De vez en cuando sentía el impulso de devolvérsela, pero lo posponía una y otra vez y nunca hacía nada al respecto. Luego llega la Navidad y yo me encuentro sin nada que hacer. Generalmente el jefe me invita a pasar el día en su casa, pero ese año él y su familia estaban en Florida visitando a unos parientes. Así que estoy sentado en mi piso esa mañana compadeciéndome un poco de mí mismo, y entonces veo la cartera de Robert Goodwin sobre un estante de la cocina. Pienso qué diablos, por qué no hacer algo bueno por una vez, así que me pongo el abrigo y salgo para devolver la cartera personalmente.

La dirección estaba en Boerum Hill, en las casas subvencionadas. Aquel día helaba, y recuerdo que me perdí varias veces tratando de encontrar el edificio. Allí todo parece igual, y recorres una y otra vez la misma calle pensando que estás en otro sitio. Finalmente encuentro el apartamento que busco y llamo al timbre. No pasa nada. Deduzco que no hay nadie, pero lo intento otra vez para asegurarme. Espero un poco más y, justo cuando estoy a punto de marcharme, oigo que alguien viene hacia la puerta arrastrando los pies. Una voz de vieja pregunta quién es, y yo contesto que estoy buscando a Robert Goodwin.

“—¿Eres tú, Robert? —dice la vieja, y luego descorre unos quince cerrojos y abre la puerta.

“Debe tener por lo menos ochenta años, quizá noventa, y lo primero que noto es que es ciega.

“—Sabía que vendrías, Robert —dice—. Sabía que no te olvidarías de tu abuela Ethel en Navidad.

“Y luego abre los brazos como si estuviera a punto de abrazarme.

“Yo no tenía mucho tiempo para pensar, ¿comprendes? Tenía que decir algo deprisa y corriendo, y antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba ocurriendo, oí que las palabras salían de mi boca.

“—Está bien, abuela Ethel —dije—. He vuelto para verte el día de Navidad.

“No me preguntes por qué lo hice. No tengo ni idea. Puede que no quisiera decepcionarla o algo así, no lo sé. Simplemente salió así y de pronto, aquella anciana me abrazaba delante de la puerta y yo la abrazaba a ella.

“No llegué a decirle que era su nieto. No exactamente, por lo menos, pero eso era lo que parecía. Sin embargo, no estaba intentando engañarla. Era como un juego que los dos habíamos decidido jugar, sin tener que discutir las reglas. Quiero decir que aquella mujer sabía que yo no era su nieto Robert. Estaba vieja y chocha, pero no tanto como para no notar la diferencia entre un extraño y su propio nieto. Pero la hacía feliz fingir, y puesto que yo no tenía nada mejor que hacer, me alegré de seguirle la corriente.

“Así que entramos en el apartamento y pasamos el día juntos. Aquello era un verdadero basurero, podría añadir, pero ¿qué otra cosa se puede esperar de una ciega que se ocupa ella misma de la casa? Cada vez que me preguntaba cómo estaba yo le mentía. Le dije que había encontrado un buen trabajo en un estanco, le dije que estaba a punto de casarme, le conté cien cuentos chinos, y ella hizo como que se los creía todos.

“—Eso es estupendo, Robert —decía, asintiendo con la cabeza y sonriendo. Siempre supe que las cosas te saldrían bien.

“Al cabo de un rato, empecé a tener hambre. No parecía haver mucha comida en la casa, así que me fui a una tienda del barrio y llevé un montón de cosas. Un pollo precocinado, sopa de verduras, un recipiente de ensalada de patatas, pastel de chocolate, toda clase de cosas. Ethel tenía un par de botellas de vino guardadas en su dormitorio, así que entre los dos conseguimos preparar una comida de Navidad bastante decente. Recuerdo que los dos nos pusimos un poco alegres con el vino, y cuando terminamos de comer fuimos a sentarnos en el cuarto de estar, donde las butacas eran más cómodas. Yo tenía que hacer pis, así que me disculpé y fui al cuarto de baño que había en el pasillo. Fue entonces cuando las cosas dieron otro giro. Ya era bastante disparatado que hiciera el numerito de ser el nieto de Ethel, pero lo que hice luego fue una verdadera locura, y nunca me he perdonado por ello.

“Entro en el cuarto de baño y, apiladas contra la pared al lado de la ducha, veo un montón de seis o siete cámaras. De treinta y cinco milímetros, completamente nuevas, aún en sus cajas, mercancía de primera calidad. Deduzco que eso es obra del verdadero Robert, un sitio donde almacenar botín reciente. Yo no había hecho una foto en mi vida, y ciertamente nunca había robado nada, pero en cuanto veo esas cámaras en el cuarto de baño, decido que quiero una para mí. Así de sencillo. Y, sin pararme a pensarlo, me meto una de las cajas bajo el brazo y vuelvo al cuarto de estar.

“No debí ausentarme más de unos minutos, pero en ese tiempo la abuela Ethel se había quedado dormida en su butaca. Demasiado Chianti, supongo. Entré en la cocina para fregar los platos y ella siguió durmiendo a pesar del ruido, roncando como un bebé. No parecía lógico molestarla, así que decidí marcharme. Ni siquiera podía escribirle una nota de despedida, puesto que era ciega y todo eso, así que simplemente me fui. Dejé la cartera de su nieto en la mesa, cogí la cámara otra vez y salí del apartamento. Y ése es el final de la historia.

