miércoles, 28 de febrero de 2007

WILDER & FREUD


C.C. Cuando era peridiodista en Berlín, de joven, entrevistó a Freud. ¿Cómo era la atmósfera que le rodeaba?

B.W. No le entrevisté. Me echó antes de poder abrir la boca. Fui a Bergasse, número 19, donde vivía: la calle de la Montaña. Era un barrio de clase media. Fui allí con una única arma, mi tarjeta de visita como periodista de Die Stunde. Era un reportaje para el número de Navidad: "¿Qué opina del nuevo movimiento político en Italia?". Mussolini era un nombre nuevo. Corría el año 1925, 1926, y para mí era nuevo. Así que me documenté sobre él. Freud odiaba a los periodistas, les despreciaba; todos se reían de él.

En aquella época, no conocía a ningún austriaco que se hubiera psicoanalizado. No conocía a nadie que se hubiera psicoanalizado. Era una especie de cosa secreta. Llamé al timbre, y la doncella me abrió y me dijo: "El profesor, Herr Professor, está comiendo". Le respondí: "Esperaré". Así que me quedé allí sentado. En Europa, en Centroeuropa, los médicos usan sus pisos como consultas. Combinan consulta y vivienda. Algunas consultas están dentro de los hospitales. Pero en el caso del profesor, el salón era la recepción y, a través de la puerta que daba a su estudio, se veía el diván. Era muy pequeño, más o menos del tamaño de esto. (Indica un banco pequeño). Con alfombras turcas, lleno de alfombras turcas, una sobre otra. Y tenía una colección de arte africano y precolombino, en aquellos años, 1925 o 1926. Me llamó la atención lo pequeño que era el diván. (Hace una pausa). Todas sus teorías se basaban en el análisis de personas muy bajas. (Me observa, satisfecho: un chiste colocado y una risa ganada merecidamente).


Estaba sentado en una silla. La silla era una minucia detrás del cabecero del diván. Alzo la vista, y allí está Freud. Un hombre diminuto. Tenía una servilleta atada (alrededor del cuello), una cosa blanca, porque se había levantado a mitad de comer, y preguntó: "¿Periodista?". Respondí: "Sí, tengo unas cuantas preguntas". Replicó: "Ahí está la puerta". Me echó.

Fue el momento culminante de mi carrera. Porque me han preguntado sobre ellos, han viajado para preguntarme todos los detalles, para que les diga exactamente qué pasó. Y eso es todo lo que pasó. Un mero "ahí está la puerta". Le dije: "Gracias". (Se encoge de hombros). En cualquier caso, es mejor que asistir a una cena de Estado ofrecida por Sadam Hussein.

C.C.¿Le dio la mano?

B.W. Nada.

C.C. Nada. Símplemente... fuera.

B.W. Sólo una tarjeta de visita (que yo le enseñé). "¿Es usted el señor Wilder? ¿De Die Stunde?". Dije: "". Y exclamó: "¡Ahí está la puerta!"

CAMERON CROWE "Conversaciones con Billy Wilder"

martes, 27 de febrero de 2007

LOS GRITOS DEL SILENCIO


Hace poco hablábamos de reencuentros entre antiguos amores, en el caso de esta escena final de "Los gritos del silencio" (The killing fields) (1.984) de Roland Joffé, nos encontramos ante el emocionante reencuentro de dos grandes amigos que llevan años sin verse.

Esta película está basada en la novela "The death and life of Dith Pran" que el periodista norteamericano Sydney Schanberg, escribió en 1.980. Como corresponsal de The New York Times, conoció de primera mano el comienzo del terror en Camboya, la subida al poder de los Jemeres Rojos (cuya cabeza visible era Pol Pot), que daría lugar a un brutal genocidio en el que, en apenas cuatro años, fallecieron aproximadamente dos millones de personas de una población total de 8 millones de habitantes.

En sus crónicas periodísticas, por las que ganaría el Premio Pulitzer en 1976, Sidney Schanberg contó con la ayuda inestimable de Dith Pran, fotógrafo camboyano. Una vez que los Jemeres Rojos entraron en la capital, Phonm Penh, Schanberg facilitó la huida de la familia de Pran a los Estados Unidos, pero éste decidió quedarse a su lado para cubrir la noticia. En su huída en busca de refugio en la embajada francesa, Pran salva la vida de Schanberg y otros dos periodistas, a punto de ser asesinados por unos jemeres descontrolados. Finalmente Schanberg no le puede devolver el favor, ya que cuando los Jemeres exigen que todos los camboyanos abandonen la embajada francesa, tiene que despedirse de su amigo sin la certeza de volverle a ver.

Los próximos años transcurren lentos, enviando cientos de cartas a todos los puestos de las distintas fronteras con Camboya, en busca de noticias de Pran. Éste es enviado a uno de los famosos campos de exterminio o de "reeducación proletaria", donde la población camboyana de las ciudades era enviada al campo para realizar tareas inhumanas de sol a sol, bajo la atenta mirada de sus líderes jemeres, que no son sino niños que eran considerados "puros" por no haber conocido la Camboya anterior al Año Cero. El simple hecho de hablar francés o llevar gafas eran considerados como un signo de modernidad y corrupción inaceptable, un defecto burgués que podía ser causa de ejecución inmediata. Después de cuatro años de sufrimiento, Dith Pran pudo escapar a la vecina Tailandia, y es allí donde se produjo el el reencuentro con su gran amigo, cuyas primeras palabras fueron: "¿Me perdonas?", como él le contestó, no había nada que perdonar. En la actualidad, Dith Pran es fotógrafo para The New York Times y preside una fundación que tiene por objeto que el genocidio camboyano no caiga en el olvido.


FOTOGRAFÍA DE DITH PRAN Y SYDNEY SCHANBERG


Precisamente, Drith Pran fue interpretado por un actor no profesional, Haing S. Ngor, que sabía muy bien lo que era sobrevivir a los campos de exterminio de los Jemeres Rojos. Doctor en ginecología y obstetricia, tuvo que ocultar su condición de médico, ya que los Jemeres Rojos consideraban que los licenciados universitarios tenían que "pagar" por la opresión ejercida sobre los campesinos, lo que implicaba que no podía demostrar tener ningún tipo de instrucción médica . Por eso cuando My-Huoy, su mujer, tuvo complicaciones en el parto del hijo de ambos, no pudo practicarle la cesárea que ella necesitaba y tanto la madre como el hijo fallecieron .

En 1980 Ngor llegó a Estados Unidos desde Tailandia, donde había sido médico en un campo de refugiados camboyanos al que él había llegado como uno más. Realizó diversos trabajos de mera supervivencia y un día escuchó hablar sobre un casting (el de la película mencionada) que buscaba camboyanos para interpretarla. Se apuntó sin mucha convicción, según dicen guiado por la promesa que en su día hizo a My-Huoy de contar al mundo el sufrimiento acaecido en su país, y finalmente fue elegido para el papel coprotagonista, que le valdría ganar (entre otros muchos premios) el Oscar al Mejor Actor Secundario en 1.984.

Ngor aprovechó su popularidad para ayudar a la gente de su país de origen con distintos proyectos humanitarios, aunque siempre fue un hombre rodeado de melancolía. En una entrevista concedida a la CNN en 1.993 confesó: "Tengo una casa, tengo de todo, pero no tengo una familia... Puedes ser todo lo rico que quieras, pero no puedes comprar una familia feliz".

Ahora viene la parte triste de la historia, el 25 de Febrero de 1996, Haing S. Ngor falleció después de haber sido tiroteado en el garage de su casa en Los Ángeles. Al parecer, los miembros de una banda callejera le abordaron y le pidieron el colgante que llevaba. Al negarse a darlo, fue abatido a tiros. El colgante albergaba su tesoro más valioso, una fotografía de su mujer, My-Huoy. Un triste final sin duda para un superviviente de un campo de exterminio. Quizás debamos recordarle, con su eterna sonrisa, recogiendo su Oscar , con las gafas puestas, y pensar en las palabras que dijo a la prensa entonces:

"Si muero a partir de ahora no me importa, esta película durará para siempre".

lunes, 26 de febrero de 2007

SUAVE


A FRANCISCO

Suave como el peligro atravesaste un día
con tu mano imposible la frágil medianoche
y tu mano valía mi vida, y muchas vidas
y tus labios casi mudos decían lo que era el pensamiento.

Pasé una noche a ti pegado como a un árbol de vida
porque eras suave como el peligro,
como el peligro de vivir de nuevo.

LEOPOLDO MARÍA PANERO "Last night together" 1980


¡Ya estoy contigo! Suave es la noche
y tal vez en su trono aparezca la luna
circundada de mágicas estrellas.

Pero aquí no hay luz, salvo la que acompaña
desde el cielo el soplo de la brisa cruzando
el oscuro verdor y veredas de musgo.

JOHN KEATS "Oda a un ruiseñor"


ANATOMÍA DEL DESASTRE


"Aunque tantas veces se lamentara Francis Scott Fitzgerald de no saber si tenía existencia real o era el personaje de una de sus novelas, sus quejas siempre sonaron absurdas, pues en gran parte era él quien había construido su leyenda de bello y maldito, y la vida se había encargado del resto: una leyenda de perdedor, fracasado, nostálgico, alcohólico, derrochador de su inmenso talento. Vida y obra anduvieron siempre unidas en él, casi indisociables, y esto es algo que se percibe claramente en "Suave es la noche" (1934), uno de sus títulos más autobiográficos, su novela más compleja y desesperada, tal vez por esto la más atractiva de todas.

