"Una tarde Amalfitano salió al patio en mangas de camisa como un señor feudal sale a caballo a contemplar la magnitud de sus territorios. Antes había estado tirado en el suelo de su estudio abriendo cajas de libros con un cuchillo de cocina y entre éstos había encontrado uno muy extraño, que no recordaba haber comprado jamás y que tampoco recordaba que nadie le hubiera regalado. El libro en cuestión era el "Testamento geométrico" de Rafael Dieste, publicado en Ediciones del Castro en La Coruña, en 1975, un libro evidentemente sobre geometría, una disciplina que Amalfitano apenas conocía, dividido en tres partes, la primera una "Introducción a Euclides, Lobatchevski y Riemman", la segunda dedicada a "Los movimientos en geometría" y la tercera parte titulada "Tres demostraciones del V postulado", sin duda la parte más enigmática pues Amalfitano no tenía idea de qué era el V postulado ni en qué consistía, y además no le interesaba saberlo, aunque esto último tal vez no sea achacable a su falta de curiosidad. (...)
Y entonces se fijó en los cordeles, cuatro hileras, atados por un lado a una especie de portería de fútbol de dimensiones más pequeñas, dos palos de no más de un metro ochenta enterrados en la tierra y un tercer palo,horizontal, claveteado a los otros por ambos extremos, lo que les concedía, además, una cierta estabilidad, y del que pendían los cordeles hastas unos ganchos fijados en la pard de la casa. Después entró en la casucha como si le faltara el oxígeno y de una bolsa de plástico con el logotipo del supermercado al que iba con su hija a hacer la compra semanal extrajo tres pinzas para la ropa, que él se empecinaba en llamar "perritos", y con ellas enganchó y colgó el libro de uno de los cordeles y luego volvió a entrar en su casa, sintiéndose mucho más aliviado.
La idea, por supuesto, era de Duchamp.
Y entonces se fijó en los cordeles, cuatro hileras, atados por un lado a una especie de portería de fútbol de dimensiones más pequeñas, dos palos de no más de un metro ochenta enterrados en la tierra y un tercer palo,horizontal, claveteado a los otros por ambos extremos, lo que les concedía, además, una cierta estabilidad, y del que pendían los cordeles hastas unos ganchos fijados en la pard de la casa. Después entró en la casucha como si le faltara el oxígeno y de una bolsa de plástico con el logotipo del supermercado al que iba con su hija a hacer la compra semanal extrajo tres pinzas para la ropa, que él se empecinaba en llamar "perritos", y con ellas enganchó y colgó el libro de uno de los cordeles y luego volvió a entrar en su casa, sintiéndose mucho más aliviado.
La idea, por supuesto, era de Duchamp.
Durante su estancia en Buenos Aires sólo existe o sólo se conserva un ready-made. Aunque su vida entera fue un ready-made, que es una forma de apaciguar el destino y al mismo tiempo enviar señales de alarma. Calvin Tomkins escribe al respecto: Con motivo de la boda de su hermana Suzanne con su íntimo amigo Jean Crotti, que se casaron en París el 14 de abril de 1919, Duchamp mandó por correo un regalo a la pareja. Se trataba de unas instrucciones para colgar un tratado de geometría de la ventana de su apartamento y fijarlo con cordel, para que el viento pudiera "hojear el libro, escoger los problemas, pasar las páginas y arrancarlas". Suzanne y Jean siguieron las instrucciones de Duchamp con buen humor. De hecho, llegaron a fotografiar aquel libro abierto suspendido en el aire -imagen que constituye el único testimonio de la obra, que no logró sobrevivir a semejante exposición a los elementos- y más tarde Suzanne pintó un cuadro de él titulado "Le ready-made malheureux de Marcel".
Sigue Tomkins: En los últimos años Duchamp confesó a un entrevistador que había disfrutado desacreditando "la seriedad de un libro cargado de principios" como aquel y hasta insinuó a otro periodista que, al exponerlo a las inclemencias del tiempo, "el tratado había captado por fin cuatro cosas de la vida".
ROBERTO BOLAÑO. "2666"
Sigue Tomkins: En los últimos años Duchamp confesó a un entrevistador que había disfrutado desacreditando "la seriedad de un libro cargado de principios" como aquel y hasta insinuó a otro periodista que, al exponerlo a las inclemencias del tiempo, "el tratado había captado por fin cuatro cosas de la vida".
ROBERTO BOLAÑO. "2666"
11 comentarios:
Hola, Descon, ¿qué tal?
