"Le fascina lo ilógico, que no tiene verbo, lo absurdo, que tampoco disfruta de tal; lo que sí, que tampoco se puede declinar. Sólo es o no es. No cuenta lo que se puede rechazar, rehusar, desechar, despedir, refutar, verbos regulares. Sí lo irracional, no lo arbitrario; la arbitrariedad, no lo inverosímil; la inverosimilitud, no lo imposible.
El despropósito, la enormidad, el desvarío, el delirio, (ni la locura ni el devaneo), la burrada no la necedad; la impertinencia mas no la extravagancia. Le encanta la insentatez, la incoherencia, la desconformidad, la ficción, el sueño, el esperpento, las apariciones; a veces, la patochada, el absurdo, la contradicción si es oposición, el contrasentido, las paradojas, el disparate, el desbarro. Delirar, no llevar pies ni cabeza; pero nunca hablar a tontas y a locas. Lo irracional, ante todo, por lo racional. Cierta brutalidad por lo que tiene de bestialidad. Lo irrazonable, lo disparatado ( que no son lo mismo: lo disparatado puede ser razonable ). Lo inconveniente para lo que se tiene burguesamente por ello. De allí su gusto por lo inmoral desde el ángulo de la buena educación y por la pornografía, así se llame erotismo por lo fino.
Prefiere lo nombres a los verbos: ni disparar, ni desbarrar, ni desvariar, ni soñar ni delirar, sino lo sustantivo de los sustantivos: los disparates, los sueños, embutidos en la realidad más vulgar y cotidiana.
Apaga y vámonos antes de pasar al humor, la ironía, al donaire, la broma, la burla, la sátira, el sarcasmo, lo cáustico, lo mordaz, la muerte de las ilusiones. Hágase la irreverencia, la desobediencia, la rebeldía, el descaro, el desdén, el menosprecio —sin llegar a la ofensa— la profanación, la blasfemia, la irreverencia; todo sin hacer disonancia: desprecio, ofensa, profanación y blasfemia. Entre dos aguas; haciéndose el inocente, para poder defenderse en caso necesario.
Ni crédulo ni incrédulo, ni religioso ni irreligioso, ni comunista ni burgués (ni mucho menos anticomunista), ni anarquista ni totalmente en contra, ni creyente ni increyente (en la magia, por ejemplo). Escéptico sin serlo, ni ateo del todo, tal vez —no lo creo— descreído, materialista hasta cierto punto, fiel e infiel, hereje sin saber de qué, anticlerical con lagunas, irreverente, libertino, sólo en principio impío; sacrílego sólo en las formas, descatolizado hasta el punto en que puede serlo un español, que no es demasiado. Hipócrita en el buen sentido de la palabra, que lo tiene. Atrevido sin querer. Amigo del desacato a las autoridades siempre que no entrañe peligro para él. Adelantado. Bien educado. Egoísta y espléndido. Amigo de ayudar. Difícil de enfurecer, pero no enemigo de dejarse llevar por su temperamento. Amigo de los excesos, lo infrecuente; monstruo normal; nada rencoroso; cascarrabias a veces; algo quisquilloso; malicioso; amigo de retruécanos, anfibologías y ambigüedades; no le importaban los contrasentidos ni la malicia ni la corrupción —teniendo muy en menos los vicios—. No le importan las mentiras si no provienen o buscan enredos, jamás toma el rábano por las hojas, ignora los malos pensamientos porque los descubre fácilmente. Ni fresco, ni amoroso, ni suave. Terco, pertinaz, duro, casado con sus opiniones, porfiado, cabezudo, tieso que tieso pero no duro de mollera, casi irreductible, sordo, impertinente, testarudo, obcecado, pero no fanático; constante, sectario, defensor de sus amigos; empecinado pero sin manías, cumple lo que promete y sabe lo que es hacerse responsable a pesar de su afición a lo irracional. Puntual sin falta, se sale de sí si los demás no lo son.