Con su primera novela, "A este lado del paraíso" (1920), fue aclamado de la noche a la mañana como el portavoz de una rebelde generación de posguerra, la de la época del jazz, la de quienes 'crecieron para encontrar muertos todos los dioses, libradas todas las batallas, destruida toda la fe en los hombres'. Con esa primera novela, y sobre todo con "El gran Gatsby" (1925), conoció el éxito prematuro, subió a la cima de la gloria y se las ingenió para vivir como uno de sus héroes, con la suma de 40.000 dólares al año. Casado con 'la maravillosa Zelda', se sentía tan increíblemente feliz que acabó por advertir que su situación no podía durar, y ya en 1921 escribió: 'Tenía todo lo que quería y sabía que nunca volvería a ser tan feliz'.

No se equivocaba. Tras la resaca del éxito de "El gran Gatsby", su popularidad comenzaría a decrecer a medida que su talento artístico aumentaba. Hasta 1934, que fue cuando publicó "Suave es la noche" -novela que tardó ocho difíciles años en escribir-, todo fueron problemas que incidieron directamente en la construcción de su nuevo libro, incluso en la trama del mismo: dificultades financieras, mal alcohol y sobre todo la tragedia de cierta locura (no la suya, sino la de 'la maravillosa Zelda', con su afición obsesiva por la danza, su rivalidad con él como artista y esa perturbada mente a la que diagnosticaron -como a Nicole en "Suave es la noche" -): esquizofrenia.

Aunque no de una forma demente, también él tenía una personalidad escindida: 'La prueba de una inteligencia de primera clase es la capacidad para mantener dos ideas opuestas en la mente y, al tiempo, conservar la capacidad de funcionar'. En estas palabras hay una magnífica definición de la ironía, de una ironía más bien nostálgica; en estas frases puede verse -como dice Mariano Antolín Rato- un lamento enraizado en la forma de sus frases y en la elección de las palabras, en lo adecuado de su expresión, que constituye la clave del tono específico, tan atractivo, de sus escritos.

Sus escritos fueron siempre los de un autor vitalmente animado, tal como observara el crítico Edmund Wilson cuando apareció "A este lado del paraíso": 'Todo en él está animado de vida, de una vida mercurial y confusa. Sus emociones no nos conmueven profundamente, su drama no nos corta la respiración, pero su alegría, color y movimiento la convierten en algo excitante, después de la realista pesadez y oscuridad de tanta ficción norteamericana seria'.

Ese encanto estilístico especial lo hallamos sin cesar en "Suave es la noche", que, cuando apareció, en 1934, no pudo hacerlo en peor momento, pues a la depresión económica que perjudicaba mucho la venta de libros había que añadir que la novela de Scott Fitzgerald no era precisamente confortable: hablaba del deterioro, de la desintegración de un hombre, y era una dura anatomía del desastre, documentaba con terrorífica exactitud los detalles del vertiginoso descenso del doctor Dick Diver, psiquiatra que funcionaba con dos ideas opuestas en la mente, escindido entre el amor por su esposa Nicole, millonaria esquizofrénica, y la juventud de Rosemary, a la que quiere menos pero por la que también se siente atraído.

Ese idilio con Rosemary -el presente pavoroso de un pasado que podía haber existido- señala el comienzo del desmoronamiento del entrañable Dick Diver, que, al luchar por restablecer la salud mental de Nicole, lucha también por evitar que se derrumbe todo lo demás, es decir, su frágil mundo propio. Lucha, pero no lo logra; más bien acaba hundido del todo, acaba en un trágico hundimiento que el autor explica -al igual que posteriormente lo hizo de su propio desmoronamiento- diciendo que se trata de 'una bancarrota emocional'. La caída de Dick es lo que mantiene la atención del lector y, al final de la novela, cuando esa caída se agudiza, encontramos páginas inolvidables.

Como el héroe al final de una película sobre un hombre solitario, la figura del doctor Diver se pierde en la distancia. Y la novela termina con pasajes sobre la vida mediocre de Dick, médico ahora en una remota pequeña ciudad de Estados Unidos. Está claro que Suave es la noche refleja los problemas personales que fueron hundiendo a su autor a lo largo de los ocho años que tardó en escribirla. Para colmo de desgracias, cuando el libro apareció, tuvo una acogida indiferente; los lectores se habían olvidado del mundo rutilante de los años veinte, o, mejor dicho, se encontraban en una época diametralmente opuesta en el aspecto social, y además creyeron que volvía el escritor de las burbujas y el charlestón cuando éste, lejos de los años felices, lo que había escrito era la desoladora crónica del final de una época. Tal vez Fitzgerald pagó en ese momento -luego su obra se ha vuelto ligeramente inmortal- haber ligado su destino a la caducidad de un tiempo, el de los vaporosos años veinte, que él se había obstinado en recrear a cambio de desperdiciar parte de su talento.

'La misión del artista es examinar las fronteras de la conciencia', dice el doctor Diver a uno de sus pacientes. Posiblemente quiere indicar con esto que la oscuridad es para todos, excepto para los más fuertes, y que en el fondo es preferible quedarse sin cruzar esas fronteras, pues, después de todo, nuestra noche es suave -de ahí el título de la novela, menos gratuito de lo que se piensa-; después de todo, nuestra noche tiene la tierna ventaja de estar a este lado del paraíso, donde no hay fantasmas y sí bellos y malditos escritores como el gran Fitzgerald, un autor de una trágica y frágil pero bella ironía nostálgica, un autor que en el guión de la película de Frank Borzage "Tres camaradas" incluyó esta frase con la que sin duda todos sus lectores estarán vivamente de acuerdo: 'Cuando oscurece, siempre se necesita a alguien'.

ENRIQUE VILA-MATAS




* TAMARA DE LEMPICKA "Le rêve"

viernes, 23 de febrero de 2007

PEQUEÑA AUDREY



"Vivíamos bajo una campana, sin nada que hacer, sin noticias, sin libros ni jabón; sin embargo, aquello no era nada comparado con el horror cotidiano... Durante bastante tiempo lo único que teníamos para comer eran bulbos de tulipán.

Un incesante flujo de refugiados expulsados por los nazis de la ciudad se presentaba en casa en busca de abrigo y comida. Era la miseria humana en su peor expresión: masas de refugiados en los caminos, miles de personas que se morían de hambre. Durante un tiempo acogimos a unas cuarenta personas, pero como no teníamos nada para comer tuvieron que marcharse.

Entonces, una mañana del 24 de Diciembre, mi tía viuda nos comunicó que no quedaba ni una migaja de comestible. Yo había oído decir que si uno se dormía se olvidaba del hambre. Pensé que podía pasar la Navidad durmiendo, aunque primero tenía que subir por la escalera hasta mi habitación. Lo intenté, pero no lo conseguí porque estaba demasiado débil. Se me habían hinchado las piernas, estaba desnutrida y tenía tan mal color a causa de la ictericia que mi madre llegó a temer que muriera de hepatitis. "

AUDREY HEPBURN. Declaraciones recogidas en su biografía escrita por Donald Spoto.



jueves, 22 de febrero de 2007

MINNIE & MOSKOVITZ

"La historia básica surgió de recordar ciertas vivencias de soledad.
La necesidad de una familia, del amor, de la amistad y de un entendimiento
entre ciertas personas que te gustan y que quieres...”
JOHN CASSAVETES



"En las películas todo es diferente. ¿Sabes que las películas son una conspiración? Lo digo en serio. Son una conspiración porque te predisponen a ver lo que ves. Te predisponen desde que eres una niña. Te preparan para creer en todo. Te predisponen a creer en ideales, y en la firmeza , y en los buenos chicos, y en el romanticismo. Y claro está, en el amor. Así que te lo crees, ¿vale?. Sales, empiezas a buscarlo. No aparece , pero sigues buscando. Encuentras un trabajo, como nosotras, y te pasas mucho tiempo ocupándote de cosas: del apartamento, de tu ropa... Y aprendes a ser femenina, ya sabes, "femenina" entre comillas. Aprendes a cocinar... Pero no hay ningún Charles Boyer en mi vida... Nunca llegué si quiera a conocer a un Charles Boyer. Nunca conocí a Clark Gable. Nunca conocí a Humphrey Bogart. Jamás los encontré. ¿Sabes lo que quiero decir? Ellos no existen. Esa es la verdad, pero las películas te predisponen, y no importa lo inteligente que seas; te lo crees."


Minnie Moore (Gena Rowlands) ha dejado de buscar su Humphrey Bogart. Llega a esta conclusión después de ver "Casablanca" con una amiga. Después de una fracasada relación con un hombre casado que le maltrataba(interpretado por su propio marido y director de la película, John Cassavetes), ya no espera nada del amor. Acepta una cita con un conocido que hace años que está obsesionado con ella, cita que acaba de manera desastrosa y violenta cuando él se siente rechazado. Entonces entra en escena Seymour Moskovitz (Seymour Cassel)y ya nada será igual para ambos...


Seymour Moskovitz siempre quiso ser Bogart, al menos eso le dice a un vagabundo algo chiflado que le hace compañía en una cafetería de madrugada, después de haber visto en el cine "El halcón maltés". La realidad es que Moskovitz está muy lejos de ser Bogart, se esfuerza por ser un tipo duro pero no es más que un beatnick tirado, que se gana la vida aparcando coches y que cada noche va buscando y encontrando pelea en los bares.

Minnie y Moskovitz no tendrán unos comienzos fáciles: el miedo de Minnie a tener una relación, el difícil carácter de ambos, la diferencia de clase social, las madres de ambos (curiosamente interpretadas por las madres de Cassavetes y Rowlands), serán obstáculos que resolverán con éxito finalmente.

"Así habla el amor" (Minnie & Moskovitz)1.971 es una más de las buenísimas películas que hicieron juntos el tandem formado por John Cassavetes y Gena Rowlands.