Gran libro "2666" y gran post, como siempre. Sólo Bolaño parece haberse fijado en Rafael Dieste. He leído varias cosas de él y de su hermano Eduardo, otro olvidado.
Eso de colgar el libro de geometría del tendedero es una imagen muy curiosa:
" Después de dejar el Circo Internacional Amalfitano los invitó a comer a su casa.
Espinoza salió al patio trasero y vio un libro que colgaba de una cuerda para tender ropa. No se quiso acercar a ver de qué libro se trataba, pero cuando volvió a entrar en la casa le preguntó a Amalfitano por él.
–Es el Testamento geométrico, de Rafael Dieste –dijo Amalfitano.
–Rafael Dieste, un poeta gallego –dijo Espinoza.
–Ese mismo –dijo Amalfitano–, pero éste no es un libro de poesía sino de geometría, las cosas que se le ocurrieron a Dieste mientras ejerció como profesor de instituto.
Espinoza le tradujo a Pelletier lo que Amalfitano le había dicho.
–¿Y está colgado en el patio? –dijo Pelletier con una sonrisa.
–Sí –dijo Espinoza mientras Amalfitano buscaba en el refrigerador algo que pudieran comer–, como si fuera una camisa puesta a secar."
Besos.
Ah, un secreto: a los Dieste siempre los he conocido por relación familiar, y si sigues leyendo varias líneas después del primer trozo que has puesto de "2666" sabrás por qué. ;-)
Conde Duque! Yo a Rafael Dieste le conocí por su poesía, he puesto enlazado en su nombre un poema suyo que me encanta, "Mutilados planetas", de su libro "Rojo farol amante", circulaba por casa de mis padres y me llamó mucho la atención por su nombre hace ya años... de él también tengo "Los archivos del trasgo".
Qué curiosidad con lo que me has dicho, en cuanto llegue a casa esta noche seguiré leyendo :)
He acometido la lectura de 2666 este lunes. Me parece duro por el tamaño y lo denso de su lenguaje, pero no podía resistir ya las ganas de leer, tras el encierro de estudiante.
Ya te diré. Besos
Futuro...pues ya te digo después de lo de las opos empezar con 2666...!!
Hijo , busca algo ligerito.Uno de la Sonrisa Vertical o las Memorias de Groucho Marx , o La Conjura de los Necios...
En cuanto a lo de exponerse (exponerse)a la intemperie para "captar cuatro cosas de la vida" es una idea genial
mk, pero qué dices, mujer, Bolaños entra siempre como si fuera ligero.
Desconvencida ya sabe de mis adicciones robertianas...
* Conde-Duque, ya lo leí ayer, así que era cierto!! Claro que conociendo tus antepasados gallegos y con lo que me dijiste ayer... Es una pena que Dieste sea un gran desconocido, por eso me hizo ilusión la mención que hace Bolaño en su libro...
* Futuro Bloguero, es un libro para leer de una tacada, en unas vacaciones o así... creo que ya lo conté aquí, yo lo leí prácticamente todo en un viaje de ida y vuelta en tren a Galicia desde Pamplona, un total de más de 20 horas, en el macabro tren Barcelona-Vigo, no había ni película con lo que entretenerse así que me hizo mucha compañía... De todas formas no lo recuerdo especialmente denso, desde luego mucho menos que "Los detectives salvajes"... Ya has hecho tu examen? Ahora me paso por tu blog :)
* jaja, MK, desde luego que es una lectura que hay que acometer "despajado", pero RR tiene razón, para mi leer a Bolaño es un total disfrute, nada denso...
No he leído ningún libro completo de Bolaño. He comenzado varios (y varias veces Los Detectives y 2666) pero siempre los he abandonado a las primeras de cambio. Comprendo que hay algo valioso en el esfuerzo creativo que hace, sus historias son interesantes, pero yo encuentro demasiadas lagunas narrativas en él, muchos momentos en que el estilo narrativo cae bajo mínimos, me refiero a la forma de escribir, que se hace descuidada; a veces da una sensación de poco profesional, en la medida en que un gran escritor pueda escribir de una manera "profesional". Es difícil de explicar: algo no encaja.
Siento disentir otra vez de la común opinión.
Efectivamente, tarta, una vez más disentimos... de Bolaño diría cualquier cosa menos que era "poco profesional"...
A mi, "2666", que leí hace bastante, me descubrió a Roberto Bolaño, y me llevó a encontrar después "Los detectives salvajes", una de las grandes novelas del siglo XX. Me atrevería a decir que una de las mejores, sin duda.
Coincido contigo Koolau, ya es todo un clásico...
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