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viernes, 21 de noviembre de 2025

SPANISH EARTH/TIERRA DE ESPAÑA (1937)


En la semana que se cumple el 50 aniversario de la muerte del Dictador Francisco Franco, toca hablar del documental histórico sobre la Guerra Civil  "Spanish Earth", dirigido por Joris Ivens en 1.937.

Dicho documental fue la única producción impulsada por los autodenominados Contemporary Historians Inc. productora integrada, entre otros, por John Dos Passos, Ernest Hemingway, Clifford Oddets, Lillian Helman, Archibald McLeash (su Presidente), Herman Shumlin y Dorothy Parker, con el objeto de recaudar fondos para financiar el bando republicano.

Doss Passos y Hemingway, fascinados por el cortometraje España en Llamas de Helen Van Dongen , que se había hecho a principios de 1.937 para recaudar fondos para la causa republicana, reclutaron a su directora  como editora para el proyecto.

                                     

                                     Helen Van Dongen

En una reunión de la productora que tuvo lugar en el Club 21 de Nueva York, Archivald McLeish y Lillian Hellman escribieron la escaleta o guión primigenio del documental. Ivens había comenzado el rodaje en España y pronto se le unirían Dos Passos y Hemingway, si bien Dos Passos abandonaría el proyecto por diferencias de planteamiento con Hemingway debidas a que este quería reflejar cómo afectaba la guerra a la gente de España, en tanto que Hemingway planteaba el proyecto sobre cómo afectaba la guerra en general a los pueblos que la sufren.

                             


"Hemingway fue de gran ayuda para el equipo de filmación", dijo Hans Schoots en Living Dangerously: A Biography of Joris Ivens. "Con un frasco de whisky y cebollas crudas en los bolsillos, cargaba equipo y organizaba el transporte. Ivens generalmente vestía uniforme de faena y una boina negra. Hemingway solo llegó hasta la boina, pero por lo demás se apegó a la ropa de civil. Aunque rara vez usaba gafas, casi nunca se las quitó en España, clara evidencia de la seriedad de su tarea". 

                                     

En "Noche antes de la batalla" (Night Before Battle), un cuento corto basado parcialmente en su experiencia haciendo la película, Hemingway describe la dureza de la filmación y lo peligroso de la misma:

"Estábamos en ese momento trabajando en una casa destrozada por las bombas que dominaba la Casa de Campo en Madrid. Debajo de nosotros se estaba librando una batalla. Podías verla extenderse debajo de ti y sobre las colinas, podías olerla, podías saborear el polvo, y el ruido era una gran hoja deslizante de fuego de fusil y fusil automático que subía y bajaba, y en él venía el estallido de los cañones y el burbujeante estruendo de los proyectiles salientes disparados desde las baterías detrás de nosotros, el golpe sordo de sus explosiones y luego las ondulantes nubes amarillas de polvo. Pero estaba demasiado lejos para filmar bien. Habíamos intentado trabajar más cerca, pero seguían disparándole a la cámara y no podías trabajar.

La cámara grande era lo más caro que teníamos y si la destrozaban, se acababa todo. Estábamos haciendo la película casi sin nada y todo el dinero estaba en las latas de película y las cámaras. No podíamos darnos el lujo de desperdiciar película y teníamos que ser extremadamente cuidadosos con las cámaras.

El día anterior, los francotiradores nos habían obligado a abandonar un buen lugar para filmar y tuve que gatear de regreso sosteniendo la cámara pequeña contra mi vientre, tratando de mantener la cabeza más baja que los hombros, arrastrándome sobre mis codos, con las balas golpeando fuertemente la pared de ladrillo sobre mi espalda y dos veces arrojando tierra sobre mí."
 


La película fue estrenada el 8 de Julio de 1937 en un pase privado en la Casa Blanca ante el Presidente Franklin D. Roosevelt, propiciado por la amistad que Martha Gellhorn (pareja de Hemingway tenía con Eleanor Roosevelt) y llegó a recaudar en total casi 70.000 dólares que fueron destinados a ambulancias y medicinas para la causa republicana.

El documental, de apenas 53 minutos, tiene la cualidad de reflejar con realismo histórico el inicio de la contienda civil, con especial valor añadido de las imágenes de la guerra en pleno centro de Madrid, donde la cotidianidad de las acciones del día a día se mezclan con la crudeza de la guerra. En una entrevista de 1981 sobre el documental, Joris Ivens contesta sobre la motivación del documental y su falta de "objetividad": 


Entrevistador: Leí en alguna parte que Roosevelt había dicho que la película podría haber sido aún más propagandística a favor de los republicanos. ¿Recuerdas ese comentario? 