"Nunca nada es tan claro como se ve en el cine. La mayor parte del tiempo la gente no sabe lo que hace - y me incluyo -. No saben lo que quieren o lo que sienten. Solamente en las películas se sabe bien cuáles son los problemas y cómo resolverlos. El cine es una investigación sobre nuestras vidas. Sobre lo que somos. Sobre nuestras responsabilidades - si las hay -. Sobre lo que estamos buscando. ¿Por qué querría hacer yo una película sobre algo que ya conozco y entiendo?"

JOHN CASSAVETES.

miércoles, 21 de febrero de 2007

LUCES DEL NORTE




Las últimas palabras de Goethe :"¡Más luz!".
Desde que salimos del primitivo barro ese ha sido nuestro constante grito:
¡Más luz!
Luz del sol, de antorcha, de vela, de neón.

Incandescentes luces que erradican la oscuridad de nuestras cavernas,
que iluminan nuestras carreteras,
los interiores de nuestras neveras.

Grandes luces para los juegos nocturnos del campo de batalla,
pequeñas bombillas para esos libros que leemos debajo de las sábanas,
cuando deberíamos estar dormidos.

La luz es algo más que watios y velas, la luz es una metáfora.

Tu palabra, es una lámpara bajo mis pies
¡Ira!,¡ Ira contra la muerte de la luz!
Guía brillante luz a través de la oscuridad circundante,
¡Guíame tu para seguir!

La noche es oscura y estoy lejos de casa
Guíame tú para seguir...
Despierta y brilla, porque tu luz está aquí.

La luz es conocimiento, la luz es vida, la luz es luz"



* Este es uno de los innumerables momentos emocionantes que me hizo disfrutar "Doctor en Alaska", cómo no, amenizado por el verbo ágil de Chris Stevens, el locutor de Cicely. Desde luego en Cicely (Alaska) saben cómo combatir el frío, con imaginación.

martes, 20 de febrero de 2007

PRIMERA CITA


"La precariedad de mi estado financiero habia sido, hasta la edad de doce años, el único problema sin compliaciones de mi vida. Pero una nueva dimensión iba a añadírsele...¡Y yo estaba bien preparado para ella!

El caso es que el amor se apoderó de mi cuando tenía doce años. Llevaba aún pantalones cortos, pero un tenue vello empezaba a brotar de mi labio superior. Una jovencita, también de doce años, vivía en el apartamento de encima del nuestro. Tenía "una buena figura". Además de su buena figura, tenía numerosos tirabuzones castaños que caían agradablemente sobre su cuello, y dientes tan uniformes comolos granos de una mazorca de maiz en un año de buena cosecha. Gracias a unas hábiles maniobras mías ella invariablemente me encontraba en el descansillo cada vez que subía a su piso.

Yo había estado ahorrando mis centavos durante cierto tiempo y finalmente había acumulado el dinero necesario para invitarla al teatro de variedades Hammerstein´s Victoria. Yo nunca había estado allí, pero lo había oído mencionar frecuentemente. Tenía ahorrados 70 centavos y lo había calculado todo minuciosamente. Dos localidades de segundo anfiteatro, 50 centavos... Tranvía de ida y vuelta, 20 centavos. Total: 70 centavos. Hubiésemos podido ir andando, pero vivíamos en la Noventa y Tres Este, y el teatro estaba en la Cuarenta y Dos Oeste. Estábamos en enero, los días eran cortos y el tiempo ofrecía una imitación bastante buena de Laponia.

Cuando descendimos del tranvía en Times Square, Lucy estaba encantadora y yo muy guapo. Pero un granito de arena se había introducido en el engranaje. El granito de arena era un vendedor ambulante. Estaba instalado ante el teatro y vendía dulces de coco a cinco centavos la bolsa. Fiel a su sexo, Lucy contempló al vendedor y murmuró que el dulce de coco era su golosina predilecta y que cuál eran mis intenciones al respecto. Yo hice lo que todos los tontos han hecho en todas las épocas, cuando la belleza pide algo. Lo que aquella belleza no sabía era que su indiferente petición había echado por los suelos mi cuidadoso presupuesto y me había arruinado la tarde incluso antes de empezar.

Nos instalamos en el segundo anfiteatro, lejos, muy lejos del escenario. Los actores parecían enanos y los sonidos que preferían apenas sí eran audibles desde nuestro observatorio. Más fuerte que las voces de los actores, sin embargo, era el contínuo crujir de los dulces de coco, a medida que cada uno de ellos se deslizaba graciosamente por el bello gaznate de Lucy. Tal vez ella estuviese demasiado absorta en la representación para ofrecerse a compartir conmigo los dulces, o quizá supusiera que yo era diabético y, sintiendo por mi un amor loco, no deseaba poner en peligro mi salud. Cualquiera que fuese el motivo se los comió todos, migajas incluidas.

Quedé algo afectado por el egoísmo de Lucy, pero tenía ante mi un problema que me hizo olvidar incluso los dulces que no llegué a probar. Aunque registré esperanzadamente en mis bolsillos, únicamente encontré en ellos una solitaria moneda de cinco centavos. La vida era barata en aquellos días, pero no tanto como para que dos viajeros pudiesen subir a un tranvíapor sólo cinco centavos.
La representación por fin terminó. Salimos en silencio del teatro. Al hallarnos en la calle nos encontramos con la oscuridad y una furiosa tormenta de nieve. Ahora me siento terriblemente avergonzado acerca de esto, pero recuerda que sólo tenía doce años, que hacía un frío tremendo y que Lucy se había comido todos los dulces. Además, si ella no me hubiese obligado a comprarle los dulces, me habrían sobrado diez centavos, suficiente para que ambos pudiésemos haber regresado a casa en tranvía.

Pese a todos los argumentos convincentes, todavía me quedaba algo de honor. Me volví hacia ella y le dije:

- Lucy, cuando salimos para el teatro de Hammerstein yo tenía setenta centavos, lo suficiente para las entradas y para el viaje de ida y vuelta. Yo no había proyectado comprar dulces. Yo no quería dulces. Has sido tú quien los ha pedido. Si llego a saber que querías dulces hubiese retrasado la invitación unas pocas semanas más. El caso es que sólo me quedan cinco centavos. Recuerda, Lucy, que tú te has comido los dulces y sabes muy bien que tengo perfecto derecho a irme a casa en tranvía y a dejar que tú regreses andando. Pero ya sabes que estoy loco por ti y que no puedo hacer tal cosa sin concederte una oportunidad. Escucha con atención. Voy a tirar esta moneda al aire. Tú eliges cara. Si sale cara tú coges el tranvía. Si sale cruz, lo cojo yo.

Los dioses estaban de mi parte. Salió cruz.

Por alguna extraña razón, Lucy nunca volvió a dirigirme la palabra. La última vez que me dio fue como si yo hubiese muerto. Y de llevar ella, un cuchillo seguro que lo hubiese utilizado.

GROUCHO MARX "Groucho y yo".

* Hay primeras citas que pueden ser absolutamente desastrosas, sobre todo a ciertas edades, jajaja. Me estoy imaginando a la niña de los tirabuzones regresando sola a casa bajo la nieve, ¡por golosa! :)

lunes, 19 de febrero de 2007

EL COLOR PÚRPURA



Querido Dios. Queridas estrellas, queridos árboles, querido cielo, querida gente. Querido Todo. Querido Dios:

Gracias por traerme a casa a mi hermana Nettie y a nuestros hijos.

¿Quien viene?, pregunta Albert mirando a la carretera. Se ve volar el polvo. Yo, él y Shug estamos sentados en el porche, después de cenar. Charlando. O callados. Moviendo las mecedoras y espantando a las moscas con el abanico. Shug ha dicho que no piensa volver a cantar en público, a no ser alguna noche en casa de Harpo. Que quizá se retire. Albert le pide que se pruebe la nueva camisa. Yo hablo de Henrieta. De Sofía. Del jardín y de la tienda. De cómo van las cosas. Por la fuerza de la costumbre, coso retales, a ver qué sale. Hace fresco para últimos de junio, y da gusto estar en el porche con Albert y Shug. Dentro de una semana, el cuatro de julio, pensamos celebrar una reunión familiar en el jardín de mi casa. Ojalá se mantenga fresco el tiempo.

Podría ser el cartero, digo. Pero conduce muy deprisa.
Podría ser Sofía, dice Shug. Es muy loca conduciendo.
Podría ser Harpo, dice Albert. Pero no es Harpo.

El coche se ha parado debajo de los árboles del patio, y bajan unas personas vestidas como los viejos.

Un hombre alto con el pelo blanco y alzacuellos, una mujer bajita y llena, con unas trenzas grises en lo alto de la cabeza. Un hombre joven y alto y dos mujeres jóvenes de aspecto robusto. El del pelo blanco le dice algo al chófer, y el coche se va. Ellos se quedan parados al pie del sendero, rodeados de cajas, maletas y bultos de todas clases.

Yo tengo el corazón en la garganta y no puedo moverme. Es Nettie, dice Albert poniéndose en pie. Ellos nos miran. Miran la casa. El patio. Los coches de Shug y de Albert. Los campos. Y empiezan a subir por el sendero, muy despacio.

Yo estoy tan asustada que no sé qué hacer. Es como si se me hubiese atascado la cabeza. Quiero hablar y no me vienen las palabras. Voy a levantarme y casi me caigo. Shug me da la mano, Albert me sujeta el brazo. Cuando Nettie pisa el porche, me parece que me voy a morir. Vacilo entre Shug y Albert. Nettie se tambalea entre Samuel y el que tiene que ser Adam. Las dos nos echamos a llorar y avanzamos la una hacia la otra con los pies torpes, como cuando éramos pequeñas. Estamos tan débiles que, al abrazarme, caemos de rodillas. Pero, ¿qué nos importa? Nos quedamos abrazadas en el suelo.

