miércoles, 16 de mayo de 2007

ADIVINA QUIEN VIENE ESTA NOCHE



Tengo que decir algo y quiero que os sentéis y os estéis calladas por una vez en vuestra vida. Tenga la bondad de sentarse, John. Sientate Chris, por favor.

Tengo unas cuantas cosas que decir y les aseguro que son importantes. Hoy ha sido un día muy extraño y creo que no exagero nada si lo califico de extraordinario. He reflexionado ahí fuera sobre este día y lo ocurrido en él, y he llegado a la conclusión de que debo hacer unas declaraciones personales. Por un montón de razones.

El día empezó para mi cuando entré en esta casa y Tillie me dijo... Con permiso. ¡Tillie! Es sólo un momento. Tillie ven aquí. Siéntate. Señores Trentis, esta es la señorita Matilde Binks, miembro de nuestra familia desde hace 22 años, y que hoy también nos ha creado complicaciones. Siéntate, Tillie. Sigo.

Apenas entré en casa esta tarde, la señorita Binks me dijo: "Señor, todos las furias del infierno andan sueltas!" Naturalmente le pregunté a qué se refería y dijo: "Ya lo verá. " Y... lo ví. Luego, después de unos preliminares juegos de adivinanzas que nunca han sido mi fuerte, fui informado por mi hija de que tenía intención de contraer matrimonio y que pensaba hacerlo con un joven del que yo jamás había oído hablar, y que resultó ser un negro. Huelga decir que reaccioné lógicamente ante esa noticia del mismo modo que hubiera reaccionado cualquier padre, a no ser que su hija fuera negra también, claro está. En una palabra, me quedé aturdido y mientras aún no me había recobrado, fui informado por mi hija, una jovencita muy resuelta y muy parecida a su madre, de que la boda se celebraría a pesar de lo que su madre y yo pudiéramos opinar. Luego, de improviso, la cuestión tomó otro giro cuando usted entró en mi estudio y nos dijo a mi mujer y a mi que si no aprobábamos esa boda, no se celebraría.

- ¿Eso hiciste? Pero qué tontería.

Joey, puede que ésta sea la última ocasión en mi vida de decirte lo que tienes que hacer, y voy a decírtelo : Cállate.

Sigo, se nos concedió una sola tarde para reflexionar y exponer luego nuestro punto de vista sobre esta situación y, ¿qué ocurrió? Mi mujer, cosa típica en ella, decidió sencillamente ignorar todo ese aspecto práctico de la cuestión y se dejó llevar por una especie de romántico hechizo que, a mi modo de ver, le impedía razonar de una forma sensata y ponderada.

Y no digamos nada de su Reverencia, que empezó a entrometerse gratuitamente en el asunto, insultando mi inteligencia soltandome un trescientos tópicos, y hace cosa de media hora acabó subiendo a mi cuarto para desafiarme a un combate de boxeo. John, ¿a qué hora es su avión?

- A las 10. 45.

Bien. En cuanto al Sr. Prentice, desde luego un hombre muy razonable, dice que no tiene intención de ofenderme, pero me pregunta si he perdido el juicio. Y la Sra. Prentice dice que igual que su marido, sólo soy un trasto viejo y acabado que ya ni remotamente recuerda lo que es querer a una mujer como su hijo quiere a mi hija.

Por extraño que parezca, esa es la primera acusación de entre las que hoy se me han hecho, que puedo rechazar de plano. Porque está usted equivocada, equivocada a más no poder. Admito que no había considerado eso, ni siquiera había pensado en ello, pero sé exactamente lo que él pueda sentir por ella. Y no hay nada, absolutamente nada de lo que su hijo sienta por mi hija que yo no haya sentido por Christina. Viejo, sí. Acabado, sin duda, pero puedo asegurarle que mis recuerdos siguen vivos, claros, intactos, indestructibles. Y seguirán vivos aunque llegue a los 110 años.

En lo que John cometio un error, creo, fue en conceder tanta importancia a lo que mi mujer o yo pudiéramos opinar. Porque a fin de cuentas no tiene ninguna importancia lo que opinemos, lo único que cuenta son sus sentimientos y hasta qué punto se quieren el uno al otro. Aunque sea la mitad de lo que nosotros nos hemos querido, es suficiente.

En cuanto a los problemas con que váis a enfrentaros, son poco menos que inimaginables, pero no tendréis problema conmigo y estoy convencido de que, cuando Christina, tu madre y yo logremos convencerle, tampoco tendréis problema con tu padre. Pero os consta, estoy seguro, a lo que os exponéis. Habrá un millón de personas aquí, en nuestro país, que se asombrarán, ofenderán y horrorizarán ante vuestra unión, y tendréis que afrontar esa tal vez durante el resto de vuestra vida, pero debéis ignorar a esos pobres diablos o compadecerles, porque son esclavos de sus prejuicios, fanatismos, ciegos odios y estúpidos miedos, y cuando llegue el caso debéis uniros el uno al otro estrechamente, desafiando a esos mentecatos.

