martes, 2 de diciembre de 2008

AVELLANEDA Y YO



Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío

LUIS CERNUDA

"La atraje hacia mí y mientras la abrazaba, sentí que el mundo empezaba de nuevo a girar, sentí que podía relegar otra vez a un futuro lejano, todavía innominado, esa amenaza concreta que se había llamado Avellaneda y los Otros. “Avellaneda y yo” dije despacito. Ella no entendió el porqué de esas tres palabras en esa precisa oportunidad, pero alguna oscura intuición le hizo saber que estaba aconteciendo algo importante. Se separó un poco de mí, todavía sin soltarme, y reclamó: "A ver, decilo otra vez". "Avellaneda y yo", repetí, obediente. Ahora estoy solo, de vuelta en casa, y son casi las dos de la madrugada. De vez en cuando, nada más que porque me da fuerzas y me entona y me afirma, sigo repitiendo: “Avellaneda y yo” ."

MARIO BENEDETTI "La tregua"

* El viernes por la noche releía por enésima vez esta preciosa novela de Benedetti y, como suele ocurrir cuando una ve una película o relee un libro que le gusta mucho, descubrí por vez primera este párrafo en el que antes no había reparado. Y este me llevó a recordar dos poemas de Gloria, ya publicados aqui antes (el último apenas el jueves pasado, con ocasión del décimo aniversario de su muerte), que hablan precisamente sobre la emoción que produce escuchar y decir el nombre de la persona amada.


YA VES QUÉ TONTERÍA

Ya ves qué tontería,
me gusta escribir tu nombre,
llenar los papeles con tu nombre,
llenar el aire con tu nombre;
decir a los niños tu nombre
escribir a mi padre muerto
y contarle que te llamas así.

Me creo que siempre que lo digo me oyes.
Me creo que da buena suerte.

Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima nada más que tu nombre.



CUANDO TE NOMBRAN

Cuando te nombran,
me roban un poquito de tu nombre;
parece mentira,
que media docena de letras digan tanto.

Mi locura seria deshacer las murallas con tu nombre,
iría pintando todas las paredes,
no quedaría un pozo
sin que yo asomara
para decir tu nombre,
ni montaña de piedra
donde yo no gritara
enseñándole al eco
tus seis letras distintas.

Mi locura sería,
enseñar a las aves a cantarlo,
enseñar a los peces a beberlo,
enseñar a los hombres que no hay nada,
como volverme loco y repetir tu nombre.

Mi locura sería olvidarme de todo,
de las 22 letras restantes, de los números,
de los libros leídos, de los versos creados.

Saludar con tu nombre.
Pedir pan con tu nombre.

- siempre dice lo mismo- dirían a mi paso, y yo, tan orgullosa, tan feliz, tan campante.

Y me iré al otro mundo con tu nombre en la boca,
a todas las preguntas responderé tu nombre
- los jueces y los santos no van a entender nada-
Dios me condenaría a decirlo sin parar para siempre.

GLORIA FUERTES

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, te me has adelantado por una hora. Llevo un par de días pensando en qué fragmento del libro sería el adecuado para postear, y al fin, esta noche, dí con él. Cuestión de recordar momentos y personas.

El libro es impresionate (gracias por descubrirmelo) y el posteo no se queda atrás. Tu capacidad para ligar poemas y textos aparentemente antagónicos es deslumbrante.

Precioso posteo, Amaya.

princesadehojalata dijo...

el 11 de marzo de este año escribí un post que se titulaba justo igual que este tuyo, y colgaba en él el mismo fragmento (un poco más alargado). Que Avellaneda era lugar donde quedarse lo supo Benedetti y tú lo confirmas ahora con esta foto.

http://princesadehojalata.blogspot.com/2008_03_01_archive.html

Besos!

Emily dijo...

Esto es amor, eh? Que dure siempre, Descon.

princesadehojalata dijo...

