martes, 29 de julio de 2008

LOS OLVIDADOS



"Estrenada bastante lamentablemente en México, la película permaneció cuatro días en cartel y suscitó en el acto violentas reacciones. Uno de los grandes problemas de México, hoy como ayer, es un nacionalismo llevado hasta el extremo que delata un profundo complejo de inferioridad. Sindicatos y asociaciones diversas pidieron inmediatamente mi expulsión. La Prensa atacaba la película. Los raros espectadores salían de la película como de un entierro. Al término de la proyección privada, mientras que Lupe, la mujer del pintor Diego Rivera, se mostraba altiva y desdeñosa, sin decirme una sola palabra, otra mujer, Berta, casada con el poeta español Luis Felipe, se precipitó sobre mi, loca de indignación, con las uñas tendidas hacia mi cara, gritando que yo acababa de cometer una infamia, un horror contra México. Yo me esforzaba en mantenerme sereno e inmóvil, mientras sus peligrosas uñas temblaban a tres centímetros de mis ojos. Afortunadamente, Siqueiros, otro pintor, que se encontraba en la misma proyección, intervino para felicitarme calurosamente. Con él, gran número de intelectuales mexicanos alabaron la película.

A finales de 1.950, volví a París para presentarla. Todos mis amigos surrealistas vieron la película en "Studio 28" y se sintieron, creo, impresionados por ella. Sin embargo, al día siguiente Georges Sadoul me mandó recado de que tenía que hablarme de algo grave. Nos reunimos en un café cercano a la plaza de l´Étoille, y me confió, agitado incluso, demudado, que el partido comunista acababa de pedirle que no hablara de la película. Sorprendido, pregunté por qué.

- Porque es una película burguesa - me respondió.
- ¿Una película burguesa? ¿Cómo es eso?
- En primer lugar - me dijo-, se ve a través del cristal de una tienda a uno de los jóvenes abordado por un pederasta que le hace proposiciones. Llega entonces un agente de policía, y el pederasta huye. Eso significa que la Policía desempeña un papel útil: ¡no es posible decir tal cosa! Y, al final, en el reformatorio, muestras a un director muy amable, muy humano,que deja al niño salir para comprar cigarrillos.

Estos argumentos me parecían pueriles, ridículos y le dije a Sadoul que no podía hacer nada. Por suerte, unos meses después el director soviético Pudovkin vio la película y escribió un artículo entusiasta en Pravda. La actitud del Partido Comunista francés cambió de la noche a la mañana."

LUIS BUÑUEL "Mi último suspiro"

* Hoy se cumple el 25 aniversario del fallecimiento del director aragonés más universal, y he querido recordarle con una de sus películas más conmovedoras, "Los olvidados" (1.949) que, como se ve en sus memorias, en un principio no fue entendida por todo el mundo.

11 comentarios:

Gloria dijo...

" En primer lugar - me dijo-, se ve a través del cristal de una tienda a uno de los jóvenes abordado por un pederasta que le hace proposiciones. Llega entonces un agente de policía, y el pederasta huye. Eso significa que la Policía desempeña un papel útil: ¡no es posible decir tal cosa! Y, al final, en el reformatorio, muestras a un director muy amable, muy humano,que deja al niño salir para comprar cigarrillos.

Desde la óptica de la votante de izquierdas que siempre he sido, y no teniendo precisamente una gran confianza en las fuerzas del orden (por si acaso), no dudo en afirmar que el tipo que le hizo tal comentario a Buñuel era UN BURRO (0 un borrego, que no sé que es peor)

¡Que daño hacen al mundo los cabezacuadradas (sean del lado que sean)! ¿Que hubiera sido lo correcto, según este hombre? Que el chico hubiera sido víctima de una violación?

La puntilla de Pudovkin, genial: obviamente, éste gran director ruso tenia la cabeza redonda (y pensante).

dvd dijo...

Ay, ay. Al viejo Buñuel no lo entendían ni en el exilio. Si es que es lo que tiene adelantarse a su tiempo..., que los experimentos con gaseosa, don Luis. No me desmande usted a estos indiecitos, ahora que creían haber consolidado la revolución. Usted, como todo gringo, no meta cuchara donde queme; viva tranquilo, don Luis, haga caso de Rivera, que él sabe...
Burgueses de mierda...

X dijo...

