"SOBIBOR, 14 DE OCTUBRE DE 1943, 16 HORAS" (2.001) es un documental de Claude Lanzmann que supone un apéndice necesario de su ya célebre documental sobre el Holocausto "Shoah" (1.985).
Durante el rodaje de "Shoah", Lanzmann entró en contacto con Yehuda Lerner, uno de los pocos supervivientes de la rebelión más exitosa acaecida en uno de los campos de exterminio nazis, Sobibor.
Lerner, que en 1.943 apenas contaba con 16 años de edad, primero cuenta a la cámara (su testimonio es de 1.979), su periplo antes de llegar a Sobibor, recorrido que le llevó por más de 7 campos de concentración distintos, de los que siempre lograba escaparse junto con un amigo, alentados ambos por su fuerte ansia de libertad:
LANZMANN: ¿Tan fácil era escaparse? .
LERNER: Para un hombre que quiere vivir, nada es difícil. En cuanto ví que en esos campos y en esas condiciones no era vida lo que me esperaba, me dije: no tengo nada que perder.
Resulta escalofriante el relato de su llegada al campo de Sobibor en tren, junto con prisioneros de guerra judíos del frente ruso. Al llegar a la estación de Chelm, un polaco que allí trabajaba le murmuró: "Escápense, los llevan a un campo para matarlos y quemarlos". Lerner repitió a sus compañeros de viaje lo que había dicho el polaco, pero nadie quiso creerle. "Nos podríamos haber evadido ahí mismo porque, para nuestras necesidades, habíamos hecho un gran agujero en el suelo del vagón. Pero no nos escapamos porque eso de que nos iban a matar y quemar nos pareció imposible. Nunca habíamos oído hablar de algo así"
De las 2.000 personas que llegaron en el convoy de aquel día, 80 fueron seleccionadas para trabajar en el campo (según les dijeron) y las otras 1.920 fueron llevadas directamente a los hornos crematorios del campo.
Alexander Perhersky, uno de los líderes de la revuelta, comentó de su primer día en el campo:
"Estaba sentado en una pila de troncos al aire libre de noche con Solomon Leitman, quien posteriormente se convirtió en mi principal comandante en el levantamiento. Le pregunté sobre el inmenso y extraño fuego encendido a 500 metros de nosotros, detrás de unos árboles, y sobre el desagradable olor en todo el campo. Me advirtió que los guardias prohibían mirar allí y me dijo que estaban quemando los cadáveres de mis camaradas asesinados que llegaron conmigo ese mismo día. No le creí, pero continué: Me dijo que el campo existía hacía más de un año y que casi todos los días llegaba un tren con dos mil nuevas víctimas que eran asesinadas en unas pocas horas. Dijo que alrededor de 500 prisioneros judíos (polacos, franceses, alemanes, holandeses y checoslovacos) trabajaban allí y que mi transporte fue el primero que trajo judíos rusos. Dijo que en este pequeño pedazo de tierra (no más de 10 hectáreas ó 0,1 km2), cientos de miles de mujeres, niños y hombres judíos fueron asesinados. Pensé en mi futuro. ¿Debería intentar escapar solo o con un pequeño grupo? ¿Debería dejar al resto de los prisioneros ser torturados y asesinados? Rechacé esta idea."
En ese mismo momento comenzó a forjarse el plan de huída: a las 4 de la tarde del 14 de Octubre de 1.943, 20 de los guardas de las SS que custodiaban el campo habían sido convocados en diferentes pabellones por los gremos judíos que allí trabajaban, con la excusa de trabajos de sastrería, orfebrería, etc...
En menos de diez minutos, los pocos prisioneros que estaban al tanto del plan de huída, entre ellos Lerner, armados con hachas asesinaron a los guardas. Como previamente habían cortado la electricidad del campo (dejando inservibles las alambradas que lo protegían) y los cables telefónicos, centenares de prisioneros no se lo pensaron dos veces y corrieron hacia la puerta del campo, si bien algunos de ellos murieron como consecuencia de los disparos de ametralladora del Brigada Frenzel.
La parte más escalofriante del documental es aquella en la que se lee la lista de llegadas al campo en tren y el número de víctimas que eran aniquiladas, día a día, hasta llegar a 250.000.
"Haber matado a un alemán que acababa de realizar cosas monstruosas, como exterminar a centenares de miles de personas, por supuesto que provoca una cierta alegría. Maté otras veces, después, como soldado, como combatiente. Pero aquello fue diferente porque no éramos dos bandos de hombres armados, no éramos ni siquiera humanos... ni sub-humanos". YEHUDA LERNER
7 comentarios:
Aún no he visto Shoah...
Me apunto también Sobibor.
Aunque primero tendría que conseguirlas. La heredera ya la tengo (aunque aún no la he visto). Pero me vo a poner con ella. No sólo por tu entrada anterior. En otro blog la acababan de recomendar...
En fin...
El final de no éramos ni siquiera humanos... Buuuff..
Un saludo.
Yo tampoco he visto Shoah, David, supongo que será para verla en pequeñas dosis, debe ser un documental muy fuerte (pero necesario, como siempre lo es el recuerdo a las víctimas de cualquier injusticia), este merece la pena.
Ya me dirás qué tal "La heredera", como te dije es fundamental también leer la novela de Henry James, es brutal!
Saludos
Mi padre siempre me dice que "Shoah" es muy buena. Lo que ocurre es que creo que es larguísima.
Unas nueve horitas, memento... por eso digo que no es para verla de una sentada :S
uffff, escalofríos este tema. He estado pululando por la wikipedia con Sobibor y alguno de los malnacidos que luego se fueron a Brasil.
Grazie
Vaya León, no lo sabía, esto me ha recordado a este post:
http://desconvencida.blogspot.com/2008/03/los-nios-del-brasil.html
Vaya León, no lo sabía, esto me ha recordado a este post:
http://desconvencida.blogspot.com/2008/03/los-nios-del-brasil.html
Publicar un comentario