—¿Volviste alguna vez? —le pregunté.

—Una sola —contestó. Unos tres o cuatro meses después. Me sentía tan mal por haber robado la cámara que ni siquiera la había usado aún. Finalmente tomé la decisión de devolverla, pero la abuela Ethel ya no estaba allí. No sé qué le había pasado, pero en el apartamento vivía otra persona y no sabía decirme dónde estaba ella.

—Probablemente había muerto.

—Sí, probablemente.

—Lo cual quiere decir que pasó su última Navidad contigo.

—Supongo que sí. Nunca se me había ocurrido pensarlo.

—Fue una buena obra, Auggie. Hiciste algo muy bonito por ella.

—Le mentí y luego le robé. No veo cómo puedes llamarle a eso una buena obra.

—La hiciste feliz. Y además la cámara era robada. No es como si la persona a quien se la quitaste fuese su verdadero propietario.

—Todo por el arte, ¿eh, Paul?

—Yo no diría eso. Pero por lo menos le has dado un buen uso a la cámara.

—Y ahora tienes un cuento de Navidad, ¿no?

—Sí —dije—. Supongo que sí.

Hice una pausa durante un momento, mirando a Auggie mientras una sonrisa malévola se extendía por su cara. Yo no podía estar seguro, pero la expresión de sus ojos en aquel momento era tan misteriosa, tan llena del resplandor de algún placer interior, que repentinamente se me ocurrió que se había inventado toda la historia. Estuve a punto de preguntarle si se había quedado conmigo, pero luego comprendí que nunca me lo diría. Me había embaucado, y eso era lo único que importaba. Mientras haya una persona que se la crea, no hay ninguna historia que no pueda ser verdad.

—Eres un as, Auggie —dije—. Gracias por ayudarme.

—Siempre que quieras —contestó él, mirándome aún con aquella luz maníaca en los ojos. Después de todo, si no puedes compartir tus secretos con los amigos, ¿qué clase de amigo eres?

—Supongo que estoy en deuda contigo.

—No, no. Simplemente escríbela como yo te la he contado y no me deberás nada.

—Excepto el almuerzo.

—Eso es. Excepto el almuerzo.

Devolví la sonrisa de Auggie con otra mía y luego llamé al camarero y pedí la cuenta."

PAUL AUSTER

* Con todo un clásico navideño, el cuento de navidad de Auggie Wren que se encuentra al final de la película "Smoke" aprovecho para felicitaros las fiestas a todos.

martes, 23 de diciembre de 2008

ROBERT MULLIGAN


* Mi homenaje de hoy no puede sino ser para Robert Mulligan, director de cine, fallecido ayer a la edad de 83 años. Gracias a él hemos podido disfrutar de maravillas como "Matar un ruiseñor" , "Verano del 42" y "Verano en Louisiana" . Todas sus películas derrochaban clasicismo y nostalgia a raudales, y con nostalgia le recordaremos. Descanse en paz.

Os dejo con el trailer de "The man on the moon" (Verano en Louisiana), su última película, realizada en 1.991.

lunes, 22 de diciembre de 2008

EL ESTRANGULADOR DE BOSTON



Albert DeSalvo ,llamado por la policía y prensa "Estrangulador de Boston", estranguló en el área de Boston a trece mujeres entre Junio de 1.962 y Enero de 1.964, lo que ocasionó una intensa alarma social en la ciudad.



En la época que se rodó la película "El estrangulador de Boston" (1.968), dirigida por Richard Fleischer, Tony Curtis era uno de los actores más atractivos de Hollywood, intérprete de películas tan célebres como "Los vikingos" o "Con faldas y a lo loco". Por eso no es difícil entender hasta qué punto supuso un reto para él interpretar por vez primera no sólo un personaje poco "amable", sino todo un psicópata social. Curtis aceptó el reto y se puede decir que superó el examen con creces, ya que se mimetizó en el personaje de Albert DeSalvo, incluso desfiguró levemente su cara con una prótesis nasal para parecerse más a él.

La película narra los crímenes de DeSalvo, su persecución por parte de la policía (en especial por un inspector interpretado por Henry Fonda) y su captura e ingreso en una institución psiquiátrica, aquejado de un transtorno de personalidad múltiple.

Como curiosidad, decir que la película emplea la técnica de la "Pantalla partida" (que hemos visto recientemente en nuestras pantallas con la película "La soledad" de Jaime Rosales), técnica estrenada en la Exposición Universal de Montreal de 1.967 y que llamó tanto la atención de Fleischer que quiso emplearla para dar un mayor realismo a la narración.



