
"Cuando los
testimonios de los campos de concentración se abatieron sobre mi, mi entendimiento no fue capaz, en un primer momento, de aceptar lo que veían mis ojos. Al igual que muchos otros yo decía que las
fotos estaban trucadas, que eran infundios
propagandísticos.
Al vencer, finalmente, la verdad a mi resistencia, fui presa de la desesperación, y el desprecio de mi mismo, que era ya una carga grave, se acentuó hasta rebasar el límite de lo soportable.
No me di cuenta hasta mucho más tarde de que, a pesar de todo, yo era bastante inocente. Sin defensa ni preparación alguna entré de cabeza como Austauschkind en una realidad resplandeciente de idealidad y de culto al heroísmo. Además caí, inerme, en manos de una agresividad que, en mucho, coincidía con la mía.
El brillo exterior me deslumbró. No vi la oscuridad."
INGMAR BERGMAN "La linterna mágica"

"Había evasivas suficientes. Y, sin embargo, durante decenios me negué a admitir esa palabra y
esas dos letras. Lo que había aceptado con el tonto orgullo de mis años jóvenes quise callarlo después de la guerra, por vergüenza siempre renovada. No obstante, la carga subsistía y nadie podía aligerarla.
Es verdad que durante mi adiestramiento en la lucha de tanques, que me embruteció durante el otoño y el invierno, no se supo nada de los crímenes de guerra que luego salieron a la luz, pero mi llamada ignorancia no puede encubrir el hecho de que pertenecí a un cuerpo, un sistema, que planeó y organizó y llevó a cabo la destrucción de millones de seres humanos. Aunque yo mismo no me considerara culpable, siempre queda algo en la conciencia que no se puede limpiar, eso que solemos llamar con frecuencia responsabilidad compartida. Es seguro que tendré que vivir con ello para el resto de mi vida”.
Con el paso del tiempo empecé a darme cuenta, aunque todavía dubitativo, de que desconocía o, dicho con mayor precisión, no quería admitir, que yo había estado envuelto en un asunto criminal, cuya carga con los años no se aminoraba ni era posible enterrar en el olvido, y del que todavía sufro.”
GÜNTER GRASS "Pelando la cebolla" (Memorias)
* No sé qué pensaréis del escándalo que salpicó el año pasado al Premio Nobel de Literatura alemán, Günter Grass, cuando él mismo
reveló en sus memorias haber sido parte integrante de la SS durante el gobierno nazi. Como ya
confesó en sus propias memorias el director de cine Igmar Bergman (cuya familia fue simpatizante nazi durante la Segunda Guerra Mundial), ambos afirman que su entusiasmo por Hitler hay que verlo en el contexto político de sus países en aquel momento, cuando se desconocía el alcance de las medidas antisemitas y todo lo relativo al Holocausto judío.
**Os dejo con un poema escrito por Grass después de tener que soportar durante seis meses cómo muchos de sus compatriotas se rasgaban las vestiduras y renegaban de él, cuando poco antes era considerado el orgullo cultural del país.