Luego ella dice: Celie.
Y yo digo: Nettie.

Pasa un rato. Vemos cantidad de piernas alrededor. Nettie no me suelta. Samuel, mi marido, dice señalando arriba. Olivia y Adam, nuestros hijos. Y Tashi, la esposa de Adam.Yo señalo a los míos. Shug y Albert, digo.
Todos dicen: Encantado. Luego, Shug y Albert empiezan a repartir abrazos.
Yo y Nettie por fin nos levantamos, y yo abrazo a mis hijos. Abrazo a Tashi. Y abrazo a Samuel.

ALICE WALKER "El color púrpura".

*Aprovecho que hoy es el cumpleaños de mi hermana Onneca para recordar con vosotros la historia de dos hermanas. La emocionante escena final de este libro (por el que su autora recibió el Premio Pulitzer en 1.983) que tan bien retrata la película de Steven Spielberg del mismo título, la encontraréis a la mitad del vídeo, justo después del momento de "redención" gospel.

¡FELICIDADES ONNECA!

sábado, 17 de febrero de 2007

DOS RECOMENDACIONES MUSICALES



1. A todos los que vivís en Madrid: El próximo viernes 23 de Febrero, Virüs, el grupo de mi hermana pequeña dará un concierto en la Sala Ocho y medio de Madrid. Creo que sobre la 12 de la noche. Yo estaré allí, en primera fila, vamos, espero que os animéis a venir. Más información sobre el grupo:

- Web del grupo
- Podéis escuchar temas del grupo aquí

Para que os hagáis una idea, entre sus muchas influencias está Joy Division, suelen hacer una versión en directo de "Transmission" que está bastante bien, mejorando lo presente:




2. Por otro lado, si el grupo EDWIN MOSES pasa por vuestra ciudad no dudéis en ir a verles... Yo ayer estuve en su concierto de Pamplona y lo pasé realmente bien, aquí tenéis una muestra de su música (y pinchando en el enlace de su nombre más):

viernes, 16 de febrero de 2007

TIGRES


LA MUJER TIGRE

Ha olido cómo me acercaba y se ha dado la vuelta. Intento hacerle ver que no estoy interesado en ella, pero siempre he sido un alcornoque fingiendo. Ella se lame las muñecas y los antebrazos. Me vigila con recelo. Se incorpora de pronto, de un golpe de omóplatos, y se pasea en círculos alrededor de mí. Quisiera aprovechar sus movimientos para hacerle una foto o escribir unas líneas, cualquier cosa que me vuelva útil en esta escena. Enseguida se aburre de asediarme y da unos cuantos pasos en dirección al borde. Se me va de la página. Es inquieta.

No hay nada más espléndido que las manchas color albaricoque de su cuello, que se estira y se pliega cuando atisba los flancos. Hace tiempo que la estudio y, de momento, lo único que he conseguido averiguar es que duerme por la tarde, se pierde por las noches y se asoma de este lado sólo al mediodía, cuando el sol le acentúa las franjas del lomo y enciende sus pupilas piedra pómez. Desde el día en que la encontré, distraída, clavándose un colmillo en el labio con delicadeza, no he dejado de imaginar la cacería. ¿Quién cazaría a quién? Desde luego su boca promete el vértigo, la sangre, el rito de la muerte ágil. Mi arma es esta pluma: suficiente al menos, para sucumbir con dignidad. Ese temblor del costado, de las rayas de su vientre al respirar, me salpica la vista, me obsesiona. Su dulce rugir de pequeña catarata me persigue cuando sueño. Al despertar, en cambio, sueño con perseguirlo.

Ella tiene demasiado olfato como para dejarse sorprender en una página. Haría falta una novela, quizá varias, para poder albergar la esperanza de que bajase la guardia por un instante, en mitad de algún párrafo. Pero para hacer eso necesitaría estudiarla durante años. Al fin y al cabo, todo consiste en engañar al tigre.

El hambre, algunas veces, la obliga a acercarse con encantador disimulo y relamerse. Si todavía no me ha atacado es porque, de momento, le agrada esto que escribo, o al menos le hace gracia a su coquetería. Por mi parte, estoy dispuesto al sacrificio: la supervivencia es tan mediocre... Sé bien que le importo poco, que para ella soy, básicamente, un curioso trozo de carne. Aunque también sé que, si transcurre un par de días sin que nos veamos, ella busca cualquier pretexto par regresar y rondar mi cuento. Incluso a veces me hace el honor y decide afilarse las uñas delante de mis ojos, frotándolas contra un árbol con una lentitud exquisita. Otras veces he notado cómo se demoraba al marcharse, mientras dibujaba hipnóticas ondas con su cola manchada. Y aún más. Estoy seguro de que en su guarida de fiera inconmovible, en las noches de luna clara, se siente sola. Y de que a veces, también, hace un esfuerzo y me recuerda.

ANDRÉS NEUMAN "El que espera"



* Fotos de Bettie Page en África.



TIGRE CELESTE


El tigre celeste o angélico está hecho de modo y transparencia a las más bellas medusas del Mediterráneo. Quienes le han visto han tenido la sensación de hallarse ante la suma fragilidad. Su forma es inexplicable, y en su imitación fracasan los joyeros que desean perpetuar su salto como adorno en lujosos visones de invierno. Alfred Bush lo describe como un diamante animado, como un golpe de viento entre los árboles en el amanecer de un bosque; y dice que es también como la luz temblorosa que el calor mueve en los desiertos; y añade: "Toda su belleza le convierte en un dispositivo de seducción para sus víctimas a las que, sin embargo, causará la muerte".

RAFAEL PÉREZ ESTRADA "Cosmología esencial"

jueves, 15 de febrero de 2007

LONE STAR





"No hay una frontera entre la buena y la mala gente,
no se está en un lado o en el otro"


"Lone star" (1.996) de John Sayles es una película maravillosa, que habla sobre barreras, tanto físicas como mentales.

De un lado están la frontera que separa México de Estados Unidos, y a los propios habitantes de Rio County (Texas) entre sí. Con una población en la que 19 de cada 20 habitantes es de origen mexicano (además de existir una minoría negra e india), la difícil convivencia entre todos se palpa día a día. Un ejemplo de ello es la discusión en el claustro de profesores,al comienzo de la película, en el que no se ponen de acuerdo sobre la Historia que hay que contar a los alumnos sobre la formación de su ciudad y el Estado : unos abogan por hablar únicamente de la historia de los "vencedores", y otros por enriquecer la visión de estos hablando de la diversidad histórica y cultural del mismo ( como dice una profesora chicana, Texas se jacta de haber visto "Seis Banderas" flamear sobre su tierra: la Flor de lis de Francia, y las banderas nacionales de España, México, la República de Texas, los Estados Unidos de América y los Estados Confederados de América).

Con una superficie superior a la de España, el Estado de Texas históricamente ha sido un punto de encuentros y desencuentros, una frontera de frágil delimitación entre Estados Unidos y México (por no decir que es el lugar de nacimiento del actual presidente de E.U., lo que explica muchas cosas).

Por otra parte, esta película explora las delicadas relaciones paternofiliales. A su comienzo vemos a dos hombres que regresan al pueblo de donde nacieron para reencontrarse con sus orígenes.

Delmore Payne es un coronel del ejército de los Estados Unidos que es destinado a Rio County para desmantelar la base militar de los marines. Lleva años fuera de allí que es donde reside su padre, Otis al que no habla desde que tenía 9 años, cuando éste les abandonó a él y a su madre por una amiga de ella.



En el caso de Sam Deeds (Chris Cooper), llega a Rio County huyendo de un matrimonio fracasado con una mujer trastornada por el beisbol ( Frances Mc Dormand sólo sale breves minutos en la pantalla, pero como siempre está espléndida), y allí consigue el puesto de Sheriff, que previamente desempeñó su padre. El recuerdo de éste, Buddy Deeds, es amargo para él: le recuerda como un padre autoritario que le apartó del amor de su vida, Pilar Cruz, aunque no logra zafarse de su recuerdo omnipresente, porque constantemente le recuerdan lo admirado y respetado que fue en Rio County.

La acción la desencadena el descubrimiento de un esqueleto en el polígono de tiro de Perdido. Junto al cadáver, que aparentemente lleva años enterrado allí, aparece una estrella de Sheriff y un casquillo del arma reglamentaria de la policía. En la mente de todos está el antiguo Sheriff, Charlie Wade (Kriss Kistroferson), un hombre corrupto y brutal odiado por todos, que desapareció misteriosamente hace más de cuarenta años.



Sam Deeds comienza a investigar el curioso hallazgo, indagando especialmente en el día de la desaparición de Charlie Wade. Esa noche, su propio padre, Buddy Deeds, que entonces era el ayudante del Sheriff, se enfrentó directamente con él por no estar de acuerdo con sus prácticas corruptas, acusándole de abusar de los más desfavorecidos. Para Sam, su padre (ya fallecido) es el principal sospechoso de la muerte del Sheriff Wade, a pesar de que uno por uno los vecinos no cesan en alabar la memoria que su mandato dejó en el condado: "No recuerdo un sólo hombre en este condado - negro, blanco, mexicano - que dudara un minuto antes de llamar a Buddy Deeds para resolver cualquier problema"

Otros sospechosos son Mercedes Cruz, madre de Pilar, cuyo marido Eladio fue asesinado por Wade al descubrir que llevaba espaldas mojadas de un lado a otro de la frontera en su camioneta; y Otis Payne, actual propietario del único bar de negros del condado, que en el momento del asesinato era un simple camarero con el que Wade se divertía ideando cualquier cosa para humillarle y así bajarle los humos. Sus investigaciones le llevan a cruzar la frontera para hablar con un amigo de Eladio Cruz, que le deja en su sitio con esta frase:

"Cruza esta línea. Ya no eres el Sheriff de ningún lugar. Sólo un tejano con muchas preguntas que yo no tengo porqué contestar. ¿Crees que los pájaros que vuelan hacia el sur ven esta línea? ¿Crees que cuando la cruzan empiezan a pensar distinto? ¿Por qué debería ser igual para los hombres?"