En la foto, el verdadero Albert Desalvo flanqueado por dos policías.

viernes, 19 de diciembre de 2008

ALL OF ME


DINAH WASHINGTON (Festival de Jazz de Newport 1.958)

All of me
Why not take all of me
Cant you see
Im no good without you
Take my lips
I want to loose them
Take my arms
Ill never use them
Your goodbye left me with eyes that cry
How can I go on dear without you
You took the part that once was my heart
So why not take all of me
(GERALD MARK & SEYMOUR SIMONS)


BILLIE HOLIDAY

jueves, 18 de diciembre de 2008

ETHAN FROME



"Siempre había sido más sensible al encanto de la belleza natural que la gente que le rodeaba. Sus estudios inconclusos habían moldeado esa sensibilidad y, hasta en los momentos de mayor desdicha, el campo y el hielo le hablaban con persuasión profunda y convincente. Pero la emoción había sido hasta entonces como un dolor silencioso que velaba de tristeza la belleza que evocaba.

Ni siquiera sabía si existía en el mundo otra persona que sintiera como él, o si él era la única víctima de este triste privilegio. Y entonces descubrió que otro espíritu temblaba con la misma sensación de asombro: que a su lado, viviendo bajo su techo y comiendo su pan, había una criatura a quien podía decirle: "La de allá es Orión; aquella grande a la derecha, Aldebarán; y ese grupo de estrellitas que parece un enjambre de abejas... son las Pléyades". Y a quien podía extasiar ante un saliente de granito que brotaba entre los helechos mientras exponía el inmenso panorama de la era glacial y le hablaba de los largos y oscuros periodos sucesivos.

El hecho de que la admiración de Mattie por sus conocimientos se mezclase con el asombro por lo que le enseñaba no era en modo alguno lo que menos le complacía. Y había otras sensaciones no tan definibles pero más sutiles, que los unían con un estremecimiento de júbilo silencioso: el rojo frío del crepúsculo tras las montañas invernales, el vuelo de bandadas nubosas sobre laderas de rastrojo dorado, las sombras azul oscuro de los abetos en la nieve iluminada por el sol. Cuando ella le dijo una vez: "¡Parece que estuvieran pintados!". Ethan pensó que el arte de la definición no podía llegar más lejos, y que al fin se habían encontrado las palabras que expresaban su alma oculta..."

EDITH WHARTON "Ethan Frome".

* Hace poco tiempo, cuando comentábamos esta preciosa escena de "La edad de la inocencia" , película basada en la novela de Edith Wharton del mismo nombre, muchos de vosotros me recomendábais su novela corta (de apenas 165 pags) "Ethan Frome" . Uff, ayer por la noche terminé este auténtico dramón que efectivamente, como decía Mary Kate, es ideal para leer rodeada de nieve. Ethan Frome es un hombre marcado, física y sentimentalmente hablando, por aquella noche en la que se dejó llevar por su amor prohibido Mattie Silver, en un descenso en trineo hacia un olmo centenario...

miércoles, 17 de diciembre de 2008

TEST VOIGHT-KAMPFF


Es tu cumpleaños y te regalan una cartera de piel. ¿Como reaccionas?

Tienes un hijo. Éste te enseña su colección de mariposas y un frasco con el veneno para matarlas. ¿Qué haces?

Estás viendo la televisión. De repente, te das cuenta de que una avispa te sube por el brazo.

Estás leyendo una revista y te encuentras con la fotografía de un hombre desnudo.

Estás viendo una obra de teatro. Tiene lugar un banquete en el que los invitados se deleitan con un aperitivo de ostras vivas. El primer plato consiste en perro cocido.



Estás en un desierto caminando en la arena cuando miras para abajo y ves a una tortuga. Está caminando hacia ti. Te agachas y le das la vuelta sobre su espalda. La tortuga queda sobre su caparazón quemándose al sol. Moviendo sus patas para tratar de darse vuelta. Pero no puede. No puede sin tu ayuda. Pero no la estás ayudando. ¿Por qué?

Describe en pocas palabras todas las cosas buenas que vienen a tu cabeza sobre tu madre.



BLADE RUNNER (1.982) Ridley Scott

Otros post sobre Blade Runner:

* Final feliz.
* Blader Runner.

martes, 16 de diciembre de 2008

GHOST WORLD



ENID: ¿Tienes discos indios antiguos?

SEYMOUR: ¿Discos indios?

ENID: Sí, ya sabes, viejos discos de rock n´roll de los 60.

SEYMOUR: No tengo nada de después de 1.935. Puede que tenga un Hindú de 78 rpm de los años 20 en mi colección, pero no está a la venta. No colecciono discos extranjeros.

SEYMOUR: Esos son de 78 rpm, ¿puedes poner discos de 78 rpm?

ENID: Ah, no , pero puedo poner discos normales.

SEYMOUR:Bueno, aquí tengo cosas buenas. ¿Te gusta la música antigua?

ENID: Sí, claro, veamos.

SEYMOUR: Tengo algunos LP´s de ese tipo de música, versiones antiguas de buen blues.

ENID: ¿Qué tal este? ¿Es bueno?

SEYMOUR: No, ese no es muy bueno. Disculpa. Te recomendaría este otro. Sólo esta canción de Menphis Minnie vale 500 dólares, si tienes el original de 78 rpm. Conozco al tipo que tiene el original, lo prestó para esta reedición.

ENID: ¡Vaya! ¿Cuánto cuesta?

SEYMOUR: Un dólar setenta y cinco.

ENID: Ok.

SEYMOUR: Si no te gusta, lo traes y te devolveré el dinero. Estamos aquí todos los sábados.

ENID: Seguro que me gusta.

