
Cuando una historia de amor está bien contada, es indiferente que entre sus protagonistas haya una gran diferencia de edad (como en "La tregua" de Benedetti) o que no sean atractivos y jóvenes (como en "Breve encuentro" de David Lean), o como es el caso, que sean gays, consigue recordarnos un montón de sensaciones (para algunos) ya olvidadas: las inseguridades y el miedo del comienzo, la felicidad de los primeros momentos , el dolor de las separaciones temporales, la ansiedad por apurar cada segundo juntos... Ang Lee retrata con grandes dosis de realidad y nada de sentimentalismo barato una historia de amor imposible y complicada. Igual que en "Amores perros", la bso de Gustavo Santaolalla se funde con el increible paisaje, en este caso de las Montañas Rocosas, donde fue rodada la película.
No voy a decir el detalle que más me ha gustado del final para no destriparos la película, pero a veces (sólo a veces) un fotograma vale más que mil palabras.


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