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sábado, 8 de noviembre de 2025

THESE THREE/ ESOS TRES (1936)



Esta película, basada en la exitosa obra de teatro "The Children´s Hour" (1934) de la propia Hellman, está inspirada a su vez en un hecho real sucedido en 1810 en Escocia, en el que dos profesoras, Jane Pirie y Marianne Woods, fueron demandadas por la abuela de una pupila, acusadas de "comportamiento lascivo e  indecente", y presagia la reacción artística contra el Macartismo de los años 50.

"Yo había creído, hasta finales de la década de 1940, que los instruidos, los intelectuales, vivían de acuerdo con lo que afirmaban creer: la libertad de pensamiento y de expresión, el derecho de cada hombre a sus propias convicciones, una promesa más que implícita, por lo tanto, de ayuda a aquellos que pudieran ser perseguidos. Pero solo unos pocos levantaron un dedo cuando McCarthy y los suyos aparecieron."

Lillian Hellman, "Tiempo de Canallas"

El éxito en Broadway de la obra de teatro, catapultó a la fama a Lillian Hellman con apenas 29 años, siendo considerada incluso ese año para el Premio Pulitzer al mejor Drama, concesión que le fue denegada finalmente por las referencias veladas a la homosexualidad que contenía, consideradas escandalosas para la época.


                                                         William Wyler y Lillian Hellman

Esta película fue la primera de las frutíferas colaboraciones entre el director William Wyler y Lillian Hellman, y curiosamente fue llevada de nuevo al cine por el propio Wyler en una nueva adaptación más libre en 1.961 (en España titulada "La Calumnia") , de la que hablaremos próximamente.

En este caso, para burlar la censura impuesta por el Código Hays, vigente desde 1934, la relación lésbica implícita entre las protagonistas origen del escándalo se transformó en una relación sexual clandestina entre la amiga de la protagonista y su prometido.


                                  


En el arranque inicial la película tiene tintes de comedia, dos amigas Karen Wright (Merle Oberon) y Martha Dobie (Miriam Hopkins ,que como curiosidad diremos que en la versión de 1.961 interpretaría a la tía de su personaje) recién licenciadas, deciden crear juntas un internado para señoritas en la antigua granja heredada por Karen en Massachusetts, con la ayuda de la tía de Martha, Lily.

                                     

El vértice del triángulo amoroso, en el caso de esta película es el formado por Joe Cardin (Joel McCrea) que interpreta a un solícito médico que ayuda a ambas amigas con las obras de reforma del internado y que termina por formalizar una relación de noviazgo con Karen.

                                 

Una niña traviesa llamada Mary Tilford (interpretada por Bonita Granville, que fue nominada al Oscar con apenas 14 años por este papel), difunde el rumor de que Martha tienen una aventura amorosa con el novio de su amiga y socia Joe, y se lo cuenta a su abuela Amelia, quien encabeza la retirada masiva de estudiantes de la escuela. 

Martha y Karen intentan demandar a Amelia Tilford por difamación, pero pierden el juicio. Más tarde, Joe, el prometido de Karen, pierde su puesto de trabajo como médico a consecuencia del escándalo intenta convencer a Martha y Karen de que se muden con él a otra ciudad y empiecen de nuevo, pero Karen se siente culpable por el estrés que los rumores han puesto en la reputación de él y en su propia vida.

Karen intenta romper con Joe, y Martha revela que tiene sentimientos por Joe. 

Amelia Tilford llega entonces para disculparse, ya que las mentiras de Mary han sido descubiertas, pero el daño ya está hecho.




En la era de la Posverdad y de la Cultura de la Cancelación encontramos de plena actualidad esta obra sobre las dramáticas consecuencias de una mentira en una pequeña sociedad.

Como curiosidad recogemos la crítica de la película que hizo en su estreno nada menos que Graham Greene, en el periódico "The Spectator": "Rara vez me he sentido tan conmovido por una película de ficción... Después de unos diez minutos del habitual sentimiento, singularidad y exageración de la pantalla,  uno comenzaba a contemplar el incrédulo placer de nada menos que la vida. "

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