Pues mira desconvencida, es una película que por una cosa u otra no la he visto. En alguna conversación de cine me han llegado a decir que quizás por mis gustos no me haría mucha gracia, pero la verdad es que tengo ganas de verla y despejar las dudas.

Respecto al libro de sus memorias, si es el mismo del que me han hablado, tengo entendido que merece mucho la pena.

Como te comentaba por casa, sigo tu blog.

Saludos

desconvencida dijo...

Xavipop, cuando tengas oportunidad tienes que verla, merece mucho la pena...

Las memoria de Luis Buñuel, "Mi último suspiro" son las más entretenidas que he leído nunca, en ellas se percibe claramente el fuerte carácter y el sentido del humor del genio maño. Como te digo, no ocupan muchas páginas y son una lectura de lo más amena, ya me dirás si al final las lees...

Te pongo un párrafo como ejemplo:

http://desconvencida.blogspot.com/2006/11/bromas-soadas.html

Mondo Gitane dijo...

Yo la ví de zagal y aún sueño con el menda aquel sin piernas al que puteaban los chavalines...
una gran peli del ateo por la gracia de dios

desconvencida dijo...

Pobre menda cojito, la verdad...

Anónimo dijo...

vaya hijos de la gran que eran los colegas del barrio del menda...

una película fundamental!!!!

en cuanto a los clásicos discursos miopes de las izquierdas a la espera del nihil obstat, le pasó exactamente lo mismo con las hurdes, el gobierno de la república consideró que no podía darse una imagen tan cruda de la realidad, en fin... el tema lo cuenta el propio Buñuel en sus memorias, sin acritud pero con un fondo de inevitable decepción...

desconvencida dijo...

Cierto, alain, no recordaba esa parte del libro... desde luego parece que realmente era un incomprendido en su época...

Eduardo dijo...

A Buñuel hemos llegado. Y aquí sale el cinéfilo aragonés... Decía Buñuel que su interés en ésta película era mostrar que los pobres son malísimos. Que estaba harto de la visión compasiva del pobrecito. Por eso lo del cojo, el pederasta y tal... Yo creo que lo consiguió.
También odiaba México y lo curioso es que sé perfectamente por qué, pero no lo podría explicar aquí.
Buñuel y yo hemos tenido un ambiente parecido en lo geográfico, parece que en lo familiar (aunque yo más pobre) y hemos estudiado en el mismo colegio con 80 años de desfase temporal (lo sé, a pesar de los intentos de los curas por ocultar a aquél ex-alumno). Creo que éso nos hace tener un punto de vista sobre algunas cosas muy parecido. No es que yo odie México, ya sabéis que no, pero entiendo sus razones y la desazón que le producían ciertas cosas que leo entre líneas en sus pelis y sus escritos y que no son las que se pueden presuponer. Pero claro, él con su cabecica, veía mucho más lejos que yo. A ver si os váis a pensar que me he he vuelto como Don Quijote
También fue a raíz de ésta película que le intentaron agredir varias veces. Pero éso a él le ponía.
Y ésta pelicula acabó por ser una de las únicas cuatro películas patrimonio de la humanidad de la UN ESCO.

Eduardo dijo...

Otra cosa que me gustaba de Buñuel, y que también comparto, es que era un bruto con apariencia de bruto. Una vez le preguntaron a Jeanne si Bueñuel le había pegado alguna vez. Y ella respondío que cuando vaía una araña en casa, la tenía que matar ella. A mi me pasa igual, con mi quintal de peso y mi casi 1,90, llamo a mi chica ante amenazas de éste tipo.
Buñuel, como veís me interesa como cineasta, pero sobre todo porque decía muchas cosas que me tocaban mucho, que andaban en mi orbita.
Y mi devoción me ha llevado hasta a irme a Calanda a la rompida y tocar (como pude) entre las mofas de los locales, que son encantadores...
Perdonad por las divagaciones, pero es que me gusta tanto éste tema que me pierdo.

desconvencida dijo...

Vaya Eduardo, te has delatado como un auténtico fan de Buñuel...

Como curiosidad te diré que fue compañero y amigo de clase (de ese colegio que compartiste con él) del hermano mayor de mi abuelo, y mi tía abuela me contó más de una vez que cuando visitaba su casa era un hombre (adolescente más bien) de lo más estruendoso, que hablaba a grandes voces y aporreaba el piano sin piedad...

 
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