SEYMOUR: Disfrutalo.


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ENID: Estaba tan tierno al poner el disco en la bolsa de plástico. Dios, casi me pongo a llorar.

REBECCA: Si, ese tío debería suicidarse.

ENID: No sé, creo que me gusta. Ese tío es opuesto a todo lo que odio. La verdad es que es un capullo tan desfasado que diría que es guay.

REBECCA: Ese tío es muchas cosas, pero no es guay.

ENID: Sí, pero... ya sabes a lo que me refiero.

REBECCA: Pues no...

ENID: Olvídalo, no lo puedo explicar...

GHOST WORLD (1.999) de Terry Zwigoff, película basada en el comic de Daniel Clowes.

* Supongo que este post también podría llamarse "Por qué adoro a Steve Buscemi" :)





lunes, 15 de diciembre de 2008

TOTÓ



"Cuando Dorothy salía a la puerta y miraba alrededor no veía otra cosa que la inmensa pradera gris. No había un solo árbol o casa que alterase la ancha llanura que se extendía hasta el borde del cielo en cualquier dirección. El sol había calcinado la tierra arada, que era ahora una masa gris surcada por pequeñas grietas. Ni siquiera la hierba era verde, pues el sol había quemado las puntas de las largas briznas hasta dejarlas del mismo color que todo lo demás. En otra época la casa había estado pintada, pero el sol y la lluvia se habían llevado esa pintura y ahora era tan deslucida y gris como el resto de la llanura. Cuando tía Em fue a vivir a ese sitio era una mujer joven y bonita. A ella también la habían cambiado el viento y el sol. Le habían arrebatado el brillo de los ojos, que ahora eran de un gris apagado; le habían arrebatado el color de las mejillas y los labios, que también eran grises. Ahora era una mujer delgada que no sonreía nunca.

Cuando Dorothy, que era huérfana, fue a vivir con ellos, tía Em se sobresaltaba tanto cada vez que llegaba a sus oídos la risa alegre de la niña que lanzaba un grito y se llevaba una mano al corazón; y todavía se maravillaba de que la niña encontrase cosas de que reírse. Tío Henry no se reía nunca. Trabajaba duro de sol a sol y no conocía la alegría. Él también era gris, desde la larga barba hasta las toscas botas; tenía expresión severa y solemne y casi nunca hablaba.



Quien hacía reír a Dorothy y la salvaba de volverse tan gris como todos los que la rodeaban era Totó. Totó no era gris; era un perrito negro, de pelo largo y sedoso y pequeños ojos negros que centelleaban con alegría a ambos lados de la divertida y diminuta nariz. Totó jugaba todo el tiempo, y Dorothy jugaba con él y lo quería con pasión.

Pero ese día no jugaban. Tío Henry estaba sentado en el escalón de la puerta y miraba preocupado hacia el cielo, que era aún más gris que de costumbre. En la puerta, con Totó en brazos, Dorothy también miraba el cielo. Tía Em lavaba los platos. Desde el lejano norte llegaba el gemido sordo del viento, y tío Henry y Dorothy veían cómo las largas hierbas se inclinaban en oleadas anunciando la llegada de la tormenta. "

LYMAN FRANK BRAUN "El mago de Oz"





JUDY GARLAND "Over the rainbow" (1.939)

viernes, 12 de diciembre de 2008

ELI "PAPERBOY" REED


TAKE MY LOVE WITH YOU


* Este señor estará actuando hoy y mañana en Madrid y Barcelona, ¡no os lo perdáis si tenéis oportunidad de ir!. Tenéis más de su música aquí.


(DOIN´THE) BOOM BOOM

jueves, 11 de diciembre de 2008

NIEVE



"El silencio de la nieve, pensaba el hombre que estaba sentado inmediatamente detrás del conductor del autobús. Si hubiera sido el principio de un poema, habría llamado a lo que sentía en su interior el silencio de la nieve."

ORHAN PAMUK "Nieve"

* Fotograma de "Olvidate de mi" (Eternal Sunshine of the Spotless Mind)

** Ayer comenzó a nevar sobre Pamplona,y como siempre digo, en comparación con el ruido de la lluvia, el silencio de la nieve me resulta de lo más relajante.




FOX IN THE SNOW "Belle & Sebastian"

miércoles, 10 de diciembre de 2008

OTRA VEZ VERANO DEL 42



"Cuando tenía quince años y venía a Packett Island durante el verano, en la isla no había ni tanta gente ni tantas casas. Entonces era mucho más fácil estudiar su geografía y las peculiaridades del mar. Y si los padres no querían que sus hijos muriesen a causa de la soledad y del aburrimiento, ellos mismos se aseguraban de que otras familias aportasen su contribución infantil a la isla. Con Hermie, aquel verano del 42, estuvieron su mejor amigo, Oscy, y otro amigo íntimo, que aún no se había hecho acreedor del calificativo "mejor", llamado Benjie.

Se llamaban "El Terrible Trío", aunque nadie sabía qué razones tenían para ello. Era, principalmente, una manera de robustecer su realidad, de hallar un lugar donde situarse en este mundo.

¿La casa? La casa era de ella y nada ni nadie, desde que Hermie la viera, consiguió atormentarle e inquietarle como ella, ni hacer que se sintiera tan seguro e inseguro, tan importante e insignificante.

