miércoles, 27 de mayo de 2009

LA FOTO (2)


"Por algún cajón apareció el retrato de aquel momento histórico. En casa del director George Cukor se habían reunido "unos cuantos amigos" para rendir homenaje a Luis Buñuel, recientemente oscarizado por Le charme discret de la bourgoisie como mejor película de habla no inglesa de 1972. Nunca hasta entonces se habían reunido, y algunos no se conocían. Fue una cena memorable que el propio Buñuel recordaba años después en sus memorias. Un agonizante John Ford llegó en primer lugar, seguido más tarde de Alfred Hitchcock, George Stevens, Rouben Mamoulian, William Wyler, Billy Wilder, Robert Wise y Robert Mulligan, además del productor Serge Silberman y del guionista Jean Claude Carrière. Al final de la cena tomaron una instantánea conmemorativa, dejando un hueco en el que incluirían más tarde la imagen de John Ford, que ya se había marchado.

Esa foto congregó a algunos de los más grandes talentos de la historia del cine. Hasta que abandoné definitivamente la dirección del Festival, una versión ampliada estuvo colocada frente a mi mesa de trabajo, una manera de reconciliarme con el cine y de fomentar cierta mitología privada. Ahora la tengo en mi casa. Verla cada mañana era un estímulo para compensar las pequeñas miserias que este oficio conlleva. Detener la mirada en cada uno de esos rostros sonrientes, ver el detalle de la mano de Hitchcock sobre la pierna de Buñuel (esa misma noche le había confesado su admiración por la pierna cortada de Tristana), o los brazos protectores de Cukor rodeando los hombros del homenajeado, ese español extremo que fascinaba a John Ford porque no podía comprender cómo una obra tan personal se hubiera podido hacer con tan pocos medios, e imaginar aquel brindis propuesto por George Stevens ("Por lo que nos reúne alrededor de esta mesa, pese a nuestras diferencias de origen y de creencias"), y la respuesta surrealista de Buñuel ("Bebo, pero tengo mis dudas"). Buñuel hizo su propia valoración de esas presencias, al escribir luego: "De Ben-Hur a West Side story, de Some like it hot a Notorius, de Stagecoach a Giant, cuántas películas alrededor de aquella mesa..."

Aquella imagen inspiró un impulso arrollador, de los que se dan de higos a brevas: un ciclo que se titularía "Los chicos de la foto" y en el que se ofrecerían películas de esos genios. Encontramos, además, un denominador común. Cada uno había contado alguna vez una historia de amores imposibles..."

DIEGO GALÁN. "Jack Lemmon nunca cenó aquí". Ed. Plaza y Janés (2.001).


* Precisamente, la lectura de este párrafo en el libro de Diego Galán me trajo a ese otro que posteé ayer, en el que Buñuel recordaba el encuentro especial con los grandes directores de la época dorada de Hollywood. Os recomiendo este libro a todos los amantes del cine, en el que Galán (que fue director del Festival de Cine de San Sebastián durante trece años) desgrana las anécdotas más importantes y los numerosos avatares que sucedieron en el Zinemaldia mientras él estuvo al frente del mismo.


4 comentarios:

Unknown dijo...

”Una historia de amores imposibles”… me ha llamado la atención esta frase… y me ha hecho reflexionar… ¿sería mejor llamarlo de amores no culminados?… o incluso “falso amor”… ¿qué hay de verdad es todo esto?. En el libro titulado “Breve tratado de la pasión” de Alberto Manguel (que te comente en un correo) se muestra este dilema desde diferentes puntos de vistas, diferentes épocas y modos de sentir… a destacar la relación entre Dora Carrington y Lytton Strachey (nº 99 y 100). Un amor imposible incrementa su intensidad, cada momento, cada segundo de tu vida al lado de la otra persona, es plenitud, amor absoluto… yo sentí esto una vez… pero sé que no lo volveré tener, pues nunca, nunca… se puede amar de verdad dos veces…

Incondicional

desconvencida dijo...

Buenos días, Incondicional.... tomo nota de tu recomendación, desde luego el amor de Carrington y Strachey se puede decir que era del tipo imposible.. en cualquier caso, eso de que no se puede amar dos veces no es cierto en todos los casos, si fuera así qué vida tan triste les esperaría a los que hayan amado demasiado pronto, sin esperanza alguna, ¿no crees?

Unknown dijo...

Por lo que he podido leer sobre la relación de Carrington y Strachey... sintieron un amor envidiable... ¿imposible? no lo sé...que cada uno lo interprete como quiera o desee...

Si se ha amado “de verdad” es difícil volver a amar de la misma forma... el amor “absoluto” se consigue en una relación de una persona con otra (irrepetible), de tu a tu, se crea a un nuevo ser “nosotros”… Si cambias una letra, a este binomio por ejemplo “Carrington-Strachey” ya no sonará igual, a eso me refiero… ¿es demasiado lírico?

Selma dijo...

Qué profundos, chicos! Veo que lo de los amores imposibles tiene tela. Muy buena reflexión, son "imposibles"? son "no culminados"? son los mejores por lo que pudieron ser? se crecen en el recuerdo con el paso de los años? realmente fueron imposibles?
El libro de Diego Galán me lo leí hace años y lo disfruté un montón, me encantan todos los entresijos de la preparación del festival, los nervios, los malos rollos (Lana Turner no queriéndose cruzar con Mickey Rooney), los egos, el presupuesto...
Qué pena que Jack Lemmon no quisiera recibir un Donostia; sin duda fue "un amor imposible" para Diego Galán.

 
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