"- Discúlpeme, Mrs. Benn, pero quizá pase mucho tiempo hasta que volvamos a vernos y me gustaría preguntarle algo bastante personal, si no le importa. Es algo que me ha tenido muy preocupado últimamente.
- Por supuesto, Mr. Stevens. Después de todo, somos amigos, ¿no?.
- Sí, claro, como ud. dice, somos buenos amigos. Sólo quería preguntarle... , pero no me conteste si no quiere. El caso es que... las cartas que me ha enviado ud. durante todos estos años, y especialmente la última, daban a entender más o menos que se encontraba ud... no sé cómo decirlo, que se sentía ud. desgraciada. Y me preguntaba si... no sé, de algún modo, no recibía ud. un buen trato, en general, me refiero. Discúlpeme, pero, como le he dicho, es algo que me ha tenido preocupado. Me sentiría verdaderamente como un idiota si, después de haber hecho tantos kilómetros y habernos visto, me despidiera de ud. sin, al menos, habérselo preguntado. (...)
- Sí, le responderé. Como acaba de decir, es posible que pasen muchos años hasta que volvamos a vernos. Sí, amo a mi marido. Al principio, y durante muchos años, no fue así. Cuando me fui de Darlington Hall, me costaba hacerme a la idea de que realmente me había ido. Pero de eso hace ya muchos años. Más bien tenía la impresión de que era una treta más para fastidiarle a ud. Me costaba creer que me hallaba de pronto aquí, y que era una mujer casada. Y duante mucho tiempo, sí, durante mucho tiempo, fui muy desgraciada. Pero entonces pasaron los años, llegó la guerra, mi hija Catherine creció, y entonces un día me di cuenta de que quería a mi marido. Después de tanto tiempo con una persona, una se acostumbra. Es un hombre bueno y tranquilo, y sí, Mr. Stevens, he aprendido a amarlo.
Tras quedarse un instante callada, prosiguió.
- Claro, eso no impide que haya momentos, momentos tristes, en que me digo: "¿Qué he hecho con mi vida?" , y pienso que hubiera sido preferible seguir otro camino, que tal vez me hubiese dado una vida mejor. Por ejemplo, pienso en la vida que podría haber llevado con ud. Mr. Stevens. Y supongo que es en esos momentos cuando me enfado por cualquier cosa y me voy. Pero cuando hago eso, no pasa mucho tiempo hasta que me digo que mi sitio está aquí, junto a mi marido. Después de todo, no se puede hacer retroceder el tiempo. No se puede estar siempre pensando lo que habría podido ser. Hay que pensar que la vida que uno lleva es tan satisfactoria, e incluso más, que la de otros, y estar agradecido.
Creo que no respondí inmediatamente. No me resultó fácil digerir aquellas palabras. Además, como supondrán ustedes, suscitaron en mi cierta amargura. En realidad,¿por qué no admitirlo?, sentí que se me partía el corazón. "
KAZUO ISHIGURO "Los restos del día".
* Es normal que al estirado y reprimido Mr. Stevens, curtido (después de toda una vida de mayordomo)en el arte de no mostrar sus emociones, sintiera que algo se le removía por dentro al escuchar de la persona que pudo ser la mujer de su vida cómo a menudo se pregunta qué hubiera sido de ellos de haber sido valientes y haber dado el paso de confesarse su mutuo amor y admiración.
** Os dejo con otra gran escena del libro y de la película, aquella en la que Mrs. Benn trata de arrebatarle a Mr. Stevens el libro que está leyendo:
CURIOSIDAD