"Jérôme intenta unas palabras de consuelo, pero las lágrimas aumentan incesantemente. Sigue un minuto de silencio, ocupado únicamente por los sollozos, el repiqueteo de la lluvia sobre el techo del depósito y los truenos lejanos. Claire busca inútilmente un pañuelo en su chaqueta. Jérôme le ofrece el suyo que ella coge sin dejar de sollozar suavemente. Tiene una pierna estirada, y la otra encogida: en la oscuridad del suelo, la rodilla recorta una especie de prominencia luminosa. Jérôme, ocupadísimo de entrada en la llorera de la chica, baja sus ojos hacia la rodilla. Su mirada asciende a lo largo del muslo, del vientre que se mueve al compás de los sollozos, después, lentamente, baja de nuevo... Entonces, con un gesto claro y decidido, posa su mano sobre la extremidad de la rodilla y, con la misma autoridad, la acaricia con un movimento circular de la palma.
"Y me molestaba porque la sentía dispuesta a rechazar cualquier consuelo. No habría soportado que yo le cogiera la mano, el hombro, que la estrechara contra mí... En fin, estaba sentada frente a mí, la rodilla puntiaguda, delgada, lisa, frágil, a mi alcance, al alcance de mi mano. Mi brazo estaba colocado de tal manera que sólo tenía que extenderlo para tocar su rodilla. Tocar su rodilla era la cosa más extravagante, la única que no había que hacer, y al mismo tiempo la más fácil. Percibía a un tiempo la sencillez del gesto y su imposibilidad. Como si estuvieras al borde del precipicio, y sólo tuvieras que dar un paso para saltar al vacío y, aunque quieras, no puedes."
ERIC ROHMER "La rodilla de Clara. Seis cuentos morales"
"El film La rodilla de Clara es un simulacro. El gesto es el simulacro de un acto; la caricia, el de una posesión. El relato es el simulacro de una aventura. Los “Cuentos morales” nos sumergen en un mundo de simulacros, de apariencias engañosas. Como demuestra esta película, el erotismo de Rohmer descansa sobre la negación de la sexualidad.
En cuanto a Jérôme, es totalmente inadecuado evocar un "fetichismo de la rodilla", ya que su interés por ella no es de carácter sexual más que en apariencia. La realidad es bien diferente: de lo que se trata para el narrador, como de costumbre, es de terminar con el gusto romántico. Evidentemente, Jérôme no es alguien que tenga una fijación especial por las rodillas de las jovencitas. En ningún caso esta película podría haberse titulado La rodilla, puesto que no es la historia de una obsesión sexual, sino la de un desafío y, más profundamente, la de una conjura en los dos sentidos de la palabra: exorcismo y complot. Todo transcurre, de hecho, como si Jérôme hubiera puesto sus miras sobre la rodilla de la muchacha porque, del cuerpo deseable de Claire, aquella era la parte menos comprometida. A medio camino del pie (ridículo del fetichismo) y del sexo (vulgaridad del deseo), la rodilla es la parte "baja" del cuerpo de Claire menos sexual.
En otras palabras; si Jérôme hubiera fijado como objetivo de su conquista cualquier otra parte del cuerpo de Claire, habría tenido que afrontar las consecuencias azarosas de su deseo declarado de posesión. De aquí se deduce que la rodilla de la joven es seleccionada como punto de atracción erótica por nuestros personajes únicamente en virtud de esta cualidad esencial: reducir al mínimo las posibilidades de fracaso. "Poseer" por medio de una caricia audaz la rodilla de Claire es suprimir la idea misma de la posesión o, si se prefiere, sublimarla perfectamente. "
PASCAL BONITZER
* El otro día (supongo que porque sigo con la rodilla lesionada) me acordé de la curiosa película de Eric Rohmer "La rodilla de Clara" (1.970), en la que su protagonista se obsesiona durante días con tocar la rodilla de la hija adolescente de una amiga, hasta que por fin lo consigue... En fin, cosas de franceses :).
19 comentarios:
Cuida esa rodilla. No dije nada porque pensé que sería algo sin importancia, pero ya veo que sí la tiene.
Si tuviese que quedarme con una película de Rohmer sería con ésta. No digo que sea la mejor ni mi favorita, pero sería "La rodilla de Claire" la elegida.
Confieso que cuando la vi me quedé colgadísimo de Beatrice Romand. Quien, por cierto, repitió con Rohmer en "La buena boda" (que es una delícia, por cierto).
