Nada hay fuera de las murallas de Verona,
sino purgatorio, tortura o el propio infierno.
Así pues ser exiliado de ella es ser exiliado del mundo,
y el exilio del mundo es la muerte.
WILLIAM SHAKESPEARE "Romeo y Julieta"
Esta cita de la famosa obra de Shakespeare precisamente se encuentra en las mismas murallas de
VERONA, ciudad en la que el dramaturgo inglés situó su drama universal sobre el amor. Un drama que ha sido mil veces representado, y del que yo tengo por principal referencia la película que Franco Zeffirelli hizo en 1.968:
Es inevitable que la mayor parte del turismo de esta pequeña ciudad gire en torno a sus más ilustres (y literarios) ciudadanos, ya que no sólo se puede visitar el famoso "Balcón de Julieta" (como diría un amigo mío más falso que un billete de 800 €, jajaja), en el que hay una estatua dedicada a ella y un montón de pintadas cursis, sino también su tumba, aunque ahí no fui:
Pero Verona tiene más cosas por descubrir, curiosidades como la costilla de ballena que está suspendida sobre el Arco della Costa, que separa la preciosa
Piazza delle Erbe de la Piazza dei Signori, de la que la leyenda dice que caerá sobre la primera persona "justa" que pase por debajo (en mi guía matizaban que de momento la costilla sigue ahí, y que ni siquiera ha caído al paso de los distintos Papas que han pasado por allí, ejem).
Verona además fue una importante ciudad romana, y a ella le debe su principal atractivo turístico y cultural, el
Anfiteatro Arena. Enteramente construido (en el siglo I D.C.!) con mármol rosa, tiene una capacidad para 30.000 espectadores nada menos, y en él hoy día tienen lugar muchos espectáculos, principalmente óperas. A mi me causó mayor impresión que el Coliseo, ya que su tamaño es sensiblemente mayor y está mucho mejor conservado. La mañana que fuimos a visitarlo llovía bastante y sentí bastante vértigo, además de que el mármol mojado me resultaba un poco peligroso (una es bastante patosa), pero mereció la pena entrar a verlo.
Callejeando encontramos la Antica Osteria del Duomo, una curiosa tasca decorada con instrumentos antiguos. Allí nos tomamos muy a gusto unos fragolinos (licor de fresas), mientras escuchábamos a estos veroneses cantar canciones de la tierra. Muy pintoresco todo, oigan :).
MILÁN fue por fin la última escala del viaje... Esta ciudad es conocida por ser capital para la moda y el diseño. En contraste con las otras ciudades que había visitado, mucho más pintorescas y cuidadas, he de reconocer que no me sorprendió demasiado. Mención aparte merece su Catedral, una de las más grandes del mundo.
La visita a la Galleria Vittorio Emanuele II nos deparaba una agradable sorpresa. No sólo estaba decorada con unas deslumbrantes luces navideñas (a las que había que añadir un árbol de Navidad de varios metros adornado con cientos de cristales de Swarovsky). Al entrar nos sorprendió escuchar una potente música y darnos cuenta de que la gente se paraba atenta a escucharla. Yo no sabía que esa noche se abría la temporada de ópera en la Scala con la representación de "Aida" de Verdi (dirigida por el mismo Franco Zeffirelli director de "Romeo y Julieta", ya octogenario), la propia dirección de la Scala había instalado en la Galleria dos pantallas gigantes para que todo el mundo pudiera disfrutar gratuitamente de la ópera (disculpad la mala calidad de esta foto):
Milán me reservaba una segunda sorpresa. En el metro me fijé en unos carteles que anunciaban una exposición de Tamara de Lempicka, mi pintora favorita, en el Palazzo Reale, así que no tuve más remedio que acercarme a verla... Pero esto se merece un topic aparte (próximamente).
* Por fin he volcado las fotos al ordenador, así que he modificado los dos post anteriores dedicados al viaje para añadir mis propias fotos, de peor calidad que las anteriores pero al fin y al cabo hechas por mi.