Sam Deeds acabará descubriendo los entresijos más ocultos y secretos de Rio County, que llevan tantos años bajo tierra como Charlie Wade, alguno realmente increíble.



En resumen: con una interpretación, guión (que fue nominado al Oscar), fotografía, montaje (los mejores flashbacks que he visto nunca) y música insuperables, esta es una película que te atrapa desde el primer minuto, la mejor que he visto en mucho tiempo.

miércoles, 14 de febrero de 2007

FATALISMO ROMÁNTICO

"En un mundo en el que Dios murió hace cien años y los ordenadores, no los oráculos, predicen el futuro, el fatalismo romántico ha dado un peligroso giro hacia el misticismo. Que yo me aferrase a la idea de que el destino nos había reunido a Chloe y a mí en un avión para que nos enamorásemos, suponía apegarme a un sistema de creencias primitivo equiparable a leer las hojas del té o a escrutar en la bola de cristal. Si bien Dios no jugaba a los dados, lo cierto es que Él o Ella tampoco regentaba una agencia matrimonial.

No obstante, al estar rodeados por el caos, resulta comprensible que tendamos a mitigar todo el horror de la contingencia insinuando que ciertas cosas no ocurren porque tienen que ocurrirnos, dando así al fárrago de la vida una intencionalidad y una dirección que la apuntalen. Aunque los dados puedan rodar de muchas maneras, nosotros esbozamos frenéticamente pautas de inevitabilidad, sobre todo por si un día acabamos enamorándonos de forma inevitable. Nos vemos forzados a creer que este encuentro con nuestro redentor - objetivamente fortuito y, por lo tanto, improbable - ya ha sido escrito en un pergamino que se va desarrollando poco a poco en el cielo, y que por consiguiente el tiempo quizá tenga que revelarnos (por muy reticente que haya sido hasta ahora) la figura de nuestro elegido. Pero ¿qué hay detrás de esta tendencia a leer las cosas como si fueran parte de un destino? Quizá sólo su contrario, la angustia ante la contingencia, el miedo a que el escaso sentido que tienen nuestras vidas no sea sino una creación nuestra, que no exista pergamino alguno (y por ende ningún hado previo que nos aguarde) y que lo que pueda o no pueda ocurrirnos (el que podamos conocer o no a alguien en los aviones) no tenga otro sentido que el que pretendamos atribuirle; en pocas palabras, el temor de que no hay un Dios que cuente nuestra historia, y por tanto, garantice nuestros amores.

El fatalismo romántico ha sido, sin duda, un mito y un espejismo, pero ésa no era la razón para desecharlo porque fuese disparatado. Los mitos pueden adquirir una importancia que va más allá de su mensaje principal; no tenemos por qué creer en los dioses griegos para saber que nos dicen algo vital sobre el espíritu del hombre. Era absurdo presuponer que Chloe y yo estábamos predestinados a encontrarnos, pero también era perdonable pensar que las cosas tenían que ocurrir forzosamente así. En nuestra ingenua creencia, sólo nos defendíamos contra la idea de que igual podíamos habernos enamorado de otra persona si el ordenador de la compañía hubiese combinado las cosas de otro modo, una idea inconcebible cuando el amor está tan ligado a la singularidad del ser amado. ¿Cómo hubiera yo imaginado que el papel que Chloe llegó a desempeñar en mi vida también hubiese podido representarlo otra persona, cuando lo cierto es que me enamoré de sus ojos y de su manera de encender un cigarrillo y de besar, de contestar al teléfono y de peinarse?

Gracias al fatalismo romántico evitamos la impensable idea de que la necesidad de amar es siempre previa a nuestro amor por alguien en particular. Elegimos forzosamente a nuestro compañero o compañera dentro de los límites marcados por la gente a la que conocemos, y como existen distintos límites, distintos vuelos y distintos períodos o acontecimientos históricos, pudo no haber sido Chloe la persona de que yo acabase enamorándome, algo en lo que no podía pensar al ser ella, de hecho, el objeto de mi incipiente amor. Mi error había sido confundir el estar predestinado a amar con el estar predestinado a amar a una persona concreta. El error de pensar que Chloe, más aún que el amor, era inevitable. "

ALAIN DE BOTTON "Del amor".

martes, 13 de febrero de 2007

SUPERSTICION



Very superstitious, writings on the wall,
Very superstitious, ladders about to fall,
Thirteen month old baby, broke the lookin glass
Seven years of bad luck, the good things in your past.

When you believe in things that you don´t understand,
Then you suffer,
Superstition aint the way

Very superstitious, wash your face and hands,
Rid me of the problem, do all that you can,
Keep me in a daydream, keep me goin strong,
You don´t wanna save me, sad is my song.

When you believe in things that you don´t understand,
Then you suffer,
Superstition aint the way, yeh, yeh.

Very superstitious, nothin more to say,
Very superstitious, the devils on his way,
Thirteen month old baby, broke the lookin´ glass,
Seven years of bad luck, good things in your past

When you believe in things that you don´t understand,
Then you suffer,
Superstition aint the way, no, no, no

STEVIE WONDER.



* ¿Sois supersticiosos? Hoy es martes y 13 y a las 13 horas tengo un juicio (en principio nada complicado), ¡deseadme suerte!

lunes, 12 de febrero de 2007

CURIOSIDAD



" Es cierto que la noche en que Miss Kenton entró allí no estaba ocupado en ningún asunto de trabajo. Fue de hecho durante una semana tranquila, al final del día, mientras disfrutaba de una de mis pocas horas de ocio. Como he dicho, no estoy seguro de que Miss Kenton entrara con un jarrón de flores, pero sí recuerdo que me dijo:

- Mister Stevens, de noche esta despensa parece aún más incómoda que de día. Tiene usted una bombilla muy lúgubre, sobre todo para estar leyendo.

- La luz es perfecta, Miss Kenton.

- Se lo digo en serio. Este cuarto parece una celda. Sólo falta un catre, ahí, en esa esquina, para que uno se imagine a un condenado en sus últimas horas de vida.

Ahora no sé si yo, a mi vez, repliqué algo. En cualquier caso, no aparté la mirada de mi libro y esperé a ver si Miss Kenton se disculpaba y se marchaba, pero entonces la oí decir:

- Me pregunto qué está usted leyendo.

- No es más que un libro, Miss Kenton.

- Eso ya lo veo. Lo que me intriga es qué libro.

Levanté la mirada cuando vi que miss Kenton se me acercaba. Cerré el libro y, apretándolo contra el pecho, me levanté.

- Miss Kenton - dije -, le ruego que me respete en mis momentos de intimidad.

- Pero...¿por qué le da tanta vergüenza enseñarme el libro? Empiezo a sospechar que se trata de un libro algo picante.

- Miss Kenton, me sorprende que sea capaz de pensar que en las estanterías de mi señor pueda haber libros "picantes", como usted dice.

- He oído decir que muchos libros de autores eruditos contienen pasajes de lo más picantes. Claro que yo, personalmente, nunca he tenido el valor de comprobarlo. Pero permítame, por favor, que vea lo que está leyendo.

- Miss Kenton, le ruego que me deje tranquilo. Es increíble que insista en acosarme de este modo durante los pocos ratos libres de que dispongo.

Miss Kenton, sin embargo, siguió acercándose, y debo reconocer que me costaba decidir cuál podía ser el mejor modo de proceder. Por un lado tuve la tentación de meter el libro en el cajón de mi escritorio y cerrarlo rápidamente con llave, pero me pareció que podía resultar absurdo yun tanto teatral. Retrocedí entonces unos pasos con el libro todavía pegado al pecho.

- Por favor, enséñeme el libro - dijo Miss Kenton acercándose más - y después le dejaré que siga disfrutando de su lectura. A saber qué libro será, que lo esconde usted tanto.

- Miss Kenton, no me importa lo más mínimo que sepa usted el título de este libro. Lo que sí me importa, por una cuestión de principios, es que se presente de este modo y me usurpe los ratos que tengo para estar solo.

- Lo que me pregunto es si se trata de un libro perfectamente respetable o si pretende usted impedir que me escandalice.

Y de pronto, con Miss Kenton allí delante, parada frente a mí, algo cambió entre nosotros, fue como si de repente nos encontrásemos en un mundo aparte. Creo que no es fácil describir exactamente lo que intento decir. Sólo sé que a nuestro alrededor todo pareció enmudecer, y tuve la impresión de que la actitud de Miss Kenton había sufrido una transformación. Su rostro reflejó una extraña seriedad, y una expresión que me pareció de una persona asustada.

- Déjeme que vea el libro, por favor.

Avanzó unos pasos y empezó a soltarme lentamente el libro de las manos. Consideré que lo mejor, mientras tanto, era que mirase al otro lado, pero al tener su cuerpo tan cerca sólo podía desviar la mirada doblando el cuello de forma muy poco natural. Miss Kenton siguió arrebatándome el libro, levantándome prácticamente un dedo tras otro. Durante todo el proceso, que me pareció larguísimo, conseguí mantener mi postura, y finalmente la oí decir:

- ¡Válgame Dios, Mister Stevens! Pero si no es más que un libro nada escandaloso. No es más que una simple historia de amor.

KAZUO ISHIGURO. "Lo que queda del día"

*Me maravilla la manera en que Anthony Hopkins interpreta esta escena en la adaptación de la novela que hizo JAMES IVORY en 1.993.