Cualquiera podría poner un montón de objeciones en contra de vuestro matrimonio pero la respuesta es tan sencilla, que no se atreverán a oponerlas. Sois dos seres maravillosos, que os habéis enamorado y que en definitiva tenéis un simple problema de pigmentación. En tales circunstancias no importa lo que diga cualquier bastardo contra la celebración de vuestra boda. Sólo habría una cosa peor, y sería que sabiendo como sois, sabiendo como pensáis y sabiendo cómo os queréis, no se celebrase.

Bien, Tillie, ¿cuándo diablos nos darás de cenar?

STANLEY KRAMER "Adivina quien viene esta noche" (1.967)

* El otro día hablábamos de Katharine Hepburn y Spencer Tracy y esta noche me apetece recordar su última colaboración juntos, ya que Tracy falleció apenas 17 días después de terminar el rodaje. Sabiendo la larga historia en común de esta pareja (que ahora algunos cuestionan, pero eso da igual) de camaradería y profesión, emociona ver la declaración de amor que hace Tracy en este discurso, que trasciende de la propia historia de la película y hace llenar los ojos de Hepburn de lágrimas .

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo será la hermana de Atikus...?La verdad esq tengo curiosidad.Pero como tú desconvencida, ninguna!!!!!!

MK dijo...

Que preciosa escena. Tracy estaba ya muy enfermo. Me gusta ese ..."Sólo teneis un problema de pigmentación". Estoy segura que muchas veces si mirásemos bién , las cosas son mucho más simples.
Me gusta también esa escena en la que cogen el coche y se van los dos a tomar un helado.

Leon dijo...

Que pelicula tan inteligente y tierna. Esa escena es buenisima y la que van a tomar un helado en el coche también. La Hepburn era de otro mundo y qué elegancia la de Sidney Poitier, ese hombre nació para embajador!

Emily dijo...

Sí, ahora todo el mundo tiene un pasado sexual diferente, o en eso se empeñan los biógrafos, hace tiempo decidí no leer más biografías de actores, parece que siempre quieren sacar su parte más "oscura" y ellos ni siquiera pueden defenderse, "ensucia que algo queda"...Spencer parecía un tipo común pero debía tener ese algo que nos gusta a algunas

desconvencida dijo...

jajaja, anónimo, pues gracias :D.

MK, me encanta la escena del helado!

León, Sidney Poitier rompió todos los esquemas con esta película, y bien que hizo...

Emily, es cierto, a mi la vida sexual de los demás me importa un pimiento, lo que importa es su obra...

Mi problema es que Tracy me recuerda a mi padre, ¡especialmente en esta película! jajaja

NoSurrender dijo...

qué pareja hacían esos dos monstruos. No ha habido nada igual. Y brindo también por Kramer, claro. Ya no se filman guiones así.

desconvencida dijo...

Vaya tres monstruos :D

Mondo Gitane dijo...

Agradecido, apúntome esta peli, que solamente conocía de oídas...
MK, en qué Alcampo decía Vd. que vio Out of The Blue??

atikus dijo...

Evidentemente esta peli es de mis favoritas, y esta escena es espectacular, con esos actorazos y ese guión...y además con la presión añadida de un Spencer despidiendose allí mismo, delante de las cámaras, de su amada (con esos ojazos brillando de una forma tan especial) y de su público, es demasiado.
Fantástico también Sidney Poitier, siempre le recordaré como el gran maestro de Rebelión en las aulas, peli del mismo año.

En cuanto a mi hermana, bueno tengo tres (iguales para hoy!!), bastante piradas y solteras, eso es cosa de familia, yo desde luego, prefiero a Desconvencida sin dudarlo un instante :D

desconvencida dijo...

Es para verla, Mondo Gitane... Por cierto, ya te dirá Mary Kate, pero ella vive en Bcn, no sé si te pilla cerca...

jajaja, atikus, de aquí salen todas tus hermanas colocadas ;). Un beso

atikus dijo...

No se si existen los milagros, pero si ocurren te invito a las bodas.
Ah y a tu hermana para que alegre los momentos musicales, ya que estamos hablando de hermanas...:)

desconvencida dijo...

¡eso está hecho! :D

MK dijo...

Mondo , esa foto és del gran Pepe Isbert en "Histórias de la radio"? .
Si te encuentro "Out of the Blue" te la cambio en el patio por esa monstruosa película.
Esa desesperada lucha de esquimales con perro y trineo por las escaleras de esa radio...ese gol del final.
Hacia siglos que no me acordaba de esa película.
Más que imprescindible , obligatória, para ver que cine se hacia por aquí hace un millón de años.
Me podría pasar horas hablando de "El cochecito" y de "El verdugo " , pero me caigo de sueño ...por suerte.

desconvencida dijo...

jajaja, Mary Kate, yo también hacía siglos que no me acordaba de la película, pero con eso de los esquimales me ha venido un flash de recuerdos :D.

"El cochecito" y "El verdugo" son palabras mayores...

 
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