Por último hablaré de "Si esto es un hombre" de Primo Levi, que es el primer y demoledor libro (empezando por el título, que es bastante duro) de una trilogía que escribió para contar su experiencia en Auschwitz. En el Anexo del libro hay una entrevista a Primo Levi que se hizo en 1.976,nueve años antes de su suicidio, en la que él mismo explica que de no haber pasado por ese campo de exterminio no habría sido escritor, tal era su necesidad de contar su terrible experiencia.
Algo que llama la atención tanto en esta novela como en la de Imre Kertesz, es que muestra la lucha por la supervivencia diaria como algo totalmente individualista, salvo por pequeños gestos de solidaridad entre los presos del campo, lo que impera es sobrevivir a pesar y por encima de los demás, algo tan simple como tener un mendrugo más de pan que los demás o unos zapatos sin agujeros puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. También ambos coinciden en señalar la indiferencia de los que le rodean a su regreso, cómo no entienden lo que ha ocurrido o niegan lo evidente.
En cualquier caso estas novelas sirven para relativizar las pequeñas cosas que nos ocurren cada día, y muestran cómo el hombre es capaz de sobrevivir en las más duras condiciones, aguantar lo inimaginable.
En cualquier caso estas novelas sirven para relativizar las pequeñas cosas que nos ocurren cada día, y muestran cómo el hombre es capaz de sobrevivir en las más duras condiciones, aguantar lo inimaginable.
" Aquí está mi hermana y algún amigo mío indeterminado y mucha más gente. Todos están escuchándome y yo les estoy contando precisamente esto: el silbido de las 3 de la madrugada, la cama dura, mi vecino a quien querría empujar... Les hablo también prolijamente de nuestra hambre, y de la revisión de los piojos, y del Kapo que me ha dado un golpe en la nariz...; pero no puedo dejar de darme cuenta de que mis oyentes no me siguen. O más bien se muestran completamente indiferentes: hablan confusamente entre sí de otras cosas, como si yo no estuviese allí...Tengo el sueño delante, caliente todavía, y yo, aunque despierto, estoy lleno de su angustia; y entonces me doy cuenta de que no es un sueño cualquiera, sino que desde que estoy aquí lo he soñado muchas veces...Me acuerdo de que ya se lo he contado a Alberto, y de que él me ha confiado para mi asombro que también lo sueña él, y que es el sueño de otros muchos, quizás de todos...¿Por qué el dolor de cada día se traduce en nuestros sueños en la escena repetida de la narración que nadie escucha? "
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