martes, 5 de enero de 2010

LINDA & PAUL


"Una gran parte de mi vida con Linda y con nuestra familia la pasé por ahí, en casa o de vacaciones. La imagen de esta página no es sencillamente más que una instantánea tomada en vacaciones, nada especial. Fue una más de tantas y tantas fotos, una fotografía en la que aparezco yo, en Jamaica en 1972, descansando tranquilamente por la tarde. Como fotógrafa, Linda tenía libertad para sacar magníficas fotos familiares que no estaban preparadas. Tenía ese don: cuando se ponía a hacer fotos, se las arreglaba para conseguir que no nos diéramos cuenta de su presencia en absoluto.



Podía hacer fotos de prácticamente todo lo que quisiera y todos sabíamos que podíamos fiarnos de ella. Sabíamos que sólo sacaría fotos de lo que ella creyera que merecía la pena y que no fuera excesivamente íntimo.

Nos habíamos acostumbrado a sentirnos como en casa. Después de todo, me imagino que nos habíamos acostumbrado. Cuando la vi por primera vez, me di cuenta de que, como fotógrafa, era muy simpática. Ahora se cumplen diez años de su muerte y probablemente unos 40 años desde la primera vez que la conocí. Todavía recuerdo cómo fue nuestro primer encuentro. Fue en un club de Londres, el Bag O’ Nails, una noche en la que estaban actuando Georgie Fame y los Blue Flames. De un extremo a otro de aquella sala abarrotada de público, nuestros ojos se encontraron y los violines empezaron a sonar, como suele decirse, aunque su sonido quedó ahogado, sobre todo, por Georgie Fame. Otro norteño.

Entre nosotros surgió inmediatamente la atracción. Cuando ya se iba a marchar (ella estaba con el grupo de los Animals, a los que había estado fotografiando), vi que había una oportunidad clara. "Me llamo Paul –le dije--, ¿y tú?". Creo que probablemente me había reconocido.

Sería una situación vista hasta la saciedad, pero con el tiempo les conté a los niños que, de no haber sido por aquel momento, ninguno de ellos estaría aquí. Aquella misma noche, más tarde, nos fuimos juntos a otro club, el Speakeasy. Fue la primera vez que salíamos juntos y recuerdo que fue también la primera vez que yo oí [la canción] 'A Whiter Shade of Pale’( 'Con su blanca palidez') de Procol Harum. Se convirtió en nuestra canción.



Aunque Linda conocía a muchísimos músicos de primera fila (había trabajado como fotógrafa en el primer número de la revista 'Rolling Stone’), siempre fue una mujer que no se daba ninguna importancia, en absoluto. En los años sesenta íbamos a todas partes en metro. Un día le saqué una foto poco después de comer. El vagón estaba completamente vacío y ella quería sacarme fotos a mí.


Siempre fue una mujer guapísima. Esa imagen de Linda en el metro la retrata a la perfección: manos hermosas, absolutamente nada de maquillaje, sólo la forma de su cara. Los calcetines de rombos por los que todo el mundo le tomaba el pelo...

Tenía dos pares, y habitualmente se combinaba uno de color rojo con otro de color verde. Era una chica de lo más natural, y rubia natural. Siempre tenía un aspecto muy informal. Así es como íbamos por ahí los dos en aquellos tiempos; en el metro, yo le saqué un par de fotos y ella me sacó a mí otro par de fotos. Muy poco después de la foto del metro, yo rompí con los Beatles, lo que para mí resultó ser un trago horroroso. Linda era muy práctica, muy realista, dos de las cualidades que yo realmente echaba en falta en aquellos momentos. Además, era toda una mujer. Yo tenía la sensación de que hasta entonces había estado saliendo con chicas, bueno, salvo una o dos. Linda era una mujer auténticamente de una pieza.

Tenía una niña de cinco años y yo estaba verdaderamente impresionado por la forma en que ella se manejaba en la vida. Sabía lo que tenía que hacer, simplemente. A mí me parecía realmente impresionante. (...) Ante la presión de estar casada con un Beatle, frecuentemente Linda quería que dejáramos la ciudad a temporadas.