A los que os gustó la película en su día, os recomiendo que leáis el libro, es curioso como Ishiguro retrata con total precisión los sentimientos y la forma de pensar de un mayordomo inglés que es plenamente consciente y orgulloso de su posición de total servilismo y discrección, hasta el punto de anteponer los servicios que presta a su dueño y señor a sus propias necesidades.

sábado, 10 de febrero de 2007

BOBBY DARIN



Ayer viernes, escuchando el programa de Radio 3 "El ambigú" que estuvo enteramente dedicado al cantante americano Bobby Darin, recordé la película que vi este año (aunque es del 2004) dedicada a su vida y obra "Beyond the sea". Se puede considerar un proyecto personal (yo diría que personalísimo) de Kevin Spacey, ya que él mismo lo ha dirigido, co-escrito, producido e interpretado (también es su propia voz la que escuchamos cuando canta) . Es una lástima que en su estreno, a pesar de las excelentes críticas, no tuviera toda la promoción y acogida del público que merecía.

Ya he dicho varias veces aquí que no soy muy fan de los musicales (más bien que me gustan pocos), pero esta película (como lo llaman ahora, "biopic") está hecha por todo un fan de Darin, y eso se nota, explora su vida con cariño, escarbando en los fantasmas más personales del propio Darin (y quizás, por extensión del propio Spacey). Desde la relación compleja que tiene con su madre y su hermana mayor (al igual que le pasó a Jack Nicholson, se enteró ya entrado en años que quien creía que era su madre era en realidad su abuela y que su verdadera madre era su hermana mayor), pasando por sus complicada relación con su mujer, la por entonces "Novia de América" Sandra Dee , reflejando los problemas cardiacos que le acompañaron toda su vida y que finalmente causaron su muerte a los 37 años, hasta llegar a una última etapa musical (cuyo punto de inflexión fue marcado por el asesinato de Bobby Kennedy, del que Darin era fiel seguidor) en el que se pasa a la música folk y reivindicativa. Ejemplo de ello es la preciosa "Simple song of freedom" , que escribió en 1971 contra la guerra de Vietnam.

Pero mejor disfrutemos un poco de su música, que es por lo que siempre será recordado, empecemos por uno de sus primeros éxitos, Dream Lover (1.959)


El siguiente éxito de ventas fue la versión de Kurt Weil "La ópera de los tres peniques", Mack the knife (1959), esta versión se convertiría un clásico que interpretaron a partir de entonces todos los grandes cantantes de jazz, entre ellos Ella Fitzgerald, que le menciona en su versión más conocida:



Y por último, de su última etapa folk, una emocionante versión en directo de "If I were a Carpenter", de Tim Hardin, grabada el mismo año de su muerte (1.973). Disfrutadla:


If I were a carpenter, and you were a lady
Would you marry me anyway? would you have my baby?
If a tinker were my trade, would you still find me
Carrying the pots I made - following behind me?
Save my love through loneliness - save my love through sorrow
I´ve given you my only-ness - give me your tomorrow

If I worked my hands in wood, would you still love me?
Answer me, babe: "yes I would - I'd put you above me"
If were a miller , at a mill wheel grinding
Would you miss your colour box - your soft sweet shoes shining
Save my love through loneliness - save my love through sorrow
I give you my only-ness - come give me your tomorrow

If I were a carpenter, and you were a lady
Would you marry me anyway? would you have my baby?
Would you marry me anyway? would you have my baby?




viernes, 9 de febrero de 2007

HOTEL EXISTENCIA


TOM: Dime tú a dónde ir, Harry. Estoy abierto a cualquier sugerencia.

NATHAN: Un lugar donde vivir como uno quiera. De eso es de lo que estamos hablando, ¿no? Una nueva versión de El Edén imaginario. Pero para eso tienes que estar dispuesto a renunciar a la sociedad. Eso es lo que me dijiste. Ya hace mucho tiempo, pero creo que empleaste la palabra coraje. ¿Tienes coraje,Tom? ¿Tiene alguno de nosotros el coraje necesario para hacer eso?

TOM: Todavía te acuerdas de ese trabajo mío de la universidad,¿no?

NATHAN: Me causó gran impresión.

TOM: Por entonces no era más que un pipiolo, aún no me había licenciado. No sabría mucho, pero seguramente era más listo que ahora.

HARRY: ¿A qué nos estamos refieriendo?

NATHAM: Al refugio interior, Harry. Al lugar al que acude la gente cuando ya no puede vivir en el mundo real .

HARRY: Ah, yo tuve uno. Como todo el mundo, supongo.

TOM: No necesariamente. Hace falta una buena imaginación y, ¿cuánta gente puede presumir de eso?

HARRY: Ahora lo recuerdo todo. El Hotel Existencia. No tenía más de diez años, pero aún recuerdo el momento exacto en que me vino la idea a la cabeza, el preciso instante en que se me ocurrió ese nombre. Nunca había estado en un hotel, pero como había visto muchos por fuera cuando mi madre me llevaba al centro sabía que eran sitios especiales, fortalezas que protegían de la miseria y las mezquindades de la vida cotidiana. Un hotel representaba la promesa de un mundo mejor; más que un edificio era una oportunidad, la ocasión de vivir dentro de los propios sueños.

(...)

TOM: Sigo sin entender. Te inventas un sitio llamado Hotel Existencia, pero ¿dónde está? ¿Para qué sirve?

HARRY: ¿Para qué? Para nada, en realidad. Era un refugio, un mundo que podía visitar en mi imaginación. De eso estamos hablando ¿no?. Evasión.

(...)

HARRY: Entrar en el Hotel Existencia era pensar en palabras como alterne, chiaroscuro, destino. Eran hombres y mujeres lanzándote miradas discretas en el vestíbulo.

(...)

TOM: Quiero vivir de otra manera, eso es todo. Si no puedo cambiar el mundo, al menos puedo intentar cambiarme a mí mismo. Pero no quiero hacerlo solo.

(...)

HARRY: Y ¿dónde estaría situada esta pequeña utopía tuya?

TOM: Pues en alguna parte, en el campo, supongo. En un sitio con mucho terreno y casas suficientes como para albergar a toda la gente que quisiera vivir allí.

PAUL AUSTER. "Brooklyn follies"



* Supongo que todos necesitaríamos nuestro particular Hotel Existencia en el que refugiarnos de vez en cuando...

* El primer fotograma pertenece a la película "The million dollar hotel" de WIM WENDERS, el segundo a "2046" de WONG KAR-WAI.

jueves, 8 de febrero de 2007

DAR Y RECIBIR


Ella:Tengo... tengo que decirte algo y no sé cómo hacerlo, yo...
Él: ¿Por qué? ¿Es algo desagradable? ¿Has visto en mi algo que no te gusta?
Ella: No, jajaja, es que no me llenas, jajaja...
Él: No le veo la gracia a esto.
Ella: No es cuestión de gracia, sino...
Él: Bueno, dime lo que ocurre porque estoy preocupado, ¿sabes?. Cuando tu corazón late, late el mío también...
Ella: Lo sé, lo sé, pero creo que no debemos vernos más.
Él:¿De veras?
Ella: Sí.
Él: ¿Por qué?
Ella: Lo siento.
Él: ¿Por qué? ¿Qué sucede?
Ella: Sé que me falta algo y no sé el qué, no sé lo que es...
Él: ¿Qué significa, que te falta algo de mi?
Ella: Sí.
Él:¿Qué quieres decir, qué es? Dime, ¿puedes decirme lo que te falta de mi?
Ella: Creo que si te pararas a pensar un poco lo averiguarías.
Él: Pero, ¿qué te puede faltar de mi, qué puede ser?
Ella:Hay algo, no sé lo que es...
Él: Mi personalidad, mi aspecto físico...
Ella: Pues no.
Él: Bueno, no soy guapo, tal vez sea eso, ¿mi talla o algo de eso? Tal vez sean mis gafas.
Ella: No, no tiene nada que ver con que seas bajo o poco cultivado. No me importa que tus dientes estén torcidos, de veras...
Él: Entonces, ¿qué diantre puede ser? No entiendo, no entiendo. ¿Tiene que ver con mi personalidad? ¿Te diviertes cuando estás conmigo?
Ella: No, pero no es eso, no es que no me divierta cuando estoy contigo, pero...
Él: Nos divertimos cuando nos reimos, pasamos ratos, que ya sabes...
Ella: No es que no nos hayamos reido...
Él: Y no me digas que no nos hemos reído, nos hemos reído mucho, yo me he reído mucho pero cuando me daba cuenta de que tú no te reías yo dejaba de reirme en el acto.
Ella: Es algo importante, algo... nuestras relaciones no conducen a ningún lado.
Él: ¿No puedes ser más concreta? ¿A dónde quieres que conduzcan?
Ella: ¿A dónde podrían conducirnos?
Él: Bueno, verás, quiero decir que si yo te quiero pero tú no me quieres veo muy difícil que podamos los dos intentar...
Ella: No es que no te quiera es...
Él: Entonces, ¿me quieres?
Ella: No, no te quiero.
Él: Luego esa es la razón de que...
Ella: No es esa la razón, insisto en que me falta algo, necesito...
Él:... Comunicación.
Ella:... un hombre muy fuerte.
Él: ¿Fuerte? Yo soy muy fuerte. Soy un líder. Soy perfecto. Tengo todas las cualidades para el mando.
Ella: ¿No lo entiendes? Yo pienso en cosas tan vitales de política, en cosas importantes...
Él: Yo también, yo también, igual que tú.
Ella: Quiero ir a trabajar con los pigmeos en África. Y quiero ir a una leprosería a cuidar leprosos.
Él: Yo lo estoy deseando, lo mismo que tú, lo mismo que tú... Amo la lepra, si eso es lo que me preguntas, estoy dispuesto. Me gusta la lepra, me gusta el cólera, me gustan todas las enfermedades de la piel, así que no veo yo...
Ella: Eres inmaduro, Fielding...
Él: ¿En qué forma soy inmaduro?
Ella: Emocionalmente, sexualmente e intelectualmente.
Él: Sí, pero, ¿en qué otras cosas?
Ella: Oh, quizás sea culpa mía, puede que yo no pueda dar.
Él: De manera que no puedes dar... ¿Entonces por qué no recibes y yo te daré?
Ella: No estoy preparada para recibir.
Él: Bien, entonces tú das y yo recibo.
Ella: Yo no puedo recibir.
Él: Verás, yo soy una persona que puede recibir si otro da.
Ella: Yo no puedo dar, lo siento.
Él: Pero si los dos recibimos, ¿quien da?
Ella: Bien, yo no puedo recibir, mi problema es que estoy recibiendo y recibiendo y no puedo dar ni recibir.
Él: Pero a mi me gustará dar si tú pudieras recibir.
Ella: No puedo recibir, realmente no sé cómo puedo ayudarte, realmente no lo sé.
Él: Mira, si ambos recibimos,entonces ambos...
Ella: Ya te lo he dicho, no puedo recibir cuando no puedo dar, no, no saldría bien. No tiene objeto, Fielding. Lo siento, adiós, lamento hacerte daño.
Él: No te preocupes por mi, cariño. Soy como un gato, siempre caigo de pie. Buaaaa...

