miércoles, 10 de mayo de 2006

EL VERDUGO

Sólo a un maestro como Luis García Berlanga y al genial guionista Rafael Azcona, se les podía ocurrir afrontar un tema tan duro como la pena de muerte desde el humor negro más corrosivo, a la vez que respetuoso. Así, entre carcajadas (especialmente en mi caso en la escena de la boda, con Alfredo Landa de sacristán, y en el de la aparición de la pareja de guardia civiles en una barca en medio del espectáculo acuático- musical de las Cuevas del Drach en Palma, en las que casi lloro de risa) vemos al pobre Amadeo, que pasa de ser un digno enterrador a aprendiz de verdugo, con la intermediación de su suegro, el inolvidable Pepe Isbert y de propia su mujer. Prácticamente le tienen que arrastrar al patíbulo, como si él fuera el justiciable, en la escena final de la película, en la que Berlanga consigue que se te borre la sonrisa de la cara ante la desesperación del protagonista, convertido en asesino a su pesar.

GARROTE VIL

¡Tan! ¡Tan! ¡Tan! Canta el martillo,
el garrote alzando están,
canta en el campo un cuclillo,
y las estrellas se van
al compás del estribillo
con que repica el martillo:
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!

El patíbulo destaca
trágico, nocturno y gris,
la ronda de la petaca
sigue a la ronda de anís,
pica tabaco la faca
y el patíbulo destaca
sobre el alba flor de lis.

Áspera copla remota
que rasguea un guitarrón
se escucha. Grito de jota
del morapio peleón.
El cabileño patriota
canta la canción remota
de las glorias de Aragón.

Apicarada pelambre
al pie del garrote vil,
se solaza muerta de hambre.
Da vayas al alguacil,
y con un rumor de enjambre
acoge hostil la pelambre
a la hostil Guardia Civil.

Un gitano vende churros
al socaire de un corral,
asoman flautistas burros
las orejas al bardal,
y en el corro de baturros
el gitano de los churros
beatifica al criminal.

El reo espera en capilla,
reza un clérigo en latín,
llora una vela amarilla,
y el sentenciado da fin
a la amarilla tortilla
de yerbas. Fue a la capilla
la cena del cafetín.

Canta en la plaza el martillo,
el verdugo gana el pan,
un paño enluta el banquillo.
Como el paño es catalán,
se está volviendo amarillo
al son que canta el martillo.
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!


RAMÓN MARÍA DEL VALLE- INCLÁN

2 comentarios:

atikus dijo...

Un peliculón, de esas hay muchas, algunas las ponen a escondidas, ayer vi (grabada) "el cochecito" ...

desconvencida dijo...

Azcona es grande... Precisamente el otro día le vi en el coloquio después de "El cochecito" cuando la pusieron en "Versión Española".

 
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