Salíamos de excursión a sitios como Cliveden, donde Linda me fotografió junto con Heather, que era su hija y que pasó a serlo de los dos. La niña me llamaba siempre papá. Ésta es una foto interesante. Yo conocía Cliveden de haber rodado allí la película 'Help!’; de hecho rodamos una secuencia en la que figuraba que la casa era el palacio de Buckingham. No estoy seguro de que la reina lo hubiera permitido. Yo había estado por allí con los Beatles y fue allí donde conocimos a Lord Astor, que por cierto estaba en las últimas. Recuerdo que lo que nos ofreció fue oxígeno. "¿Quieren ustedes un poquito?", nos decía. Creo que todos inhalamos algo.

Yo sabía que Cliveden representaría para Linda, Heather y yo mismo un día agradable al aire libre. Cuando salíamos por ahí en coche, Linda siempre quería perderse. Yo tengo un pánico innato a perderme. Siempre quiero saber dónde está Londres. No quiero llegar a Staines, pongamos por caso, y no saber cuál es el camino de vuelta. Íbamos por ahí y nos metíamos en los lugares más apartados, nos los pasábamos en grande, encontrábamos una pequeña tetería o nos quedábamos a la orilla de un río.

Me enseñó a disfrutar de esas pequeñas cosas, a relajarme y a ser una persona normal y corriente. Todo eso tenía un gran valor para mí por aquel entonces; representó una gran parte del proceso de curación a raíz de la disolución de los Beatles. Ella sentía adoración por el campo y le encantaba sacarnos fotos ahí. La foto de la página de apertura fue tomada en nuestra finca de Escocia, en 1982, una época en la que pasábamos mucho tiempo allí. Ésa es mi batita escocesa; picaba un poco en contacto con la piel, pero es la que yo llevaba.



Lo que yo tenía que hacer era ir andando desde un extremo de la valla hasta el otro y volver, cosa que hice hasta que empecé a trastrabillar un poquito y aquello se iba a convertir en un riesgo para la salud. Lo que pienso que esta fotografía tiene de fabuloso es que se trata de uno de esos momentos en los que se especializó alguien como Cartier-Bresson. Hay fotografías famosas de Cartier-Bresson, en las que aparece alguien saltando sobre un charco en un camino, que tienen ese aire como de que "¡tú estás allí!". Luego tienes esa preciosa figura de Stella agachada en segundo plano y además, al perro en posición perfecta de parada, un pequeño labrador, de nombre Poppy, y también me tienes a mí, en equilibrio. Es francamente extraordinaria.
Linda era una mujer muy natural. Le encantaban el aire puro y la privacidad del campo. Durante el proceso de disolución de los Beatles, pasamos una temporada bastante larga en Escocia, entre tres y cuatro meses. En condiciones normales no habrían sido más que unas vacaciones de dos semanas.Nos encantaba estar allí. Aquello era el fin del mundo.

Nuestra finca está en Campbeltown y todavía voy por allí con la familia. Los hombres que aparecen en la foto eran conocidos de Linda y míos como los 'Old Biddies' [literalmente, 'las viejecitas']. Estaban jubilados. Salían por ahí, a dar una vuelta con sus chubasqueros y sus gorras de Andy Capp, se sentaban en cualquier sitio y charlábamos un rato. Creo que con el tiempo alguien puso ahí un banco para que se sentaran. Los veíamos siempre que nos acercábamos por el pueblo a comprar cosas de comer. Ella se tomaba sus chupitos y hay un número bastante considerable de fotografías que ahora son realmente históricas. Los sitios cambian en 30 años. Tenemos fotos de bebés, de niños chiquititos que son una monada y que ahora son unos campesinos hechos y derechos.

Precisamente, el museo de Campbeltown tiene algunas de las fotos de Linda por esta misma razón, porque ya son históricas. Me encantan los impermeables. Estos tipos mayores son exactamente los personajes típicos del campo, jubilados, con sus bastones. Hay como un ambiente genial en esta fotografía. Linda les cogió un gran cariño a los Old Biddies.



Una cosa estupenda de Linda era la capacidad que tenía para tratar con cualquiera. Su padre era un abogado de fama, que había ido a Harvard, que había alcanzado mucho éxito en el ejercicio de su profesión y que vivía en un piso en Park Avenue, un sitio de lo más elegante, con una colección de arte impresionante. Ella no tenía ninguna dificultad para moverse en ese mundo, se encontraba ahí completamente a sus anchas. Ahora bien, también era capaz de conectar con enorme facilidad con la gente de la calle. Tenía una forma de ser muy natural. En los años sesenta y setenta la prensa de aquí no lo supo ver, simplemente porque primero había sido mi novia y luego mi mujer.