Eric Rohmer es perfecto, o sus películas, vaya, las he visto todas!
Alex, no es para tanto, al final es cosa de rótula, sigo con molestias, me parece que tendré que moverme menos en unos días...
A mi me gusta más "Mi noche con Maud", ya hablé aquí de ella... Por cierto, no he visto "La buena boda"...
Emily, ¡me llevas ventaja entonces!
Vamos que no puedes jugar al fútbol una temporada?, bueno cuidate!
Hace bastante que no veo esta peli pero tengo buen recuerdo, aunque creo que efectivamente “mi noche con Maud” es más interesante. En cuanto a los fetiches, al contrario de lo que pone el texto de Pascal, yo si creo que las rodillas pueden ser objeto de ello y si no que se lo digan a los poperos de los 60, a Mary Quant y sus minifaldas...:D
Sí, el deporte tendrá que esperar por mi, atikus, jejeje...
Anda que no sabes, ¡veo que eres un fan de las minifaldas! ;)
verificación de la palabra: asfixk
(¡qué calor!) :D
Bueno, hubo una época oscura en que hasta la mera visión de un tobillo era morbosa y sexual. Pero en Rohmer, tienes razón, todo funciona en un plano mucho más comunicativo, como todo lo que hace.
Cuida esa rodilla!
Yo me estoy acordando de los maestros patrios del fetichismo, Buñuel y Berlanga :D , el suyo es un fetichismo más carnal, sin filosofía detrás, jaja...
Que grandes Buñuel y Berlanga!!
claro nosurrender, es que Rohmer no sabía que a las tias con tobillos finos les va la marcha,...jajaja!!
Y a las de tobillos gruesos supongo que también, atikus, jejeje :P
(no es mi caso, tengo las articulaciones, rodillas, muñecas y tobillos afiladas como cuchillos!)
Muchas felicidades por tu blog.
Me ha gustado un montón.
:)
Gracias Oceano, bienvenido y regresa cuando quieras :)
A veces Rohmer me ha trasladado a mi mas fogosa adolescencia.
Ea, a cuidarse.
Eso me recuerda al brindis que dicen en "Memorias de África" :
Por la cándida adolescencia.
Pero siempre es mejor una fogosa adolescencia :)
Caray lo que puede dar de sí una rodilla... En fin, tenía que ser Rohmer.
Pero me has despertado la curiosidad. A ver si la encuentro, aunque sólo sea para comprobar si se trata de un "fetichismo de la rodilla" o más bien de "desafío, exorcismo y complot". Este Bonitzer... qué cosas tiene! ;-)
Un beso
Francés tenía que ser! :D
Si, es três francais, totalmente.
Qué entrada más chula descon.
Qué tienes en la rodilla??
hola Belle, no había leído este mensaje antes no sé qué pasa en mi correo que antes me avisaba cada vez que llegaba un mensaje al blog, en fin...
Nada, que me hice una luxación en la rótula, llevaba unos días mejor pero me vuelve a molestar, imagino que si me estoy más quieta se me irá quitando poco a poco...
Que rodilla no es lo mismo que rótula. Tendré que aclarar. LLego, o no, un poco tarde a "La rodilla de Clara". Digo: llego tarde a este sitio tan interesante. A "La rodilla de Clara", no. La ví la primera vez en sus años de estreno.
Pero, igual, repito: "Rodilla no es lo mismo que rótula". Sería ceguera e insensibilidad, como suponer que columna vertebral es igual a espalda. O que muslo es idéntico a fémur. Desde la mirada del hombre varón, la rodilla, para no hablar de rodilla con pantorrilla, junto a pie, es algo desbordante de fantasmas. Son todos caminos al refugio, al cielo. No hay otra cosa, no existe otra cosa.Yo lo digo de la rodilla de Rohmer puesta en los ojos de Jerome que mira a Clara. Lo comprendo y estoy junto a él, aunque esperaría mi turno. Y trataría de avanzar. Y todo eso con la aclaración que yo, si hubiese podido, hubiera filmado El muslo de Clara. El muslo. Los muslos. El nido más cálido. El océano.
Muy atentamente.
Amilcar Moretti
Argentina,al sur, bien al Sur.
http://amilcarmoretti.wordpress.com
www.moretticulturaeros.com.ar
Una pelicula interesante Muy curiosa y sugerente Muy francesa, tambien
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