lunes, 4 de agosto de 2008

LOS NIÑOS DEL BRASIL



"Antes de partir de la vida, con pleno conocimiento, y lúcido, me urge cumplir con un último deber: agradecer profundamente a este maravilloso país, Brasil, que me ofreció a mí y a mi trabajo una estancia tan buena y hospitalaria. Cada día aprendí a amar más este país, y en ninguna parte me hubiera dado más gusto volver a construir mi vida desde el principio, después de que el mundo de mi propia lengua ha desaparecido y Europa, mi patria espiritual, se destruye a sí misma. Pero después de los sesenta se requieren fuerzas especiales para empezar de nuevo. Y las mías están agotadas después de tantos años de andar sin patria. De esta manera considero lo mejor, concluir a tiempo y con integridad una vida, cuya mayor alegría era el trabajo espiritual, y cuyo más preciado bien en esta tierra era la libertad personal. Saludo a mis amigos. Ojalá puedan ver el amanecer después de esa larga noche. Yo, demasiado impaciente, me adelanto a ellos."

Con estas palabras, se despidió de la vida (antes de suicidarse junto a su segunda esposa, Lotte, en Brasil el 23 de Febrero de 1.942) el escritor austriaco Stefan Zweig, autor, entre otras muchas obras, de "Carta de una desconocida". Estaba convencido de que el nazismo seguiría avanzando imparable hasta dominar el planeta.

Poco podía imaginar que la guerra terminaría apenas tres años después. Irónicamente, el país que constituyó la última etapa de su exilio involuntario, Brasil, sería (junto con otros países de América Latina) el destino de importantes dirigentes nazis que, al abrigo de las dictaduras de la época, buscaban sustraerse clandestinamente de los juicios por genocidio. Uno de esos dirigentes fue el tristemente conocido como "Ángel de la Muerte", Josef Mengele.



Mengele vivió su ocultamiento de la justicia primero en Paraguay, después en Argentina y finalmente en Brasil, donde encontró la muerte de una manera algo misteriosa, en 1.979.

Ira Levin, autor de "La semilla del diablo", se inspiró en la huida de Mengele para su novela "Los niños del Brasil" , que fue adaptada al cine en 1.978 por Franklin J. Schaffner.



En esta película, Mengele es interpretado por el gran Gregory Peck (en un papel de villano al que no nos tenía acostumbrado), James Mason es un alto cargo nazi y Laurence Olivier interpreta a un caza nazis llamado Lieberman (inspirado totalmente en el famoso Simon Wiesenthal. La presencia de estos grandes actores es lo mejor de la película, que discurre como la típica película de espías: Lieberman conoce a través de un contacto que Josef Mengele ha dado orden desde Paraguay de matar a 94 hombres de 65 años en distintas partes del mundo. Investigando descubre que todos esos hombres habían adoptado a clones de Adolf Hitler, creados en el laboratorio de Mengele, que pretende así crear las circunstancias propicias para el advenimiento del IV Reich (el propio padre de Hitler falleció cuando contaba 65 años).

10 comentarios:

dvd dijo...

Menudos opuestos. Zweig en un extremo y Mengele en el otro.
¡Qué diferentes podemos ser los hombres!
Por cierto, muy recomendable película del gran artesano Schaffner.

desconvencida dijo...

jeje, son curiosas las asociaciones de idea, pero una cosa lleva a la otra, dvd ;).

La película es curiosa, ya que es de las pocas que trata el nazismo en América Latina...

Por cierto, sobre el tema recomiendo "Literatura nazi en América" y "Estrella distante", ambos de Roberto Bolaño...

Emily dijo...

A ver, yo me leí las memorias de Stefan Zweig, ahora no recuerdo el título. Hablaba de cómo había cambiado el mundo y demás. Y por supuesto Carta a una desconocida.
Suerte que nos has ahorrado la foto del matrimonio Zweig en la cama después de muertos...

desconvencida dijo...

Se llaman "El mundo de ayer" Emily, yo no las he leído pero son muchas las personas que me las han recomendado...

Os he ahorrado esa foto por respeto a ellos y porque me parece una escena muy triste :(

Justo dijo...

¡Hola!
Llego aquí porque me ha gustado tu nick, he visto comentarios tuyos en "Capri c´est fini".

Stefan Zweig me emociona, como novelista y como articulista y observador. Yo tb te aconsejo que leas esas memorias, que todo buen europeo debería conocer.
Aparte de la "Carta.." y otra novelita corta que creo se llama "24 horas en la vida de una mujer" o algo así, recuerdo una novela maravillosa, "La piedad peligrosa", de la que precisamente tengo pensado hablar en unos días en mi página, como lectura "triste" para el verano.

Un cordial saludo, desconvencida

desconvencida dijo...

hola justo, ¡bienvenido!

Tomaré nota de tus recomendaciones, "El mundo de ayer" lo tienen un par de amigos míos, así que ya es hora de que se lo pida prestado...

(a mi también me gusta tu nick ;)

dvd dijo...

Leí no hace mucho Estrella Distante y es muy recomendable como antesala a esa brutalidad que es 2666.

desconvencida dijo...

dvd, aquí tienes a una fan de Bolaño de lo más convencida... efectivamente, "Estrella distante" adelanta la brutalidad a gran escala de "2.666"... vaya novelón, por cierto....

koolauleproso dijo...

Pues yo soy un enamorado de Zweig desde mi ya lejana etapa de estudiante universitario: no sólo la brevísima "Carta a una desconocida" es una auténtica maravilla, y demuestra que las eternas disquisiciones sobre la superioridad del cine sobre la literatura, o viceversa, no son más que una completa estupidez, pues la película de Opuls también lo es, si no que otras novelas como las mencionadas "La piedad peligrosa" o "24 horas en la ida de una mujer" son hermosísimas, por no hablar de su monumental faceta de biógrafo ("María Antonieta", "Fouché", "Castellon contra Calvino",sus "tres maestros:Balzac, Dickens, Dostoievski", en fin un autor imprescindible para entender la mejor cultura europea); y precisamente (pecado mortal) a mi me falta por leer sus propias memorias, aunque vía blioteca pública espero solucionarlo en breve, que tengo que poner freno a mis "inversiones" en libros, ahora que la minuta de la "leprosería" se lleva una gran parte de mi sueldo

desconvencida dijo...

jeje, Koolau, como compradora compulsiva de libros que soy sé lo que dices... no viene mal de vez en cuando echar mano de las bibliotecas públicas, lo contrario es la ruina! (por no hablar de la falta de espacio)

 
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