No era de las que iban a televisión y decían "¡Ésta soy yo, hola!" para tratar de caerle bien a todo el mundo. Nosotros no necesitábamos hacer nada de eso; era nuestra vida, no la de los demás. Estábamos demasiado entretenidos viviéndola. Cuando llegaba alguien a casa y la conocía, se convencía de que era fantástica. Simplemente era una persona estupenda para salir por ahí con ella: muy divertida, muy ocurrente y muy inteligente. Era capaz de hablar con la misma naturalidad con el cartero del pueblo que con un marchante de arte de Nueva York.

La gente tarda un tiempo en conocerte, sobre todo si tú no te esfuerzas en que te conozcan, y ella no se esforzaba. El tiempo es un factor esencial.Había gente que se venía a cenar con nosotros, personas como Twiggy y Joanna Lumley. De vez en cuando Linda concedía alguna entrevista y poco a poco la iban conociendo. Simplemente se corrió la voz de que era una señora realmente fantástica. El comentario que hacían de ella era: "No tiene nada que ver con la imagen que da". Para ella lo más importante era su mundo privado, no su proyección pública, y ésa es la razón por la que se tardaba un poco de tiempo (en conocerla).



Para mí, la fotografía más triste y más inolvidable de esta colección es el autorretrato que se hizo en 1997, no mucho antes de morir en 1998, en el estudio de Francis Bacon en South Kensington [barrio de Londres]. Linda era una apasionada del arte. Había estudiado arte en la universidad, en Arizona, y su padre tenía un colección extraordinaria. En fin, que había crecido rodeada de arte de gran nivel. Sentía una admiración enorme por Francis Bacon y, por intermedio de un amigo, tuvo la oportunidad de fotografiar el estudio del artista tras la muerte de éste. Conocíamos a las personas que se habían hecho cargo del estudio. Iban a llevárselo todo (todo lo que había en él) a Dublín. Se presentó allí y sacó unas cuantas fotografías. Ésta es un clásico. Con ese espejo roto, resulta particularmente inquietante. Es una imagen muy extraña, pero poderosa. No estoy seguro, pero parece algo así como la máscara mortuoria de alguien a la derecha de la imagen.

Por aquella época, ella sabía que estaba enferma, pero tenía sus sesiones de 'quimio' y le estaba volviendo a salir el pelo. Yo pensaba que por aquel entonces tenía un aspecto muy elegante. Ella no sabía que se estaba muriendo. A decir verdad, no estoy seguro de que llegara a saber en ningún momento que se estaba muriendo. Como familia, tienes que tomar una decisión sobre si se lo comentas a alguien y los médicos lo dejan en tus manos, en la familia más próxima.

Lo hablé con el médico y éste me dijo: "No creo que ella quiera saberlo. Es una señora tan fuerte, tan echada para adelante, y una mujer tan positiva que no creo que eso le haga ningún bien".

Salió a montar a caballo incluso el día antes de morir. Le encantaba sobremanera montar a caballo. Había veces que se subía al caballo y decía:"No quieres bajarte, ¿sabes?". Le gustaba más estar allá arriba que en el suelo.

PAUL MCCARTNEY

13 comentarios:

Sir John More dijo...

Como fan tremebundo de las musiquillas del amigo Paul, y antes de los Beatles, te agradezco mucho este texto. A pesar de ser fan suyo, siempre he considerado a McCartney como un tontaina de cuidado, bastante engreído y papafrita, pero también he creído que con Linda acertó de lleno, porque su sencillez compensaba las simplezas de él. He estado en Campbeltown, en la península de Kintyre, en el oeste de Escocia, y el lugar es maravilloso. He fotografiado de lejos la granja de la familia, y he conocido a algunos de esos viejitos que trataron a la familia McCartney, que al fin y al cabo, para ellos, no dejaba de ser un inglés un poco chalado. Vi este verano la estatua que han dedicado a Linda en Campbeltown, y es horrorosa. Con todo, he disfrutado tantos momentos con estos dos amigos que, eso, no puedo dejar de emocionarme un poquito leyendo todo esto. Gracias de nuevo y un beso.

jlmartin63 dijo...

me ha gustado mucho leer este texto, muchas gracias

David dijo...