Los chicos yacían, doloridos y paralizados, escuchando el hueco sonido del hacha al chocar contra el recio tronco. Allá abajo, en el gran hoyo que había entre dos pilares de madera que soportaban la casa, un hombre enarbolaba el hacha en increíble y formidable arco; la levantaba desde la espalda, como Abe Lincoln, haciéndola bajar, cortando el aire, como Zeus. El tronco se partió, limpio, en dos y otro no tardó en correr la misma suerte. Luego siguió otro, otro y otro. Los muchachos no se movían, apenas respiraban. Miraban sin pestañear por encima del borde de la arena y escuchaban aquellos estallidos que parecían llegar desde el infierno. Aquello, sin saber por qué, era de interés vital para ellos. Aquel hombre, aquel sonido y aquella hacha.

Cuando la mujer hizo su aparición, deslizándose entre las sombras, y rodeó el cuerpo del hombre con sus blancos brazos, el corazón de Hernie golpeó con fuerza contra sus costillas, semejando un gorrión enjaulado. Ella era delgada, aunque bien formada, y su negra cabellera se despaldaba suavemente sobre sus hombros. Todos sus movimientos eran sensuales. No es, pues, extraño que el hombre dejara el hacha y atrajera a la mujer hacia sí, besándola de manera que no admitía rectificación alguna. Y los tres muchachos miraban comprendiendo que aquello era de esencial importancia, que era algo en lo que ellos mismos, algún día, se verían envueltos. Era como una advertencia para el futuro, un preludio de lo que iba a ocurrirles."

HERMAN RAUCHER "Verano del 42"

* Hoy quiero recordar una vez más la preciosa película de Robert Mulligan "Verano del 42" (1.971), con un fragmento de la novela que inspiró el filme y una selección de imágenes de la película que se acompañan de la preciosa banda sonora de Michel Legrand.

martes, 9 de diciembre de 2008

DIOS SE MUERE



She'll come back as fire, And burn all the liars,
leave a blanket of ash on the ground

"Frances Farmer will have her revenge on Seattle" NIRVANA


"Jamás nadie vino hacia mí y me dijo: “eres tonta, Dios no existe. Alguien te ha estado llenando la cabeza de cuentos.” No fue un asesinato. Creo que Dios simplemente murió de viejo. Y cuando me di cuenta de que él ya no estaba no me sentí mal. Me pareció natural y justo. Quizá fuera porque a mí nunca me impresionó demasiado la religión. Iba a la escuela dominical y me gustaban las historias sobre Cristo y la estrella de Navidad. Eran bonitas. Te hacían sentir bien y feliz de pensar en ellas. Pero no me las creía. El profesor de la escuela dominical hablaba de manera muy parecida a como nuestra profesora del colegio solía hacerlo cuando nos contaba cosas sobre George Washington. Agradables y bonitas historias pero no ciertas.

La religión era demasiado difusa. Dios era diferente. Él era algo real, algo que podía sentir. Pero sólo en ciertas ocasiones podía sentirlo. Solía tumbarme entre sábanas frescas y limpias por la noche después de tomar un baño, después de lavarme el pelo y frotarme mis nudillos mis uñas y dientes. Entonces podía tumbarme muy quieta en la oscuridad con la cara vuelta hacia la ventana que daba a los árboles y hablar a Dios. “Ahora estoy limpia. Nunca he estado tan limpia. Nunca estaré más limpia”. Y en cierto modo eso era Dios. Estaba segura de que lo era. Algo fresco, oscuro y limpio.

Eso no era religión, sin embargo. Tenía mucho que ver con lo físico. No podía sentirme de la misma manera a lo largo del día, con las manos metidas en agua de platos sucios y el sol implacable asomándose a través de la suciedad en lo más alto de los tejados. Y después de un tiempo el sentimiento de Dios no duró. Empecé a preguntarme a qué quería se refería el sacerdote cuando decía.: “Dios, el Padre, ve caer incluso el más pequeño gorrión. Él vela por todos sus hijos.” Eso embrolló todo. Pero estaba segura de una cosa. Si Dios fuera un padre, con hijos, esa pureza que yo sentía no era Dios. Así que por la noche cuando me iba a la cama, pensaba. “Estoy limpia, tengo sueño.” Y entonces me dormía. Esto no hacía que gozara menos de mi pureza. Yo simplemente sabía que Dios no estaba allí. Él era un hombre en un trono en el cielo, así que era fácil olvidarlo.

A veces descubría que era útil acordarse de él, sobre todo cuando perdía cosas que eran importantes. Tras corretear de arriba debajo de la casa, asustada y sin aliento por la búsqueda, podía pararme en mitad de la habitación y cerrar los ojos. “Por favor, Dios deja que encuentre mi sombrero rojo con orla azul.” Normalmente funcionaba. Dios se convirtió en un super-padre que no me podía dar azotes. Pero si deseaba una cosa con fuerza él se ocupaba de ello.