Hablando de nombres, recién leo:

Si junto a ti las horas se apresuran
a quedarse en nosotros para siempre,
hoy que tu dulce ausencia me encarcela,
la dispersión del tiempo en mis talones
y en mis oídos y en mis ojos siento.
Yo no sé caminar sino hacia ti,
ni escuchar otra voz que aquella noble
voz que del vaho borde de la dicha
vuela para decirme las palabras
que aguzaron el agua del poema.

¡Decir tu nombre entre palabras vivas
sin que nadie lo escuche!
Y escucharlo yo solo desde el fino
silencio del papel, en la penumbra
que va dejando el lápiz, en las últimas
presencias silenciosas del poema.

Carlos Pellicer

desconvencida dijo...

* Vaya Alex, qué casualidad, me gusta también mucho el fragmento que has escogido...

* Princesa, otra nueva coincidencia... como he dicho en el post la verdad es que no había reparado en este párrafo hasta el viernes por la noche (imaginate, no podía dormir con la música de la Carpa que se escuchaba desde mi casa, así que decidí echar un vistazo al libro para ver si se me ocurrían ideas para el comentario que tenemos pendiente ;)

Me encanta ese poema de Pellicer, gracias por descubrírmelo.

* Que dure siempre, Emily :)

MK dijo...

Pero que enamoradillas andais...criaturas!!.
Por supuesto !que dure siempre!!

desconvencida dijo...

Dí que si, MK :)

elita dijo...

El otro día descubrí que en el último libro de poemas de Raymond Carver la dedicatoria era:"Tess,Tess,Tess, Tess". Me lo ha recordado tu post.

Parece que con el invierno y el frío a todos nos apetece arroparnos bajo una manta y decir ven, ven, ven, ven...

Saludos.

Nina Avellaneda dijo...

Uy ,, en el clavo con ese libro ,,, de ahí mi nombre pues ,, de Laura Avellaneda , de La Tregua , de Martín y sus cincuenta años encima .
Me sorprendí cuando lei "Avellaneda y yo " creí que era yo jajaja, saludos !

(La palabra Avellaneda significa mucho para mi , la usé por mucho tiempo casi casi como una contraseña , hasta que se acabó el juego y para no desecharla ahora la adopté como mi apellido)

desconvencida dijo...

* Elita, el invierno se presta a ello!! Qué bonita dedicatoria la de Carver :)

* Nina, me alegro de que te haya gustado el post, es un bonito nick el tuyo :)

Paco Becerro dijo...

Me alegro de regresar y encontrar entradas tan bonitas y tan felices...

Besos

Capri c'est fini dijo...

Qué bueno La tregua de Benedetti... que me gusta Benedetti (otro que está algo ninguneado como la gran Gloria). Es cierto, a veces, por el afán lector dejamos pasar párrafos que son caviar y que de una primera mirada ni nos damos cuenta. Muchos besos.

desconvencida dijo...

* Muchas gracias, FB,a ese comentario sólo se le puede corresponder con una sonrisa :D

* Capri, quizás no ninguneado, pero no tan reconocido como otros de su generación, quizás el éxito popular es mal entendido por muchos (en el sentido que si algo triunfa, no tiene calidad)

Besos

Unknown dijo...

Me he emocionado...

desconvencida dijo...

Muchas gracias Matilde, un beso :)

Anónimo dijo...

Acabo de terminar de leer "La tregua". Estoy todavía dentro de este precioso libro. El viernes pasado oí a Javier Cercas que decía que los buenos libros transforman a los lectores. Así es como me siento ahora mismo. "Avellaneda y yo", qué gran definición del amor.

desconvencida dijo...

Hola Silvia!! Me alegra mucho leerte por aquí, ya sabía que eras lectora del blog ;) pero no te habías animado a comentar (te animo a hacerlo más a menudo).. "La tregua" también es una novela especial para mi, de esas que te conmueven por dentro y ya no te abandonan nunca, una novela para releer de vez en cuando, una auténtica delicia.. Me gustaría haber estado en la conferencia de Cercas, me dijo tu hermana que fue muy interesante. Un beso

 
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