Hace un tiempo que os hablé
por aquí de la que es mi película favorita sobre
mi profesión, la abogacía, "Veredicto Final" de
Sidney Lumet (1.982) , con guión de David Mamet.
Mucha gente recuerda la emocionante
interpretación que hizo Paul Newman del abogado Frank Galvin, personaje por el
que estuvo nominado al Oscar como Actor protagonista (y que perdió en favor del
"Gandhi" de Ben Kingsley).
La película está basada en una
novela de Barry Reed, que desafortunadamente no está
traducida al español (o al menos yo sólo la he encontrado en inglés original) y
como curiosidad diré que su autor era un abogado de Boston que vivió un doble
éxito profesional, en su carrera y como escritor, siendo "Veredicto
final" su novela más famosa.
En un reportaje sobre el rodaje de la película, el
propio Reed comparaba el ejercicio de la profesión con lo que se veían en la
pantalla:
" Todo el mundo siempre ha dicho que los abogados se parecen a los actores, y probablemente sea verdad; uno hace mucha preparación. Una cosa que no queremos en la sala de vistas es la espontaneidad; no les decimos [a los testigos] qué decir, pero sí les decimos cómo decirlo. El juez en `El Veredicto´ es completamente parcial, pero yo he visto esto: el juez observará a los abogados intentar ganar el caso, dejará que el jurado razone y saque las conclusiones sobre la credibilidad, desafortunadamente, en el mundo real no funciona de esa manera."
Por último os dejo con
un párrafo del libro, el momento en el que Galvin se da cuenta de que tiene en
su mano ganar un juicio que, a priori, parecía una tarea imposible:
"Y en ese momento supo que estaba
completamente solo con este caso. El Juez estaba perdido. Rutledge
estaba perdido. No podía confiar en sus clientes. Solo estaba él. Ahí fuera,
solo contra el piloto que estaba dispuesto a matarlo.
Galvin estaba de pie, desplomado contra el palco del
jurado. Llevaba el mismo traje que había usado durante tres días. Los
pantalones le quedaban holgados. Necesitaba afeitarse. La afeitadora eléctrica
que guardaba en la oficina era vieja y no apuraba mucho.
Pero nunca se había sentido tan bien.
Galvin había jugado la baza más arriesgada de su vida. Sus
veinte años llevando casos e, el trabajo duro, ser
magullado por los peces gordos —los Mike Kellermans, los Clint Darraghs— le
habían dado una visión de los superegos. Siempre tenían que tener la última
palabra. Contaba con eso.
Galvin miró alrededor de la sala, al juez, al jurado y a
Concannon, y decidió parar justo ahí. Ese era el cebo final. La balanza se
inclinaba ligeramente a su favor —lo suficiente para evitar un veredicto
directo, lo suficiente para llegar al jurado—, pero la evidencia no era
devastadora. Era suficiente para asegurar simpatía, pero no una gran victoria.
Asumiría el riesgo de que la señora Stampanatto llevara al jurado hasta el
final durante el contrainterrogatorio. Si Concannon picaba el anzuelo."
BARRY REED " Veredicto Final."
Otros post sobre abogados:
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