Esto me satisfizo hasta que empecé a pensar que si Dios amaba a todos sus hijos por igual, ¿por qué se molestaba por mi sombrero rojo y dejaba que otra gente perdiera a sus padres y madres para siempre? Empecé a ver que él no tenía mucho que ver con sombreros, gente que muere o cosa alguna. Estas cosas ocurrían quisiera él o no, él se quedaba en el cielo haciendo ver que no se daba cuenta de nada. Me preguntaba por qué Dios era algo tan inútil. Parecía una pérdida de tiempo tenerle. Después de eso, se fue desvaneciendo hasta convertirse en... nada.

Me sentí orgullosa de haber encontrado la verdad por mi misma, sin ayuda de nadie. Me sorprendía que otra gente no hubiera llegado también a la misma conclusión. Dios se había ido. Éramos más jóvenes. Él estaba superado. ¿Por qué la gente no lo veía? Todavía me tiene intrigada
. "

FRANCES FARMER





* Una de las cosas que más admiro de la actriz Frances Farmer, es que desde muy joven decidió decir las cosas tal y cómo las pensaba, ser consecuente con sus ideas y convicciones. Curiosamente eso le llevó a ser un estorbo en un país en el que lo "políticamente correcto" es siempre tenido tan en cuenta.

Ya os lo conté en el post que le dediqué hace ya más de dos años, la primera vez que Frances Farmer llamó la atención de la opinión pública fue cuando con apenas 16 años (en 1.931)ganó un concurso de redacción convocado por la Scholastic Magazine de Seattle, gracias a un texto titulado "Dios se muere".

Fue muy triste, por primera vez, (tras la publicación del texto), pude comprobar lo estúpida que puede llegar a ser la gente. Me hizo sentir sola en el mundo. Cuanto más me despreciaban, más pertinaz me hacían sentirme. Cuando empezaron a llamarme La Chica Mala de Seattle Oeste, me propuse vivir a mi manera sin hacer caso de las críticas”.

Pero este sólo sería el primero de una serie de "escándalos" que protagonizaría a lo largo de su vida, el siguiente tendría lugar en 1.935, una Frances ya universitaria, activa participante en el grupo de teatro de la Universidad de Washington, gana un concurso convocado por una revista de izquierdas, The Voice of Action, cuyo premio consistía en viajar a la Unión Soviética. Inmediatamente se ilusionó con el viaje, ya que admiraba profundamente a Chejov y al teatro ruso en general. Pero desde el primer momento se encontró con una fuerte oposición por parte de su madre (declarada anti-Comunista) y de la opinión pública en general, que consideraban escandaloso que una joven universitaria fuera de viaje a la cuna del Comunismo. Tanto fue así que Frances se vio obligada a escribir al Seattle Times para autojustificarse:

"Ningún país es más interesante que Rusia en estos momentos, artística y cientificamente. Mi interés por él, y mi deseo respecto de esta oportunidad de ir allí y ver las cosas con mis propios ojos es puramente artístico. Estoy interesada en el teatro ruso. No estoy interesada en el país desde el punto de vista científico. Tampoco estoy interesada en la política rusa. Naturalmente me interesan todas las formas de gobierno. El comunismo no tiene para mi más atractivo que otra forma de gobierno. No soy comunista. No entiendo porqué a cualquiera le supone un gran problema que se me haya ofrecido este viaje, con independencia de cuál sea el interés del mismo. Resulta que estoy entusiasmada con el Teatro. Rusia es artísticamente uno de los países más punteros del mundo. La oportunidad de ver de primera mano uno de los diez centros teatrales más imporantes del mundo es lo mejor que me podría pasar."



De poco sirvió esta declaración, la fama de atea y comunista le perseguría durante toda su carrera en Hollywood, y serviría de argumentos a sus detractores.

Este año he tenido la oportunidad de leer (y de paso aprovechar para desempolvar mi inglés) dos libros fundamentales para entender a Farmer: "Shadowland" de William Arnold y "Will there be a morning?", autobiografía de la propia Frances Farmer. En ambos libros se destaca la figura de la madre de Frances, Lillian Farmer, como una figura autoritaria y déspota, causante de la desgracia de su propia hija, como ella misma afirma:

"¿Quién fue el responsable de tanto dolor? Ciertamente yo contribuí a mi agonía, pero hubo otro villano.

Los judíos tienen un refrán: "Dios no puede estar en todas partes, y por eso, creó a las madres" y, justificado o no yo tengo a la mía como el principal origen de mis problemas.

Da igual lo fuerte que lo intentáramos, nunca hubo un día en el que fuimos capaces de entendernos la una a la otra. Desde mi niñez nuestra relación fue muy tensa. Cada encuentro entre nosotras terminaba en gritos de histeria y portazos. Mi madre era una mujer determinante y dura, y sus excentricidades contribuyeron a crear circunstancias humillantes que casi destruyen mi vida."



Frances y su madre, en una imagen de 1.944


**Si queréis saber algo más sobre ella, os recomiendo el capítulo que le dedicó Kenneth Anger en su "Hollywood Babilonia", llamado acertadamente "Santa Frances: La Hija de la Furia".

viernes, 5 de diciembre de 2008

DISHES



I am not Jesus though I have the same initials -
I am the man who stays home and does the dishes.
And how was your day?
Is that woman still trying to do your head in?

A man told me to beware of 33.
He said, "It was not an easy time for me" but I'll get through even though
I've got no miracles to show you.

