miércoles, 8 de febrero de 2006

EL NADADOR

"El nadador" (1.968), dirigida por Frank Perry y protagonizada por Burt Lancaster, parte de una idea muy original, su protagonista disfruta de un día de verano en la piscina de unos amigos y de pronto decide (ante el asombro de todos) regresar a su casa atravesando a nado las piscinas de sus vecinos y conocidos. Esta decisión, que puede parecer excéntrica, en realidad implica un viaje a su propio pasado, y llevará al protagonista, al llegar a su propia casa, a enfrentarse con su futuro.


* Como curiosidad diré que el protagonista me recordó a el padre de una idílica familia con la que pasé un verano en Seattle (USA). Este hombre había tomado la decisión de, a la vuelta de las vacaciones que iban a pasar todos en Francia, regresar solo en bicicleta de Philadelphia a Seattle, atravesando todo el país. Todo el mundo a su alrededor estaba asombrado, pero a mi me parecía normal, él decía que necesitaba tiempo para pensar sobre su vida y sus cosas. A la vuelta de su viaje por todo el país, se divorció de su mujer.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó más el libro :)

El relato de Jhon Cheever es simplemente maravilloso y siempre he tenido interés por la peli. Que tál esta?

desconvencida dijo...

El relato no lo he leído, pero la película te la recomiendo, es realmente inquietante ;)

Anónimo dijo...

¿Aún estabas allí cuando anunció su intención de divorciarse? Debió ser tan extraño como la historia en sí.

Los examenes de conciencia sublimados en actos de ese tipo suelen tener esa clase de consecuencias. Algo habitual entre cuarentena y la cincuentena. Supongo que se trata de recuperar el tiempo perdido, al más puro estilo Proust.

Felices aquellos días en los que no tenías que soportar mi presencia por aquí.

desconvencida dijo...

No, cuando me despedí de ellos volaban al día siguiente hacia Francia... la idea era, que pasadas dos semanas allí, toda la familia volara de París a Philadephia, donde vivían los abuelos, y la madre y los dos hijos regresaran a Seattle en avión, mientras que el padre regresaba en bicicleta a Seattle, atravesando TODO el país...

Lo curioso del caso es que esta pareja se conoció en una tienda de bicicletas, en donde ella trabajaba mientras estudiaba la carrera. Curiosamente, ella se sacaba dinero en los veranos haciendo de monitora de ciclismo, en grupos organizados que recorrían el país y ya había hecho ese recorrido 3 o 4 veces... ironías...

En cuanto a esos "felices" días, no me seas... creo que no hace falta que te diga lo mucho que gana este blog con tu presencia diaria (upss)... besos...

Azena dijo...

yo también me la apunto. siempre me ha gustado esa forma de hacer las cosas, ganar tiempo para pensar y no dejarse llevar por la inercia...

desconvencida dijo...

¡a ver qué te parece, azena! Bienvenida...

Anónimo dijo...

Hablando de sensaciones extrañas, hoy usé un móvil para echar un vistazo a la burrosfera. Al final, a causa de su lentitud, sólo pude entrar en dos. Ver tu posteo de "El Nadador" en esas circunstancias (rodeado de extraños) multiplica las sensaciones que vienen a tu mente al pensar en esta película.

Asombrosa historia. Gracias por compartirla.

desconvencida dijo...

De nada Alex, gracias a ti por compartirla conmigo, besos :)

 
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