miércoles, 25 de octubre de 2006

WITTGENSTEIN




"Revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo."
L. WITTGENSTEIN


Creí que sería sencillo, pero tuve que intentarlo seis o siete veces antes de encontrar el tono adecuado. Pedir perdón a alguien es un asunto complejo, un ejercicio de delicado equilibrio entre el terco orgullo y el apesadumbrado cargo de conciencia, y al menos que uno sea realmente capaz de abrirse a la otra pesona, toda disculpa adquiere un timbre falso y vacío.

Mientras elaboraba los distintos borradores de la carta (con la moral cada vez más por los suelos, culpándome por todo lo que me había ido mal en la vida, flagelándome el alma atribulada y corrompida como una serpiente medieval), me acordé de un libro que Tom me había enviado por mi cumpleaños ocho o nueve años atrás, en la época dorada en la que June aún vivía y él seguía siendo un brillante y prometedor doctor Pulgarcito. Era una biografía de Ludwig Wittgenstein , filósofo del que había oído hablar pero al que nunca había leído: circunstancia nada inhabitual, teniendo en cuenta que mis lecturas se limitaban a la narrativa, sin la más mínima incursión en otros ámbitos. Me pareció un libro absorbente,bien escrito, en el que una historia destacaba sobre todas las demás y que no se me ha olvidado nunca. Según el autor, Ray Monk, después de haber escrito su Tractatus cuando era soldado en la Primera Guerra Mundial, Wittgenstein consideró que había resuelto todos los problemas de la filosofía y que ya no podía ir más lejos en la materia. Se colocó de maestro en una escuela de un pueblo perdido en la smontañas de Austria, pero resultó que no tenía cualidades para el puesto. Severo, malhumorado, violento incluso, regañaba contínuamente a los niños y les pegaba cuando no se sabían la lección. No los cachetes de rigor, sino puñetazos en la cabeza y en la cara, palizas impulsadas por la cólera, que acabaron causando graves traumas a una serie de chicos. Corrió la voz sobre aquella indignante conducta y Wittgenstein se vio obligado a renunciar a su puesto.

Pasaron los años, al menos veinte, si no me equivoco, y para entonces Wittgenstein vivía en Cambridge, dedicado de nuevo a la filosofía y convertido ya en un personaje famoso y respetado. Por motivos que ya he olvidado, atravesó una crisis espiritual y sufrió un desequilibrio nervioso. Cuando empezó a recuperarse, decidió que el único modo de recobrar su salud consistía en voler al pasado y pedir humildes disculpas a cada persona a la que hubiera ofendido o perjudicado. Quería purgar la culpa que le corroía las entrañas, limpiar su conciencia y empezar de nuevo. Como es lógico, ese camino le condujo de nuevo al pequeño pueblo de montaña en Austria. Todos sus antiguos alumnos eran ya adultos, hombres y mujeres de veinticinco a treinta años, pero el tiempo no había atenuado el recuerdo del violento maestro. Uno por uno, Wittgenstein llamó a su puerta y les pidió perdón por su intolerable crueldad de dos décadas atrás. En ocasiones, llegó literalmente a hincarse de rodillas y suplicar, implorando la absolución de los pecados que había cometido.

Cabría imaginar que una persona que se viera ante tales muestras de sincero arrepentimiento sentiría compasión por el doliente peregrino y acabaría transigiendo, pero de todos los antiguos alumnos de Wittgenstein, ni uno solo estuvo dispuesto a perdonarlo. El dolor que había causado era demasiado profundo, y su odio hacia el maestro trascendía toda posibilidad de gracia.

PAUL AUSTER. "Brooklyn follies"



* Al leer el último libro de Auster me impactó mucho esta historia sobre la brutalidad de un "genio" y lo difícil que es a veces perdonar. Está claro que pedir perdón es un esfuerzo que requiere valentía y humildad, pero a veces se nos olvida que perdonar (sobre todo cuando nos consideramos gravemente ofendidos en lo más hondo) implica un tipo de generosidad dolorosa que no todo el mundo está dispuesto a ofrecer.

Este es mi pequeño homenaje (y van ya...) al reciente Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Aquí podéis leer el discurso que leyó el pasado viernes al recibir el premio.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

DESCONVENCIDA¡¡ ME EMOCIONADO MUCHO AL LEER ESTO, WOW¡¡¡ FIJATE QUE VALOR VER SU PASADO Y DAR PERDON, YO SI LO VIERA NO SE QUE HABRIA HECHO, CREO QUE DE PRIMERAS NO LO HUBIERA PERDONADO, AUNQUE NADIE ESTAMOS A SALVO DE COMETER ERRORES, PORLO TANTO EN LOMAS PROFUNDO DE MI SI LO PERDONARIA, AUNQUE NO SE LO DIGA, ESO ES UN AMOR MUY GRANDE, RECONOCER UN ERROR Y DECIRLO DESPUES DE TANTOS AÑOS, SOLO POR ESO ME HONRA. AMYA QUE LECCION ME HS DADO HOY,
GRACIAS,
AHORA SI TENGO UNA SRENIDAD.
ABRAZOS Y BESOS COMPAÑERA
PEPE

desconvencida dijo...

BUENOS DÍAS, PEPE, ME ALEGRO DE QUE TE HAYA GUSTADO ESTA HISTORIA, VEO QUE ENTIENDES LO DIFÍCIL QUE ES PERDONAR DETERMINADAS COSAS... PERO SUPONGO NO SE PUEDE JUZGAR A QUIEN NO LO HAGA...

Anónimo dijo...