I'd like to make this water wine
but it's impossible.
I've got to get these dishes dry.
Ah...

I'll read a story if it helps you sleep at night.
I've got some matches if you ever need a light
.

Oh I am just a man
but I am doing what I can to help you.

I'm not worried that I will never touch the stars
'cos stars belong up in heaven
and the earth is where we are.
Oh yeah.

And aren't you happy just to be alive? Anything's possible.
You've got no Cross to bear tonight. Ah
No not tonight, Ah.
No not tonight, Ah.

I am not Jesus though I have the
same initials.

PULP (Jarvis Cocker)

* Con esta bonita canción de Pulp os deseo un feliz puente a todos.

jueves, 4 de diciembre de 2008

PREGUNTAS


¡Escríbeme qué llevas puesto! ¿Es cálido?
¡Escríbeme en qué duermes! ¿Es también blando?
¡Escríbeme qué aspecto tienes! ¿Sigue siendo el mismo?
¡Escríbeme qué echas de menos! ¿Mi brazo?
¡Escríbeme cómo te va! ¿Te respetan?
¡Escríbeme qué andan haciendo! ¿Tienes bastante valor?
¡Escríbeme qué haces tú! ¿Sigue siendo bueno?
¡Escríbeme en qué piensas! ¿En mí?

¡La verdad es que sólo tengo preguntas para ti!
¡Y espero con ansiedad la respuesta!

Cuando tú estás cansada, nada puedo llevarte.
Si pasas hambre, no puedo darte de comer.

Así que estoy como fuera del mundo,
perdido, como si te hubiese olvidado.

BERTOLT BRECHT

miércoles, 3 de diciembre de 2008

STANDING IN THE SHADOWS OF MOTOWN


"(Love is like a)Heatwave" Martha & The Vandellas


El otro día vi un interesante documental musical que os recomiendo, "Standing in the shadows of Motown" , basado en el libro de Allan Slutsky de igual título, que rescata del olvido a The Funk Brothers, los que fueron los músicos de estudio del famoso sello de Detroit.

A muchos de vosotros os sonarán los nombres de Smokey Robinson, Diana Ross and the Supremes, the Temptations, Little Stevie Wonder, Marvin Gaye, Martha & The Vandellas... pero no tanto los de Joe Hunter, Earl Van Dyke, James Jamerson, Benny "Papa Zita" Benjamin, Richard "Pistol" Allen, Robert White, Eddie Willes, Joe Messina, Jack Asford, Jack Brokensha, Eddie "Bongo" Brown, Johnny Griffith, Uriel Jones, Dennis Coffey, Melvin "Wah-Wah" Watson...

Estos músicos de estudio fueron los verdaderos artífices del "Sonido de la Motown", que elaboraron durante horas y horas de trabajo y de fructífera colaboración, dando lugar a la base instrumental perfecta para canciones como: (Love is like a) Heatwave, Babylove, Papa was a Rolling Stone, My girl, I Cant´Help Myself (Sugar Pie Honey Bunch), Dancing in the Street, I Heard it Through the Grapevine...

Como os podéis imaginar durante mucho tiempo fueron los "grandes olvidados" de la historia y muchos afrontaron con humildad su inmensa contribución a la Historia de la Música.

Un ejemplo de ello es la emocinante anécdota que se cuenta en el documental. Resulta increíble que Robert White, el guitarrista que tocó el increíble riff de guitarra que da comienzo la canción de The Temptations' "My Girl" - un frase musical tan perfecta, tan sublime que el crítico musical Mark Moses dijo una vez que era casi imposible imaginar una época en la que no existiera - no recibiera reconocimiento por ello. Poco antes del fallecimiento de White en 1.993, se encontraba cenando con el escritor Allan Slutsky en un restaurante de Los Angeles cuando "My Girl" empezó a sonar en el hilo musical. "¡Hey!" dijo un emocionado White al camarero, "¿Ha oído eso?". "", contestó el camarero. De pronto White se detuvo y se quedó callado. "¿Le ibas a decir que eras tú, no?" le preguntó Slutsky. "" le contestó White, añadiendo que el camarero probablemente pensaría que era un viejo chiflado y mentiroso.


""My girl" THE TEMPTATIONS


Habría que esperar hasta el año 1.971 para que The Funk Brothers recibieran un reconocimiento en los créditos del disco "What´s going on" de Marvin Gaye.

Pero el sueño de The Funk Brothers no podía durar, y una mañana de Junio de 1.972 se levantaron con la inesperada noticia de que la Motown se mudaba a Los Ángeles. Algunos (como James Jamerson) siguieron a la discográfica hasta la otra costa de los EEUU, pero la mayoría de los músicos decidió quedarse en Detroit y seguir con una discreta carrera musical, hasta que el libro de Slutsky (que se centraba en la vida del bajista James Jamerson) les rescató del olvido en 1.987, igual que lo hizo el documental del mismo nombre en 2.002.

En 2.004, los Funk Brothers recibieron un Grammy honorífico por toda su carrera.


