lunes, 21 de julio de 2008

UN EXTRAÑO EN MI VIDA (2)




La edición en España en dvd de la película "Un extraño en mi vida" (1.960) de Richard Quine, me ha dado la oportunidad de volver a ver este dramón, protagonizado por Kirk Douglas y Kim Novak, del que os hablé ya hace bastante tiempo.


Una vez más me ha entusiasmado asistir este romance prohibido, entre dos buenas personas que luchan entre realizar su sueño y pasar el resto de su vida junto a la persona amada, o sacrificarse para no hacer daño a terceras personas.

Es especialmente emocionante la escena final, en la que él (que es arquitecto) le lleva a visitar la casa que ha construido para un escritor, Mr. Altar, y en la que ella ha participado de alguna manera, ya que su historia de amor ha durado lo que ha tardado en materializarse la casa. Él ya tiene decidido que aceptará un trabajo en Hawaii por cinco años, y tiene que contarle que ha decidido terminar su historia, a pesar de lo mucho que la ama, para no destrozar su propio hogar. El encuentro en esa casa es especialmente simbólico, ya que de alguna manera él se ha inspirado en ella para construir ese hogar, que nunca habitarán juntos:



Ella: Pobre Mr. Altar...

Él: ¿Por qué lo dices?

Ella: Porque no sabe que en realidad, esta es nuestra casa.

Él: ¿Sabes qué haría si viviésemos aquí?

Ella: No, ¿qué harías?

Él: Construiría un foso alrededor de este sitio, para dejar al mundo fuera.

Ella: Quieres decir...¿Nada de amigos? ¿Ni de visitas?

Él: Nadie, sólo tú y yo.

Os dejo con la única escena que he encontrado en Youtube, aquella en la que se dan su primer beso...



15 comentarios:

atikus dijo...

Uy, me apunto este dramón, no lohe visto y con estos protas, tiene una pinta estupenda!!

desconvencida dijo...

Conociendo tu confesa adicción por las rubias (aquí la Novak sale bellísima, casi más que en "Vértigo", en mi opinión)y por las películas clásicas te encantará, atikus ;)

dvd dijo...

Quine era un artesano de los de antes, cuando la industria era sólida y había productos solventes como este, teñidos ocasionamente con talentos como el de Douglas.
De aquí salen las obsesiones almodovarianas (confeso admirador de gente com Quine o Sirk), solo que más estrafalarias, claro.
Me alegra comprobar que no caen en el olvido.
Recientemente, me gustó una curiosa revisión de este "género", FAR FROM HEAVEN, de Todd Haynes. Con dos estupendos Dennis Quaid y Julianne Moore.
Saludos.

desconvencida dijo...

Claro que no caen en el olvido... a pesar de que no es una película muy conocida en nuestro país...

"Lejos del cielo" es un dramón de este tipo, dicen que Haynes se inspiró especialmente en Douglas Sirk...

Anónimo dijo...

Si Richard Quine es grande, Douglas Sirk es un maestro!!

Esos melodramas absolutamente excesivos son estupendos, recuerdo que fuia ver Imitación a la vida en el festival de cine de donosti hace un par de años o tres, y ami lado estuvo un Bertrand Tavernier entusiasmado!!!

Anónimo dijo...

el anónimo era yo!!

desconvencida dijo...

jeje, alain, que te despistas! No sabía esa anécdota de Tavernier, ya me contarás mejor...

Esta te la dejo cuando quieras :)

Mondo Gitane dijo...

joder qué amistades enrolladas gastan Vds., yo una vez en el Covadonga divisé al bajito del duo Sacapuntas 3 filas por delante, sentado junto a un agitanado jovenzuelo y ambos tapados por una manta jerezana. Corría el verano del 85 y en el Covacha no sabían lo que era el AA.

Lula Fortune dijo...

