“Alquiló un apartamento de dos habitaciones en el piso superior de una mansión, convertida ahora en apartamentos, en la Calle Cincuenta Este. Lo amuebló con muchísimo cuidado. Como las dos habitaciones eran más pequeñas que las que antes ocupara en casa de su padre, no pudo llevarse cuanto allí tenía. Por tanto, lo que tomó fue fruto de una bien meditada elección. Se dijo que estaba eligiendo las cosas que más le gustaban, las cosas que más significado tenían para ella, lo cual era verdad, pero, mientras colgaba cada cuadro y colgaba cada libro en el estante, no lo veía únicamente a través de sus propios ojos, sino también a través de los de un visitante que algún día vendría a su apartamento; un visitante desconocido todavía, excepto en cuanto al sexo.
Así, todos sus muebles y objetos adquirieron un significado especial como un resumen de su propio ser: los muebles, las lámparas y los ceniceros (modernos pero no modernistas); la reproducción de su cuadro favorito (Mi Egipto, de Charles Demuth, crudamente realista, ya que sus planos estaban acentuados y enriquecidos por el ojo del artista), los discos (uno de jazz, algunos de Stravinsky, y Bartok, pero principalmente melodiosos temas de Grieg y de Brahms, y Rachmaninov, adecuados para ser escuchados en la oscuridad); y los libros… especialmente los libros; pues, ¿qué mejor índice de personalidad que los libros? (las novelas y obras de teatro, libros de versos y biografías, todos elegidos en proporción y representación de su gusto).
Fue como la concentrada abreviación de un anuncio de Se necesita ayuda. El egocentrismo que motivaba todo esto no era exactamente el de la niña mal criada, sino todo lo contrario, el de la demasiado poco mal criada: la niña solitaria. Si hubiera sido artista, se hubiera pintado un autorretrato; en cambio decoró las dos habitaciones sobrecargándolas de objetos que algún visitante, algún día, podría reconocer y comprender. Y, mediante esa comprensión, él adivinaría todas las capacidades y anhelos que Marion había descubierto en sí misma y que era incapaz de comunicar.
IRA LEVIN “Un beso antes de morir”
* El otro día leí esta novela policiaca, del autor de "La semilla del diablo" y me gustó mucho este fragmento, en el que una chica decora su casa pensando en que el hombre de sus sueños algún día la visitará y reconocerá todas las "señales" que ha dejado en ella :)
Os dejo con Rachmaninoff y su Concierto para Piano nº 2 Mov. 1 "Moderato",que por cierto es la banda sonora de una de mis películas favoritas, "Breve encuentro" de David Lean, como dicen en el texto es música adecuada para ser escuchado en la oscuridad...
Visitamos el restaurante Dicharachero, carta desenfadada ideal para un
picoteo entre amigos en Madrid
-
Hemos visitado el *restaurante Dicharachero*, un proyecto de Teresa J. La
Blanca, ex concursante de Masterchef y Javier Escribano, un empresario
gastronó...
Hace 9 horas.
20 comentarios:
precioso post 1001!!!!
la decoración como migas de pan para no perderse en el camino... ¿no serán más para ella misma? sentiría con horror el momento en que esa persona llegase y no viese las señales de humo!!!
muy interesante este post; Ira Levin, David Lean y Rachmaninoff en el mismo texto es garantía de éxito
que bonito lo de las señales, aunque muchas veces no se puedan ver o no nos demos cuenta, o no se den cuenta de las que dejamos nosotros...
besos
* alain, me ha gustado eso de las migas de pan :).
¡en este caso las vieron! Pero por un motivo oculto, no puedo contar más... tengo que ver las dos adaptaciones al cine de esta novela de suspense, prometen...
* muchas gracias, JLMartin :)
* jaja, FB, es cierto... pero el que deja señales siempre lo hace con la esperanza de que alguien las encuentre algún día... Este mismo blog estaba lleno de ellas y alguien las entendió y llegó hasta mi :D
Pues sí, pensamos en nosotros cuando decoramos pero también para los demás, como una señal. Me ha gustado el texto, me gustaría leer el libro.
Rachmaninoff es apasionado.
Los años te sientan bien, cada día mejor el blog :)
Por cierto, en este libro basaron una peli? Con Matt Dillon y Sean Young?
Sí, creo que tenía el mismo título. Por lo que recuerdo, no fueron tan afortunados adaptándola como con "La semilla del diablo".
* Miles de gracias por tus palabras, Emily...
Como bien diche JLMartin, hay una versión reciente (tendrá más de 10 o 15 años) con Matt Dillon y Sean Young, y otra anterior de 1953 con Robert Wagner, tengo curiosidad por ver ambas...
Aaaaah, ¿así que la más reciente es un remake? Lo que aprende uno leyendo...
Sisi, yo no lo sabía... me enteré por imdb... acabo de ver que la última versión ya tiene unos añitos,es de 1.991...
Bueno, Ira Levin no es precisamente el escritor más perjudicado por quienes han adaptado sus obras. Alguna tenía que fallar...
Pues la adaptación es fatal...Sean Young con peluca rubia...de lo más...
jajaja, he leído que era una adaptación atroz, me suena pero no estoy segura de haberla visto...
De veras? Las señales pueden dar resultados certeros? Y llegaron hasta tí...bien, mi intuición me dice que no It´s not too late...
100 % probado, MBI... palabra de desconvencida :D
Genial el texto.y el post!..soy una experta buscando se;ales...poniendo se;ales...so;ando que alquien desea encontrar las mias...
¡Seguro que alguien las encontrará, Matilde! :)
Me has recordado en plan pastelero la película de la tarde del domingo y esa Bramasole de "Bajo el sol de la Toscana". Todos en un momento o otro de nuestra vida tendemos los railes de ese tren que algún día pasará . :-))
1001!!! besos!!!.
Es verdad.Cada día mejor
1001 abrazos para ti, Mary Kate :)
En "Las memorias de anaïs nin", su padre el compositor joaquin nin, le dice; "Una habitación se ordena,para que en ella no ocurran ciertas cosas"...y creo que es cierto..
Publicar un comentario