WOODY ALLEN "Bananas" (1.971)


* En este diálogo de ruptura (protagonizado por Woody Allen con su ex-mujer, Louise Lasser, sin duda toda una terapia de divorcio) Allen demuestra una vez más porqué es un genio del humor y de la disección de las relaciones humanas.

miércoles, 7 de febrero de 2007

UNA JORNADA PARTICULAR


El otro día, al comprar "El pecado de Cluny Brown" de Lubitsch en una promoción de películas antiguas, me vendieron junto con ella la película que os comentaré hoy, "Una jornada particular" (1977) de Ettore Scola, y debo decir que ha sido un precioso descubrimiento. Fue una de las muchas películas que interpretaron juntos Marcello Mastroianni y Sofia Loren, como siempre bajo la producción del marido de ésta, Carlo Ponti, recientemente fallecido.

Italia, año 1938. Roma se prepara para recibir triunfalmente a Hitler, principal aliado de Benito Mussolini.

En un inmenso edificio de clase obrera vemos como Antonietta-Sofia Loren, va despertando uno a uno a sus seis hijos y a su marido. Ella (sin una pizca de maquillaje, con unas ojeras que le llegan hasta el suelo y en bata, pero bellísima como pocas) lleva ya más de una hora levantada, planchando para toda su familia las camisas negras (parte del uniforme fascista italiano) que llevarán en el desfile. Lo primero que llama la atención es la eterna cara de tristeza y cansancio de Antonietta, que evidentemente lleva todo el peso de su familia sobre ella, ya que su marido, un pro-fascista machista e infiel, no sólo no le ayuda en absoluto sino que tampoco reconoce su trabajo. Una vez sola en la casa, comentando en voz alta y en tono irónico que "madre no hay más que una", comienza a recoger todo el desbarajuste formado por su familia. En un descuido, se le escapa volando la mascota de la familia, una cacatúa, que se va a posar en la repisa del vecino de en frente, Gabriele.

Gabriele - Marcello Mastroianni es un locutor de radio que se ha quedado sin trabajo por ser "Antifascisa, inútil y con tendencias depravadas". Hace más de un año que su única ocupación consiste en rellenar sobres de publicidad comercial y esperar impaciente las llamadas que su amante le hace desde su confinamiento en la Isla de Cerdeña. En ese mismo momento previo a que ella llame a su puerta, está tocando fondo y mira con desesperación un revólver que tiene a mano, quizás la solución a todos sus males. Pero entonces aparece Antonietta, como una ráfaga de aire fresco, y todo cambia para siempre:

Antonietta: ¿Por qué se rie?

Gabriele: No, es que la vida está llena de tantos momentos diferentes, que de vez en cuando también llega el momento de reir, así de repente, como un estornudo, ¿a usted no le ha pasado?

Antonietta: Se está riendo de mi.

Gabriele: No, y aunque así fuera debería estarle agradecido, sí, debo agradecerle que haya venido precisamente ahora.

Antonietta: La verdad, no comprendo.

Gabriele: No me haga caso, hoy estoy un poco raro.

Es curioso la forma en que esta película muestra dos tipos de soledades diferentes.

Por un lado la de Antonietta, una mujer madre de familia numerosa, convencida fascista (ella misma se reconoce como una mujer con poca formación y quizás por eso es carne fácil de toda la propaganda que escucha día tras día en la radio y en casa) que no pasa un minuto en soledad, pero que se siente totalmente infravalorada y desatendida en sus necesidades :"Soy un cero a la izquierda".

Por otro lado está Gabriele, que representa todo lo que odia el Régimen Fascista italiano: homosexual, de tendencias izquierdistas y con ideas propias, aunque en un primer momento intenta adaptarse al tiempo que le ha tocado vivir y hacerse pasar por lo que no es, al final se siente arrinconado quizás porque no haber sabido ser infiel a si mismo. Esta sensible interpretación de Mastroianni le valió la nominación al Oscar a Mejor actor en 1.977.

El encuentro de ambos personajes, con magníficas y emocionantes interpretaciones, es memorable. Antonietta,quizás por su educación, al principio desconfía de los intentos de acercamiento de Gabriele, de quien se siente inmediatamente atraída. Cuando él le confiesa su tendencia sexual se siente rechazada, pero reflexiona y decide aceptarle tal y como es. Entre los dos nace una curiosa amistad basada en la comprensión y el cariño. Al final de este particular día, cuando los ecos del famoso desfile (que la grimosa portera fascista, con un bigote más tupido que el de Hitler, se ha encargado de difundir por todo el patio) dejan de resonar, ambos se despiden y Gabriele le dice:

"Encontrarte, conocerte, hablarte, estar todo el día contigo, precisamente hoy, esto ha sido muy importante para mi."

Del triste final de esta historia no os voy a hablar, lo dejaré para los que se animen a verla ;).

martes, 6 de febrero de 2007

EL MAR



"El pasado late en mi interior como un segundo corazón"


La felicidad era diferente en la infancia. Entonces se trataba tan sólo de acumular, de coleccionar cosas - nuevas experiencias, nuevas emociones - y aplicarlas como si fueran relucientes azulejos en lo que un día sería el maravillosamente acabado pabellón del yo. Y la incredulidad, eso también era parte importante de ser feliz, me refiero a esa eufórica incapacidad de creerte del todo tu buena suerte.

Ahí estaba yo de repente, con una chica en mis brazos, al menos figuradamente, haciendo lo que hacían los adultos, dándole la mano, besándola en la oscuridad, y cuando la película hubo acabado separándome de ella, aclarándome la garganta con grave cortesía, dejándola pasar primero bajo la pesada cortina que hacía de puerta para salir al sol impregnado de lluvia de la tarde de verano. Yo era yo y alguien completamente nuevo. Mientras caminaba detrás de ella en medio del gentío en dirección al Café Playa, me llevé la punta del dedo a los labios, los labios que habían besado los suyos,como esperando encontrarlos cambiados de una manera infinitamente sutil pero trascendente. Esperaba que todo cambiara, como el propio día, que había sido sombrío y lluvioso y sobre el que habíamos visto nubes panzudas mientras nos encaminábamos a la sala de cine en lo que había sido la tarde y ahora era un ocaso de sol rojizo y sombras inclinadas, plantas de cola de caballo goteando gemas y un velero rojo en la bahía virando y poniendo rumbo hacia las lejanías de un azul ya crepuscular del horizonte.

En café. En el café. En el café nosotros.

JOHN BANVILLE "El mar"

* La pasada Navidad leí una crítica de esta novela (en la que Rodrigo Fresán la definía como una suerte de "Verano del 42" reescrita por Henry James) ganadora de varios premios y, aunque yo no suelo guiarme por las críticas literarias, al día siguiente me la compré . Puedo decir que fue todo un acierto, la manera en que escribe Banville es realmente lírica y adictiva.

** Casualmente, buscando la portada del libro para ilustrar este párrafo que he escogido (uno de mis favoritos de la novela), he llegado hasta una fotografía del mismo párrafo del libro en inglés, con una marca en la esquina de la página igual a la que yo hice cuando lo leí.

lunes, 5 de febrero de 2007

REENCUENTRO



Sr. Chow: Casi no te reconozco, pensé que era una mujer japonesa que se parecia mucho a ti. ¿Por qué has venido a Camboya?

Sra. Chan: He venido con mi marido. Él va a hacer negocios aquí, así que ha venido con sus socios a conocer el lugar.

Sr. Chow: ¿No tiene miedo de la guerra?

Sra. Chan: No lo creo.

Sr. Chow: ¿Por qué no le he visto aquí?

Sra. Chan: Está todavía en Pohn Penh organizando los negocios. La mujer de su jefe se aburría, así que hemos venido de visita. ¿Llevas mucho aquí?

Sr. Chow: Unos cuantos días.

Sra. Chan: ¿Por trabajo?

Sr. Chow: Sí.

Sra. Chan: ¿Te divierte ser reportero?

Sr. Chow: ¿Cómo sabes que soy reportero?

Sra. Chan: Ping me lo dijo.

Sr. Chow: ¿Le has visto?

Sra. Chan: No, él me pidió ayuda para conseguirle unos pasajes de barco. Se va a casar pronto.