Joris Ivens: No, no, no. Hubo otro comentario... Nos dijeron: "¿Por qué no han estado también del lado de Franco? Así sería una película muy objetiva".  Yo dije: "Si hubiera estado del lado de Franco, no estaría aquí, ¿sabes? Habría sido ejecutado". En este tipo de guerras y reportajes, solo hay un lado, ¿entiendes? Para nosotros, para el tipo de personas que hacemos documentales, para informar... tal vez de manera diferente, pero nosotros realmente tomamos partido, y lo hicimos abiertamente. No dijimos que éramos formalmente objetivos, no. Pensamos que la causa española era la verdadera causa del futuro de la democracia en España. Y también, no hay que olvidar que esta película fue realmente una especie de indicación de que la Segunda Guerra Mundial estaba a la vuelta de la esquina.  Fue como una cerilla, mostramos una cerilla a un fuego que vendría, porque fue la primera vez que las fuerzas fascistas de España... bueno, de Alemania y de Italia interfirieron militarmente con bombardeos y con armas en una causa de guerra popular. Es importante, ¿sabes? 


Mención especial merece el hecho de que Ernest Hemingway y Orson Welles se conocieron (e iniciaron una larga amistad que llegaría hasta el suicidio de Hemingway en 1961), cuando a Welles le ofrecieron ser la voz narradora principal del documental. De hecho fue la versión narrada por Wells la que se vio y escuchó en el pase de la Casa Blanca, pero finalmente se decidió por los productores que la voz de Hemingway era mejor para narrar lo vivido de primera mano en España, Russell Campbell en su libro "Cinema Strikes Back: Radical Filmnaking in the United States 1930-1942" recoge las siguientes palabras de Joris Ivens al respecto:

"Tal como lo propuso Archibald MacLeish, le pedimos a Orson Welles que leyera (la narración) y pareció un buen trabajo; pero había algo en la cualidad de su voz que lo separaba de la película, de España, de la actualidad de la película... En cualquier caso, cuando llevé la película a Hollywood, las otras personas de Contemporary Historians —Herman Shumlin, Lillian Hellman y Dorothy Parker— notaron lo que fallaba y sugirieron que Hemingway intentara leerlo él mismo. Eso era lo correcto. Durante la grabación, su comentario sonó como el de un reportero sensible que ha estado en el lugar y quiere contarte lo sucedido; un sentimiento que ninguna otra voz podría comunicar. La falta de la pulcritud de un comentarista profesional ayudaba a creer intensamente en las experiencias de la pantalla."

En 1976, Orson Welles recordaba lo siguiente sobre su encuentro con Ernest Hemingway


"¿Alguna vez lo conociste? Él era un amigo muy cercano mío. Sí, lo conocí de forma intermitente durante muchos años. Tuvimos una relación muy extraña: él era... Yo nunca pertenecí a su clan, porque me burlaba de él y nadie se burlaba de Hemingway, pero yo sí, y él lo toleraba, pero no le gustaba que lo hiciera delante del "club". Nos conocimos en la proyección de una película, que él había hecho y que quería que yo narrara. Y él había escrito el guión... esto fue hace muchos años... y no nos habíamos visto. Es una sala de proyección oscura y yo estaba leyendo el texto y dije: "¿Es realmente necesario decir esto? ¿Crees que no sería mejor simplemente ver la imagen?" y cosas así. Y entonces, oí ese gruñido desde la oscuridad, ¿sabes?: "Tú, maldito marica, que diriges un teatro de arte, tratando de decirme cómo escribir la narración", y demás... Así que empecé a exagerar. Pensé, si eso es con lo que estoy lidiando. Dije: "Oh, señor Hemingway, ¿qué piensa, que porque es tan grande y fuerte y tiene pelo en el pecho..." Entonces esta gran figura se levantó y me lanzó un golpe, así que yo le lancé un golpe a él. Ahora tienen la imagen de la Guerra Civil Española proyectándose en una pantalla y estas dos figuras pesadas lanzándose golpes la una a la otra y fallando la mayoría del tiempo. Las luces se encendieron, nos miramos y rompimos a reír y nos hicimos grandes amigos. No una amistad que se renovara cada año, sino a lo largo de muchos años en diferentes momentos. Y lo vi bastante en el último año, en el que todavía estaba enteramente en control de sí mismo. Pero nunca hablamos de tauromaquia, porque, salvo en el tema de Ordoñez, estábamos en profundo desacuerdo en demasiados puntos. Él pensaba que lo había inventado. ¡Realmente lo creía! ¿Quizás lo hizo? ¡Su libro "Fiesta", por supuesto, es soberbio!"
                                             Ernest Hemingway. Diciembre 1937. España

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*BERYL MARKHAM

*DECÁLOGO MÁS UNO



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