""What´s going on" MARVIN GAYE

martes, 2 de diciembre de 2008

AVELLANEDA Y YO



Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío

LUIS CERNUDA

"La atraje hacia mí y mientras la abrazaba, sentí que el mundo empezaba de nuevo a girar, sentí que podía relegar otra vez a un futuro lejano, todavía innominado, esa amenaza concreta que se había llamado Avellaneda y los Otros. “Avellaneda y yo” dije despacito. Ella no entendió el porqué de esas tres palabras en esa precisa oportunidad, pero alguna oscura intuición le hizo saber que estaba aconteciendo algo importante. Se separó un poco de mí, todavía sin soltarme, y reclamó: "A ver, decilo otra vez". "Avellaneda y yo", repetí, obediente. Ahora estoy solo, de vuelta en casa, y son casi las dos de la madrugada. De vez en cuando, nada más que porque me da fuerzas y me entona y me afirma, sigo repitiendo: “Avellaneda y yo” ."

MARIO BENEDETTI "La tregua"

* El viernes por la noche releía por enésima vez esta preciosa novela de Benedetti y, como suele ocurrir cuando una ve una película o relee un libro que le gusta mucho, descubrí por vez primera este párrafo en el que antes no había reparado. Y este me llevó a recordar dos poemas de Gloria, ya publicados aqui antes (el último apenas el jueves pasado, con ocasión del décimo aniversario de su muerte), que hablan precisamente sobre la emoción que produce escuchar y decir el nombre de la persona amada.


YA VES QUÉ TONTERÍA

Ya ves qué tontería,
me gusta escribir tu nombre,
llenar los papeles con tu nombre,
llenar el aire con tu nombre;
decir a los niños tu nombre
escribir a mi padre muerto
y contarle que te llamas así.

Me creo que siempre que lo digo me oyes.
Me creo que da buena suerte.

Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima nada más que tu nombre.



CUANDO TE NOMBRAN

Cuando te nombran,
me roban un poquito de tu nombre;
parece mentira,
que media docena de letras digan tanto.

Mi locura seria deshacer las murallas con tu nombre,
iría pintando todas las paredes,
no quedaría un pozo
sin que yo asomara
para decir tu nombre,
ni montaña de piedra
donde yo no gritara
enseñándole al eco
tus seis letras distintas.

Mi locura sería,
enseñar a las aves a cantarlo,
enseñar a los peces a beberlo,
enseñar a los hombres que no hay nada,
como volverme loco y repetir tu nombre.

Mi locura sería olvidarme de todo,
de las 22 letras restantes, de los números,
de los libros leídos, de los versos creados.

Saludar con tu nombre.
Pedir pan con tu nombre.

- siempre dice lo mismo- dirían a mi paso, y yo, tan orgullosa, tan feliz, tan campante.

Y me iré al otro mundo con tu nombre en la boca,
a todas las preguntas responderé tu nombre
- los jueces y los santos no van a entender nada-
Dios me condenaría a decirlo sin parar para siempre.

GLORIA FUERTES

lunes, 1 de diciembre de 2008

MARIDOS Y MUJERES



La genial "Maridos y mujeres"(1.992) comienza con una escena reveladora. Gabe (W.Allen) y Judy (Mia Farrow), reciben con estupor la noticia de que sus mejores amigos Sally (Judy Davis) y Jack (Sydney Pollack) han decidido separarse;

Sally: Antes de cenar queremos deciros algo.
Gabe: ¿Ah si?
Jack: ¿Vas a...?
Sally: Sí, claro
Judy: ¡¿Qué pasa?!
Sally: Bueno, ¿prefieres hablar tú?
Jack: No,no, díselo tú.
Judy: ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?
Gabe: Caramba, que nos lo diga alguien.
Jack: Vamos, dilo,dilo.
Sally: Jack y yo nos vamos a separar.
Gabe: Ah, bueno, eso no es grave, así que...
Judy: ¡Qué dices!
Gabe: Así que..
Jack: Lo hemos... discutido mucho, mucho tiempo, y los dos creemos que es lo mejor. ¿Vale?
Gabe: Estáis bromeando, ¿verdad? Es una broma.
Jack: Hazme un favor. No te lo tomes en plan trágico, ¿quieres? Los dos estamos bien. Muy bien.
Judy: ¿Habláis en serio?


La noticia abre al caja de los truenos para la pareja formada por Gabe y Judy que, a partir de ese momento (y aunque no lo digan abiertamente), pasan a replantearse su matrimonio.

Gabe es testigo de cómo su amigo Jack comienza una relación con una monitora de aerobic mucho más joven que él. Por su parte empieza a sentirse atraído por una tentadora alumna (Juliette Lewis).

Judy acabará enamorándose de un compañero de trabajo (Liam Neeson) que pretendía presentar a Sally para que ésta rehiciera su vida.



En conclusión, esta es una escéptica y analítia radiografía del amor y del matrimonio, en la que es imposible no destacar la influencia de Ingmar Bergman (a quien Woody Allen siempre ha reconocido adorar), ya que viéndola es fácil recordar "Secretos de un matrimonio", que igualmente habla del fin del amor y del divorcio.

Como todo el mundo recordará, el estreno de esta película coincidió con el final, después de más de doce años de vida en común, de la pareja formada por Allen y Farrow, provocado por la relación que éste inició, y aún mantiene, con la hija adoptiva de Mia Farrow, casi 40 años menor que él.
 
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