DESDE LUEGO AMIGA, ES MUY DURO PERDONAR ALGUNAS COSAS, Y SE LO QUE DIGO, PERO VIVES CON ELLAS APARCADAS, TODOS TENEMOS UNA PEQUEÑA GRAN HISTORIA VERDAD?
POR ESO AL LEERTE ME HA DADO MI YO PROPIO Y DIGO QUE FUERTE ESE HOMBRE ,OJALA TODOS PUDIERAMOS HACER ESO,UNA REFLEXION AMIGA, ,ME HAS DADO QUE PENSAR ESTA MAÑANA, SOY FELIZ,LAS PALABRAS LENAN AMIGA, SI TU CORAZON SABE ESCUCHAR.

MUAKKK PARA MI SOLETE MAS BELLA

PEPE

Anónimo dijo...

Un tema muy interesante, Desconvencida. Lo bueno de perdonar es que te libera del resentimiento, que al final se vuelve contra uno mismo.

Está claro que es muy difícil pedir perdón, y también lo es perdonar, y más aún cuando no te piden perdón.

Conocéis la historieta del "papel arrugado"?
http://www.laventanita.net/Noticia.asp?IdN=100

En todo caso, como dices, creo que no se debe juzgar a quien no puede o no quiere perdonar.

desconvencida dijo...

hola anónimo... estoy de acuerdo en que el resentimiento, como la envidia, los celos o el rencor son sentimientos que se vuelven contra uno mismo, así que intento alejarlos lo más que puedo, aunque a veces son inevitables, todos somos humanos...

No conozco esa historia, ahora le daré un vistazo, en cuanto tenga un minuto.

Mariam shall die dijo...

Al parecer Wittgenstein y Hitler compartían clase en la escuela primaria. El pequeño Adolf, torpe, pobre y enfermo envidiaba profundamente a Ludwig: un prodigio intelectual que pertenecía además a una acaudalada familia de la alta burguesía judía.

desconvencida dijo...

Vaya, no conocía esa anécdota, es una de esas curiosidades/casualidades históricas que pone los pelos de punta... una no puede evitar preguntarse qué clase de educación darían a los niños en Austria en esa época para que salieran tan crueles y brutales, aunque a diferente escala, eso sí... por lo menos Wittgenstein hizo examen de conciencia, aunque sólo fuera para limpiar su "culpa"... cosa que no se puede decir de el amigo Adolf...

Por cierto, Mariano, bienvenido, Ana me contó que tenías un blog también, ya me he dado alguna vuelta por ahí, un saludo a los dos...

conde-duque dijo...

Sé que hay una peli de 1995 sobre la vida de Wittgenstein, aunque no la he visto.
Podría hablar horas y horas sobre su filosofía, pero no quiero aburriros...
Era un personaje bastante rarito. Creo recordar que cuando abandonó la universidad trabajó también como jardinero. Para los más morbosos: en sus diarios (publicados) anotaba las veces que se masturbaba, lo que es un dato importantísimo para entender el atomismo lógico del "Tractatus".

atikus dijo...

Curiosamente ayer estuve pensando sobre este tema, las veces que había perdonado yo y las que me habían perdonado y también lo que tardé en perdonar, porque mas o menos siempre he perdonado, pero aveces he tardado más tiempo.

También las veces que ayudas a otras personas a perdonar ...al reves mmm no para eso hay que tener mala leche, por decirlo finamente.

Me recomendaron leer a Paul Auster y este verano estuve a punto de comprarme un libro suyo, pero me compre un libro que publicó una amiga mía asi que todavía no he leido nada suyo, ya ves que bruto soy !! :)

desconvencida dijo...

jajaja, conde-duque,sí que era un hombre minucioso, sí, tendría que leer "Tractatus" para corroborar esa relación entre onanismo y atomismo lógico :D

atikus, nada de ser bruto, leer a Auster no es algo obligado ;) De momento sí quieres ver fragmentos de sus novelas puedes pinchar en el vínculo que hay en este post, acabo de inaugurar una categoría dedica da a él (que para algo es el autor que más he citado aquí junto con Cortázar), así que te llevará a todos los post en los que hablo de él.

Annushka dijo...

Hace poco me dejaron Brooklyn follies para que tuviera algo que leer una tarde de espera, solo me dio tiempo a algunos capitulos y me quede con las ganas. Seguro que ahora en las bibliotecas está solicitadísimo, pero a ver si con suerte...

Saludos

Leo Zelada dijo...

Wittgenstein es un genio de la filosofìa del lenguaje.Su vida privada es solo anecdota.

Es un gran filosofo.Su obra esta viva.

Saludos desde Madrid.

desconvencida dijo...

hola Ana, lástima que no vivas aquí, tel o dejaba sin problema...


Leo Zelada, me suena mucho tu nick, ¿tú no participabas mucho en un club de yahoo llamado Agujerollamadonevermore? Ya ves que eres famoso ;) Bienvenido.

Andrés dijo...

Leo tus palabras con el fondo de la voz imponente de Freddie Mercury... y se me hace una cosa "acá"

Paul Auster... quñe grande como hace grandes las cosas pequeñas...

Gracias por las palabras.

Pasate por casa cuando quieras

A.-

desconvencida dijo...

hola Andy, bienvenido, en cuanto pueda me paso por tu morada...

Anónimo dijo...

Aquí pongo la dirección de un blog que me gusta mucho. Va, básicamente, de escepticismo y ciencia ficción, aunque el autor suele hablar mucho de Wittgenstein (y de la homosexualidad en la sf, por ejemplo, con artículos bastante currados).

http://patillasdeasimov.blogspot.com/

Ya hablamos, hija mía.

desconvencida dijo...

Pues ahora mismo lo visito, ottomido :D

 
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