Había visto las fotos... Y lo cierto es que no recuerdo si he leído el texto, pero bueno, da igual... ¿De verdad Paul pensaba que Linda no sabía lo que pasaba? No lo creo. Sinceramente no lo creo. Eso es lo que le gustaría creer a él.
Siempre me ha caído bien Linda. Siempre. Linda quiso dejar los Wings porque sabía que no era buena intérprete, y que todo era cabezonería de Paul (que la quería en el escenario). Al principio le seducía la idea de ser una más de la banda, pero pronto se dio cuenta de que llegaba "tarde" y que no tenía la habilidad de Paul o los otros miembros. Denny comentaba que la pobre lloraba diciendo que lo quería dejar y viendo el rechazo que tenía la gente hacia ella cuando tocaban.
He visto a Paul en concierto sólo una vez... Además de Linda al teclado, tenían a un músico experimentado que tocaría las partes "difíciles" imagino (el solo de Penny Lanne, por ejemplo), pero sólo sé que cuando Paul presentó a la banda y dijo el nombre de la que fue su esposa, todo el mundo gritó y aplaudió con admiración. Yo, al menos, así lo hice. Por lo demás... Me gusta la música de Paul, y me ha dado tanto que no me gusta meterme con su persona, pero mi pareja piensa (y algo de eso comparto yo) que Paul debió ser bastante "tirano" (tirano cariñoso o amoroso, pero tirano al fin y al cabo) en su relación con Linda. Un saludo.

desconvencida dijo...

* Muchas gracias por tu comentario, Sir John Moore, no he estado en Campeltown, pero sí en Escocia, hace ya muchos años y tengo muchas ganas de volver, me gustó muchísimo... Por cierto, bienvenido al blog (creo que es la primera vez que escribes).

* JLMartin, me alegro de que te haya gustado, gracias por tomarte el tiempo para leerlo :)

desconvencida dijo...

Vaya David, hemos escrito a la vez! Muchas gracias por tu comentario, veo que hay mucho beatleliano por aquí :D... No sé si es cierto lo que cuenta Paul, pero habrá que creerle... esto de no contar a los enfermos el alcance de su enfermedad siempre me ha parecido muy curioso, pero no me atrevo a juzgarlo...

Tarta dijo...

Me han parecido interesantes los detalles del primer encuentro entre Linda y Paul. Me gustan los primeros encuentros y la manera en que las personas se descubren unas a otras, cuando aún ignoran que van a ser mutuamente muy importantes en sus vidas. Lo que me pregunto, como curiosidad, es en qué fecha se produciría el de McCartney con la que después sería su mujer.

eva dijo...

gracias, conve, me encanta las historias de amor, donde te ceunatn como el contacto con otra persona te modifica, te complementa...te abre..ay!!!!!!!...que bonito es el amor...!!!!!!!....

paul, linda...pues no conozco la historia, no obstante pienso que detras de un tirano/a o manipulador/a hay un sumiso/a...asi que nada...como dicen las feministas - QUIERE LIBRE!!!...

un bsto.

desconvencida dijo...

* Tarta, te refieres a cómo conoció a Heather Mills?

* hola eva, me alegro de que te haya gustado su historia.. está bien eso de Querer Libre, me ha gustado...

Rai Robledo dijo...

Me encantan las fotos

desconvencida dijo...

¿Son bonitas, verdad, Rai? Tanto las que hizo ella como sus retratos con la cámara...

A mi me gusta especialmente la de Escocia, es una foto muy especial...

Tarta dijo...

No, me refería a la fecha del primer encuentro con Linda. Acabo de ver en un libro que fue el 15 de mayo de 1967. Me parece que la primera canción que grabaron los Beatles después de esa fecha fue, unos días después, All you need is love. Lo siguiente que grabaron ya fue el Album Blanco y canciones de McCartney como Hey Jude.

Cambiando de tema, creo que nunca se ha hecho auténtica justicia con esta banda genial, pese a ser adorada por muchos. Me refiero a que muchos de sus temas más artísticos y creativos no fueron editados. Ni siquiera publicaron lo más vanguardista. Por ejemplo, en el doble blanco aparece una versión breve de HELTER SKELTER, pero se dice que grabaron una versión de media hora, que no podían incluir en ningún disco... Me pregunto si alguna vez podremos escuchar a los Beatles innovadores. Lo que intento decir es, sencillamente, que la visión que tenemos del grupo no está completa.

jlmartin63 dijo...

el autorretrato es tremendo, como señala el pobre Paul

Alejandro dijo...

Emocionante.

 
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