jueves, 9 de diciembre de 2010

VIAJAR



(1)



" El viaje como imagen de la vida y como aventura de la imaginación
han sido dos constantes de nuestro pensamiento.
La vida es un viaje de la luz a la oscuridad.
La vida es siempre el viaje del héroe de las mil caras,
del millón de caras, y cada día viajamos de la mañana a la noche;
de noche viajamos en nuestro sueños;
de día viajamos por los sueños que tenemos con los ojos abiertos.
Y no tenemos que ir muy lejos.
Viajamos en nuestros recuerdos y podemos viajar en los recuerdos de otros,
en las memorias y las autobiografías de Zweig, Neruda, Casanova.
Leer a Balzac es viajar a la Francia del siglo XIX,
leer a William Faulkner es viajar al sur profundo de Estados Unidos de los años treinta,
leer a Mariano Azuela es viajar a las entrañas de la Revolución.
Vámonos con Martín Luis Guzmán y Pancho Villa a la toma de Zacatecas.
Vámonos con Alejo Carpentier al siglo de las luces.
Vámonos con Rafael F. Muñoz a Bachimba.
Vámonos con Borges de ida y vuelta al infinito.
Vámonos con Alicia al otro lado del espejo.
¿Por qué no decirle a nuestros niños que cuando abrimos un libro,
sus páginas se transforman en velas, y con ellas desplegadas
podemos navegar a los rincones más lejanos de nuestro país,
a los recovecos más misteriosos de nuestra historia,
a las tierras más altas de la imaginación?
Fueron viajeros Robinson Crusoe y Arthur Gordon Pym.
Viajó Gulliver, viajó Simbad, viajó Tartarín y el capitán Ahab.
¿Por qué no decirle a nuestros niños y a nuestros jóvenes
que con los libros pueden viajar por el dolor y la alegría de los seres humanos,
y por sus esperanzas, por su soledad, su amor y sus pasiones?
¿Por qué no decirles que con los libros podrán viajar al centro de sí mismos,
por los mares de sus conciencias, por las profundidades de sus pensamientos? "

FERNANDO DEL PASO "El viaje como imagen de la vida"


(2)


"Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba(Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas.

La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura."

MARIO VARGAS LLOSA. Extracto de su discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura 2.010.



* Siempre nos quedará la lectura para viajar, al menos, con la imaginación.

4 comentarios:

Alex dijo...

Me gusta mucho el discurso de Vargas Llosa. Sin música, sin libros, sin películas se podría vivir, pero no soñar.

Ánimo y un beso, Amaya.

desconvencida dijo...

Gracias Alex! Un libro,no se necesita más para viajar ;)

Valdemar Daninsky dijo...

Gran cosa es, para olvidar por un momento la guerra y paz que es la vida, poder luchar contra un ángel, cabalgar por la Mancha desfaciendo entuertos, demorarse en los abrazos de Circe y Calipso, añorar a Beatriz desde el infierno, brindar con Omar Xayyam y el soldado Schwejk, besar a Lolita, llorar con Adriano por Antínoo, sentirse orgullosa de haber inspirado veinte poemas de amor y una canción desesperada, hallar el Paraíso en los jardines de Alamut, navegar veinte mil leguas en la estela de un cachalote blanco invencible, hilvanar retahílas por entre las maravillas del mundo, encogerse el corazón junto a Ana Frank, sentirse como agua para chocolate y al final, en el momento del ser o no ser, de los cantos de vida y esperanza, de morir como dicen que mueren los que han amado mucho, aunque no se espere un nuevo aleph ni se crea que al despertar el dinosaurio vaya a seguir ahí, poder recordar mil y una noches felices de entre cien años de soledad.

Y que me perdonen los muchos que no he nombrado.

memento dijo...

No conocía esta foto, y para variar me encanta...

 
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