Sr. Chow: Lo sé, su mujer es bastante guapa, es Miss Singapur.

Sra. Chan: Jaja, nunca lo hubiera dicho.

Sr. Chow: Sí.

Sra. Chan: ¿Qué tal tú? ¿Tienes novia?

Sr. Chow: He estado de aquí para allí sin parar durante demasiado tiempo, no he tenido oportunidad. Si conoces a alguna chica que merezca la pena, ¿me la presentarás?

Sra. Chan: Claro, te ayudaré a conocer a alguien. ¿A dónde irás a continuación?

Sr. Chow: De vuelta a Vietnam. Si pasas por allí ven a visitarme.

Sra. Chan: De acuerdo. Tengo que irme.

Sr. Chow: No te entretengo más. Espero verte de nuevo.

Sra. Chan: Hasta pronto.

Sr. Chow: Eh, hay algo que he querido preguntarte hace mucho tiempo. ¿Me llamaste alguna vez por teléfono?

Sra. Chan: No lo recuerdo.

WONG KAR-WAI. "In the mood for love"

* Cuando el pasado verano hablé en el post "Secretos" sobre el final de "In the mood for love", en el que se ve al Sr. Chow susurrar en solitario el secreto de su amor a los muros de las decadentes ruinas de Ang-Kor Wat (Camboya), Alex me recordó que el dvd trae un epílogo alternativo, con el reencuentro del Sr. Chow y la Sra. Chan precisamente en el mismo lugar.

Sinceramente, no sé cuál de los dos finales prefiero... Supongo que lo que tienen los reencuentros es que desmitifican el recuerdo de aquello que pudo haber sido y no fue, y sino que se lo digan al Sr. Chow, que se topa por sorpresa con la Sra Chan y, sin tiempo para apenas reaccionar, se ve envuelto en un montón de preguntas de rigor, de las que deduce que ella ha vuelto con su infiel marido, resignándose a su vida anterior. También se da cuenta de que le ha seguido la pista, al menos ha preguntado por él a su amigo Ping, pero así mismo tiene que soportar la humillante (en cierta forma) pregunta de: "¿Tienes novia?" que ella le hace, y contestar con indiferencia que ha estado demasiado ocupado para eso, aunque en sus ojos se lee que en realidad no ha podido olvidarse de ella, y que esa y no otra es la razón de que no tenga pareja estable. Después de que él con amarga ironía le comente a ella que a ver si le encuentra pareja, y de decirle por pura cortesía, a sabiendas de que quizás sea la última vez que se vean, que si va algún día por Vietnam no dude en llamarle (aunque no le da sus señas), el Sr. Chow rompe con la formalidad cuando no le deja marchar sin preguntarle aquello que le lleva atormentando durante años, si era ella la que llamó varias veces a la redacción de su periódico preguntando por él, pero que nunca hablaba al otro lado de la línea cuando él contestaba. Ella, sin pestañear, miente y dice que no se acuerda, quizás porque confesarlo sería admitir que aún le importa, o que al menos en ese momento le importaba pero se sentía demasiado cobarde para dar un paso adelante. Y así, con esa mentira retumbando en sus oídos, el Sr. Chow deja marchar al amor de su vida para siempre.

sábado, 3 de febrero de 2007

NE ME QUITTE PAS



Ne me quitte pas
Il faut oublier
Tout peut s'oublier
Qui s'enfuit deja
Oublier le temps
Des malentendus
Et le temps perdu
A savoir comment
Oublier ces heures
Qui tuaient parfois
A coups de pourquoi
Le coeur du bonheur

Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas

Moi je t'offrirai
Des perles de pluie
Venues de pays
Où il ne pleut pas
Je creuserai la terre
Jusqu'apres ma mort
Pour couvrir ton corps
D'or et de lumière
Je ferai un domaine
Où l'amour sera roi
Où l'amour sera loi
Où tu seras reine

Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas

Ne me quitte pas
Je t'inventerai
Des mots insensés
Que tu comprendras
Je te parlerai
De ces amants là
Qui ont vu deux fois
Leurs coeurs s'embraser
Je te racont'rai
L'histoire de ce roi
Mort de n'avoir pas
Pu te rencontrer

Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas

On a vu souvent
Rejaillir le feu
De l'ancien volcan
Qu'on croyait trop vieux
Il est paraît-il
Des terres brûlées
Donnant plus de blé
Qu'un meilleur avril
Et quand vient le soir
Pour qu'un ciel flamboie
Le rouge et le noir
Ne s'épousent-ils pas

Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas

Ne me quitte pas
Je ne vais plus pleurer
Je ne vais plus parler
Je me cacherai là
À te regarder
Danser et sourire
Et à t'écouter
Chanter et puis rire
Laisse-moi devenir
L'ombre de ton ombre
L'ombre de ta main
L'ombre de ton chien

Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas

JACQUES BREL



“No me dejes, hay que olvidar, todo se puede olvidar. Lo que ya pasó, olvidar el tiempo de los malentendidos y el tiempo perdido, saber cómo olvidar esas horas que matan a veces a golpe de porqués el corazón de la felicidad. No me dejes, yo te ofreceré perlas de lluvia, traídas del país donde no llueve, araré la tierra, hasta después de mi muerte, para cubrir tu cuerpo de oro y de luz. Haré un reino en donde el amor será el rey, en donde el amor será la ley, en donde tú serás mi reina, no me dejes. Yo inventaré palabras sin sentido que sólo tú comprenderás, yo te hablaré de esos amantes que hemos visto dos veces con sus corazones entrelazados, yo te contaré la historia de ese rey que murió por no haber podido encontrarte, no me dejes. Se ha visto a veces resurgir el fuego del antiguo volcán que se creía apagado, parece que hay tierras quemadas que dan más trigo que un mejor abril y cuando llega la noche, para que un cielo arda, el rojo y el negro, ¿acaso no se unen?. No me dejes, ya no voy a llorar más, ya no voy a hablar más, me esconderé para verte bailar y sonreír, y para escucharte cantar y después reír. Déjame volverme la sombra de tu sombra, la sombra de tu mano, la sombra de tu perro, no me dejes”.

* Se dice que la primera vez que Edith Piaf escuchó Ne me quitte pas,en 1959, dijo: Un hombre no debería cantar cosas así . No puedo estar más en desacuerdo con la gran dama de la cancion francesa, esta canción, todo un clásico ya, reune emoción y poesía a la vez. Sorprende saber que el propio Brel escribió la canción para una antigua amante suya,Suzanne Gabriello , a la que él mismo había abandonado después de enterarse de que estaba embarazada. Parece ser que la canción no sirvió para que su "amada" regresara a sus brazos...

viernes, 2 de febrero de 2007

CARRETERA PERDIDA



* No sé a vosotros, pero a mi esta escena de "Carretera perdida" de David Lynch me pone los pelos de punta. El pobre Bill Pullman está en una fiesta. De pronto un hombre misterioso de extraño aspecto cruza la sala para dirigirse hacia donde está él. Y le dice esto:

Hombre Misterioso: ¿Nos Conocemos, verdad?

Fred: Yo diría que no. ¿Dónde cree usted que nos conocimos?

Hombre Misterioso: En tu casa. ¿No te acuerdas?

Fred: No, no lo recuerdo. ¿Está seguro?

Hombre Misterioso: Por supuesto. Es más, de hecho, ahora mismo estoy allí.

Fred : ¿Qué quiere decir?¿Dónde está ahora?

Hombre Misterioso: En tu casa

Fred: Eso es una gilipollez

(El Hombre Misterioso esgrime un teléfono móvil y se lo da a Fred)

Hombre Misterioso: Llámame. Marca tu número.

(Fred marca su número.)

Voz Telefónica Hombre Misterioso: Ya te dije que estaba aquí.

Fred: ¿Cómo lo ha hecho?

Hombre Misterioso: Pregúntemelo

Fred (hablando al teléfono): ¿Cómo lo ha hecho?

Hombre Misterioso: Tú me invitaste. No tengo por costumbre ir allí donde no me llaman

Fred (al teléfono): ¿Quién es usted?

(El Hombre Misterioso prorrumpe en una carcajada estridente en persona y, a la par, por teléfono.)

Voz Telefónica del Hombre Misterioso: Devuélveme mi teléfono.

(Fred le devuelve el teléfono)

Hombre Misterioso: Ha sido un placer hablar contigo

DAVID LYNCH "Carretera perdida" (1.997)

jueves, 1 de febrero de 2007

IMAGINACIÓN


"En alguna parte entre el azar y el misterio, se desliza la imaginación, libertad total del hombre. Esta libertad, como las otras, se la ha intentado reducir, borrar. A tal efecto, el cristianismo ha inventado el pecado de intención. Antaño, lo que yo imaginaba ser mi conciencia me prohibía ciertas imágenes: asesinar a mi hermano, acostarme con mi madre. Me decía: «¡Qué horror!», y rechazaba furiosamente estos pensamientos, desde mucho tiempo atrás malditos.

Sólo hacia los sesenta o sesenta y cinco años de edad comprendí y acepté plenamente la inocencia de la imaginación. Necesité todo ese tiempo para admitir que lo que sucedía en mi cabeza no concernía a nadie más que a mí, que en manera alguna se trataba de lo que se llamaba «malos pensamientos», en manera alguna de un pecado, y que había que dejar ir a mi imaginación, aun cruenta y degenerada, adonde buenamente quisiera.

Desde entonces, lo acepto todo, me digo: «Bueno, me acuesto con mi madre, ¿y qué?», y casi al instante las imágenes del crimen o del incesto huyen de mí, expulsadas por la indiferencia."

LUIS BUÑUEL

* Me encanta la manera en que define Buñuel la imaginación... Todos debemos agradecerle que él hiciera tan buen uso de la suya.
 
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