Boah! que pedazo vestido rojo, qué tensión erótica, qué besazo de los que hacen afición! Por lo que cuentas debe ser del estilo "amor imposible" como Breve Encuentro, vamos para darse una jartá de llorar.
Gracias por el dato, siempre hay que tener una de estas en el botiquín.
Un besazo (me encanta cómo has remodelado tu casita y la foto es preciosa)

Anónimo dijo...

No sé cómo puede estar mejor que en Vértigo (donde encima es dos personas...o tres). Tiene algo (antes yo pensaba que era su incapacidad de actuar, su nulidad interpretativa), es algo primario, que hace de su frialdad algo inflamante. Kim Novak. No conocía la película. Gracias. Francisco Aranguren.

desconvencida dijo...

* jeje, Mondo, no se queje usted, yo no puedo decir que haya visto al bajito del Duo Sacapuntas (RIP)...

* Lula, sisi, es del estilo de "Breve encuentro" o de su remake "Enamorarse"... tanto él como ella están espléndidos... es una de esas películas en que las miradas y los silencios tienen una significación especial...

* Francisco, es mi opinión particular... me gustaría saber la tuya cuando la veas... En "Vértigo" está más enigmática, aquí más bella...

desconvencida dijo...

Por cierto Lula, que no he comentado lo de los cambios en el blog, no me gusta tocar mucho la plantilla porque soy muy manazas y alguna vez he estado a punto de desconfigurarlo todo, pero como quería añadir las actualizaciones de vuestros blogs de paso añadí esa foto a la firma y otra foto y firma (la clásica) al final del todo... me alegro de que te haya gustado...

MK dijo...

Es una película estupenda y Kirk está que se sale. Tiene una intensidad que por desgracia no heredó el blandurrón de su hijo , que mira que estaba flan en "Atracción Fatal"...y de eso hace veinte años por lo menos...y ha ido a peor , por mucho que lo acoracen con trajes y corbatas brooker man y lo pongan a lidiar con pica-hielos.

desconvencida dijo...

Cierto, MK, su hijito no le llega a la altura del zapato, a este gran actor y productor también de muchas de sus películas... En esta está especialmente bien, vaya miradas que lo dicen todo se gasta...

Isis dijo...

Una de las películas que amo. "Un extraño en mi vida" trasciende las vías del melodrama clásico por varios motivos:

En primer lugar por la escena en la que el personaje de Douglas descubre por boca de Novak lo sucedido con el chico que intentó forzarla. Esto normalmente no ocurre en los melodramas de aquella época. Muy audaz Quine en sus disquisiciones, puesto que lo más sorprendente del asunto es que, al final, no moraliza sobre el tema sino que el personaje de Douglas se rinde a la evidencia de su amor por Novak, pues comprende que él no es ningún juez para juzgarla. Bravo por Quine.

En segundo lugar por la increíble escena en la que el personaje de Mathau (qué gran actor era este hombre) con sólo el acoso verbal al que somete a una Barbara Rush atemorizada (y espléndida) sentimos en propias carnes el horror de lo que supone una violación sin mostrar el más mínimo poro de piel. Gran escena.

En tercer lugar me gustaría hacer una reflexión: ¿En qué película, clásica o actual, se brinda abiertamente por hacer el amor con una persona? Sinceramente creo que no existen películas en las que se hable tan abiertamente sobre el sexo de forma tan elegante y directa, sin resultar obsceno, como ésta.

Por último me gustaría resaltar la secuencia final y el motivo por el que ésta película no es un film sobre una historia de amor convencional. Ambos protagonistas aceptan y asumen la inercia de sus vidas de un modo natural, sin mirar atrás. Para mí es uno de los finales más desoladores y sobrecogedores que he visto en un film. Normalmente, en cualquier historia de amor se tiende a recurrir a la sensiblería (incluso en la magnífica "Los puentes de Madison" Eastwood cae en la trampa, añadiendo unas frases en boca de Meryl Streep mientras se esparcen sus cenizas, cosa que no hacía falta pues las imágenes hablan por sí solas). Quine hace un trabajo soberbio.

Una obra maestra que es necesario redescubrir.

 
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