Amigo de papar moscas, mirar las musarañas, el frío, andar, matar el tiempo, la ociosidad y el buen vino, los aperitivos dulces, las cremas, la repostería, y si de comer se habla todavía no conozco plato —si bien aderezado— al que no le entre como valiente; no tiene, en la mesa, preferencias: lo popular y lo muy preparado en cocina de altos gorros y pinches le tientan por igual. Come —comía ¡ay!— como un tudesco, un gabacho, un aragonés. Dicen: «Después de Dios, la olla»; para él tanto montan, a sus horas. Fue hombre de convites, gastrónomo de taberna y tragaldabas de restaurantes de los más nombrados. Polífago.
Parcial, con preferidos, predilectos, favoritos, debilidades por quienes tal vez no las merecían (¿quién no?), prejuicios (pero capaz fácilmente de echarlos por la borda), obstinado, intolerante, con ciertas obsesiones, de buenas costumbres, sin importarle el que dirán, parece más caviloso, por los años, de lo que es y está.
Inteligente, crítico arbitrario y por lo tanto excelente. Amigo de sus amigos, cuanto más viejos mejor, por su amor a la vida.
Respetuoso del azar. Amante de lo ilógico. Cara de verdugo; de andar ya recargado por sus años, poco dado a demostrar sus efectos, por ahí va al Supermercado, Luis Buñuel a comprar sardinas frescas, si las hay; Noilly-Prat, si se encuentra una botella. Incapaz de viajar con un paquete, feliz de que un amigo le traiga uno de Gitanes. Contradicción hecho arte. "
MAX AUB. Ínsula, n.º 320-321, 1973.
* Me encanta esta semblanza que Aub hace (fue publicada en la Revista Ínsula después de su fallecimiento, en 1.972) de Luis Buñuel, en la que no ahorra ningún tipo de adjetivo hacia su persona, resultando una descripción del genio aragonés de lo más completa.
9 comentarios:
mE ha gustado este post de BUÑUEL
hablé un poco del
en un post mio
me quedo con: amigo de sus amigos, cuanto mas viejos mejor, por su amor a la vida.
Gracias Opiüm, ahora le echo un vistazo a tu post sobre el de Calanda ;)
jua jua jua... me suena de algo este texto!!!
los viejecitos Buñuel y Aub, menudos piezas, la de dry martinis que se habría tomado juntos!!!
P.D: nunca he entendido la expresión amigo de sus amigos, ¿de quién sino?
jiji, gracias por la pista, me encantó este texto, además de la carta de Octavio Paz, que seguro que cae algún día por aquí, alain ;)
Tienes razón, es toda una redundancia, supongo que se refiere a que hay amigos que no lo son tanto, llegado el momento (aunque no deberían llamarse amigos)... en fin, que me lío :D
Tenía un amigo frances que fumaba Gitanes, bueno al principio con la edad y con mas pasta comenzó a fumar Malboro (de contrabando) era de Avigñon, cerca de Marsella y allí siempre había mucha mafia, pero se mato hace tiempo en un accidente de coche, un buen amigo.
De Buñuel es dificil no hablar de vez en cuando ;)
Vaya atikus, imagino que te habrá traído recuerdos entonces... un tío mío también fumaba Gitanes, y en fin, supongo que el nick de otro ilustre bloguero, Mondo Gitane, vendrá de ahí :D
No lo conocia. Vuelvo luego a leerlo bién.Gracias guapetona.
No conocía este texto que define tan perfectamente al genio de Calanda. Gracias por publicarlo y darmelo a conocer. Complementa perfectamente la autobiografía que Buñuel escribiera "a cuatro manos" con Jean Claude Carriere, y, que ambos, tenemos como uno de nuestros libros de cabecera, creo
* Es una gozada la descripción que hace de Buñuel, MK... un beso!
* Así es, Koolau, es uno de mis (nuestros) libros favoritos, una verdadera gozada de leer, lo que se aprende sobre cine y la vida leyéndolo...
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